Feminismo y el hogar

Juan José Alvarado, columnista en Platino News

Abrir el tema al debate, a la participación racional, fundamentada, con bases ideológicas no es tarea fácil, de inmediato se dan las descalificaciones, las groserías, cuando debiera ser un tema muy cerebral que tiene profundas implicaciones sociales.

Haciendo una reflexión de datos duros, del cómo se ha manifestado la liberación femenina en los últimos 50 años, no en las calles, sino en el hogar, en esas casas en donde la dinámica de las labores como hacer la comida, barrer, limpiar el piso, tender las camas, lavar los trastes, limpiar la cocina, planchar, ir por el mandado, cuidar a los niños, llevar a los niños con el médico, cuidar las enfermedades de los niños, cuidar las enfermedades de la pareja (nótese que no dije esposo), todos eso que es parte de la cotidianeidad de la gran mayoría de los hogares.

Tenemos que no ha cambiado mucho en los últimos cincuenta años. Se conservan casi inamovibles, pues dichas tareas recaen en las mujeres. Casi por igual se da en las clases bajas, en que ambos tienen escasamente primaria y en muchos de los casos trabaja papá y mamá, así mismo estos esquemas se repiten muy similares en las clases medias y altas, aun con escolaridad en que ambos tienen carreras universitarias.

Si bien en las clases altas no es la mujer la que directamente realiza las labores de “chacha”, pero si es la que está al pendiente y coordina dichas labores. Aun hoy hay pocos “amos de casa” y la realidad es que muchas mujeres, aunque ya no lo dicen así, siguen siendo las “amas de casa”

Antes de opinar, veamos a nuestro alrededor, en el círculo familiar, laboral, de amistades, y nos daremos cuenta de que la mayoría de esas actividades que enumeré arriba, siguen recayendo en las mujeres. Muchas de las cuales marchan y se manifiestan por la liberación femenina.

Pero cumplen y realizan las labores cotidianas del hogar. Sigue prevaleciendo el que no eduquen a los hijos (hombres) a realizar dichas tareas, pues así lo mencionan, se van a hacer maricones. En muchos de los casos, son las mismas mamás las que trasmiten esta ideología y la perpetúan, en detrimento de ellas mismas, de sus hijas y claro, también en detrimento de sus hijos.

Todos y todas (así lo digo para que no haya confusión) los y las que viven en una casa, le tienen que entrar a las labores cotidianas… rutinarias, pero necesarias.

Aun hay mucho que hacer, pero hay que resolver la dinámica de cada casa y eso le corresponde a cada familia.