Agencias. 30 de junio de 2022.- La Selección Sub20 del fútbol mexicano se quedará sin ir a los Juego Olímpicos de París en 2024 y tampoco irá al mundial de la categoría el próximo año luego de perder en penalites contra Honduras.
En un resultado inesperado, pues se esperaba que la selección mexicana fuera superior a lo hondureños, se vio el achique de los mexicanos por lo que cayeron, de manera ipesperada, en San Pedro Sula frente a Honduras.
El Tri juvenil jugaba los cuartos de final del campeonato sub-20 de la Concacaf frente a Guatemala.
Los mexicanos, dirigidos por el exfutbolista Luis Pérez, se sentían dueños del trofeo días antes de alzarse con el título. También se veían seguros de clasificar a ambos torneos internacionales al jugar en una zona donde supuestamente su único gran rival es Estados Unidos. Y vaya golpe de realidad el que llegó.
Guatemala, que antes de este miércoles solo se había clasificado al Mundial sub 20 en 2011, tumbó todo principio de superioridad mexicana. Los guatemaltecos anotaron primero, cortesía de Arquímides Ordoñez al minuto 39.
El Tri se aferró a su técnica para alcanzar por los pelos el empate con un tanto de Esteban Lozano a quince minutos del final. La suerte, sin embargo, le hacía un guiño a los mexicanos porque a dos minutos del final el árbitro les concedió un penalti.
Lozano pidió chutar y ahí se encontró con un roble llamado Jorge Moreno.
El último tiro, el de Bryan González, terminó por encumbrar al portero. México, el viejo rey de la Concacaf, se quedó sin nada. Este campeonato definía el boleto a París 2024 debido a la pausa por la pandemia y el poco tiempo de cara a la competencia olímpica.
México ha tenido varios traspiés en su clasificación a los Juegos Olímpicos. No se clasificó a Roma 1960, Los Ángeles 1984, Sídney 2000 y Pekín 2008. El que haya quedado fuera de París 2024 deja un sinsabor a los mexicanos que vieron el año pasado cómo su selección ganó la medalla de bronce en Tokio 2020. Además de aquella mítica medalla de oro que le ganaron a Brasil en Wembley en 2012.
El descalabro de esta generación abre las vestiduras del fútbol mexicano que limita las oportunidades de sus jóvenes en los equipos de Primera División pese a que desde los despachos celebren sus torneos juveniles.
El verdadero estirón de los jóvenes tarda en llegar. En cada club de la Liga local se permiten hasta nueve jugadores extranjeros, lo que permite a los equipos echar mano de la experiencia de fuera en vez de los talentos del mañana.