A menos de un mes de haberse terminado la feria se me viene a la memoria con que alegría veíamos, pasear a familias completas en la Feria de León en años anteriores.
Pero ahora, al obligar a los abuelitos a pagar $70.00 pesos de entrada sin que ellos fueran a subirse a los juegos mecánicos, me parece que es una forma de discriminación que coarta ese derecho de convivencia con sus nietos, porque cuántos habrán preferido quedarse en casa, al no contar con dicho recurso numerario.
Así las cosas, ¿dónde quedó ese slogan que pregonaron los organizadores de que la Feria de León es la Fiesta de todos?, toda vez que desde el momento en que hubo segregación dividieron automáticamente a las familias.
Por ende, el Patronato de la feria utilizó un sofisma publicitario, de que esta innovación traería buenos dividendos, para ello, déjenme recordarles cuando los organizadores dieron a conocer a los medios que la feria de León 2020 iba a fomentar turismo de negocios y de esparcimiento en forma integrada; por favor, recuérdenme más adelante esto de “esparcimiento en forma integrada” y que se esperaban seis millones de visitantes en 26 días.
En este renglón, según sus cifras, al momento del término de la feria dijeron que solo visitaron 5 millones 585 mil personas la feria, luego entonces, no llegaron a la cifra esperada, así las cosas, faltaron 415 mil personas que no llegaron a asistir a la feria, que hipotéticamente pudieron ser los que no tuvieron los $70.00 pesos que la feria les impuso como una condición para tener acceso a sus instalaciones.
Retomando la afirmación de que este evento multitudinario generaría un esparcimiento en forma integrada, la realidad rebasó a su expectativa porque dejaron ir la oportunidad de integrar a la sociedad y más aún a las familias leonesas sino que las desintegraron por los argumentos que expresé. Para muestra de lo anterior, referiré lo que un periódico de la localidad publicó en entrevista a un visitante: “yo opino que no está bien, en mi caso, vengo con mi esposa y mi hija, que es la que se sube a los juegos, pero pague $70.00 por los tres. Nosotros incluso a veces venimos con mis suegros y papás, y ellos tampoco se suben a los juegos, no se me hace justo. Deberían dar dos opciones. Nos quitan tres días para venir y el fin de semana hay mucha gente”.
Existieron casos, como el de una señora que asistía con su nieta, que no pudo entrar porque no contaba con los $140.00 pesos para pagar la entrada, y expresaba que solo llevaba $200.00 pesos, por consecuencia, esta medida no le parecía la más afortunada.
Ahora bien, más allá del número de quejas que se presentaron ante la PROFECO, si éstas proceden o no proceden, al haber condicionado una entrada por una cantidad de dinero en la feria en un horario especifico, en un solo día, según datos proporcionados por el Delegado en Guanajuato Armando Guzmán, se presentaron 41 quejas.
En esta tesitura, la mística del patronato de la feria fue hacer oídos sordos ante las quejas de los visitantes, y asumir de facto que la feria pertenece al Patronato que lo dirige, tanto en instalaciones como en todo lo que abarque las 90 hectáreas de perímetro lineal con que cuenta la Feria de León, y dicho sea de paso, en esas condiciones exhorto al Patronato a que cambien el nombre, porque considero que no tienen derecho a llamarla “de León” sino que más bien parece que pertenece únicamente al Patronato y no a los habitantes o al pueblo, porque de ser un evento considerado como la fiesta popular de los leoneses, ahora se convirtió en una empresa privada, por las características y por sus fines que ahora son lucrativos, desde mi perspectiva.
El argumento de que el Patronato realizó encuesta para medir su aceptación se encuentra en tela de juicio y fue necesario que los organizadores en un acto desesperado para buscar el beneplácito leonés, en el cierre de la feria 2020 y en su último día estableciera la entrada gratis, con el objeto de ganar adeptos, y que incluso, los propios expositores y comerciantes tuvieran la posibilidad de recuperar algo de la inversión que hicieron en el pago de rentas.
No dejo de lado que trataron de “camuflar” la circunstancia de que las personas con credencial de INAPAM pagaran $6.00 pesos por la entrada, y los niños con una estatura de 90 cm de jueves a domingo, entraran gratis, pero creo que esto no fue suficiente.
Un periodista, cuyo nombre no tengo este momento, pero a quien le doy todo el crédito, entrevistó al Director de la Feria Nacional de San Marcos en el año 2017, quien informó que había tenido esa feria hermana una asistencia de 7 millones 742 mil 810 ochocientos diez visitantes y una generación de 8,992 empleos directos e indirectos de acuerdo al INEGI, por tanto, no podemos decir, que la feria de León haya sido la más visitada en este año 2020.
Por último, refiero que usted tiene la mejor opinión del éxito o no éxito de esta nueva política de la feria de león, y hoy que escribo estas palabras en el mes de marzo del 2020, es decir, a muchos meses de distancia de la próxima feria, es necesario que el Patronato reflexione si está estrategia les funcionó y en caso de que no sea así, se retracten, recordando que el fin primero y último de la feria de León, es que es una feria para el pueblo