La nueva era del republicano Donald Trump, al frente de la Presidencia de Estados Unidos, no será en nada igual a la anterior.
Si ya México y el mundo lo vieron como un hombre extremista y determinista, esta vez lo será en nivel recargado.
No solo el gobierno federal, sino la sociedad completa, debemos estar preparados para todo lo inminente de lo que ha anunciado Trump y que cumplirá todo lo que la ley norteamericana le permita.
El primer día de su mandato declarará a los cárteles del crimen en México como “FTOs” (organizaciones terroristas extranjeras), de acuerdo a la facultad que le da el sistema político de Estados Unidos.
Sin embargo, esto no autoriza de manera directa a Donald Trump a realizar una invasión militar en México, pero la declaratoria le da oportunidad para tomar medidas más agresivas hacia nuestro país.
De hecho, según lo que he consultado, el uso de la fuerza militar en el extranjero por parte de EU requiere la autorización del Congreso bajo la Ley de Poderes de Guerra (War Powers Act).
Los republicanos tienen mayoría relativa en el Congreso y en el Senado, pero no absoluta, por lo que necesitaría del apoyo de congresistas demócratas y ahí hay división de opiniones, como lo que ocurrió en México para que Morena aprobara las reformas constitucionales.
Claudia Sheinbaum ha declarado, de manera correcta, en cuanto a la defensa de la soberanía de nuestro país, que no se va a aceptar ninguna injerencia directa, pero sí una colaboración en las formas que sean necesarias, y ello no significa que esté defendiendo a los cárteles del crimen.
Nuestra Presidenta señaló que Estados Unidos debe ejercer un control en cuanto al tráfico de armas y en la atención y combate al consumo de drogas.
Sin embargo, le falta señalar a la mandataria mexicana, pero también a los líderes de opinión, de partidos políticos o no, que Trump haría muy bien en combatir a las mafias de su propia nación.
La droga no se distribuye sola en Estados Unidos porque los cárteles como el Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa tienen cómplices allá, más las mafias delictivas ya sean norteamericanas o procedentes de otros países.
Por lo pronto, y eso se debe reconocer, el Gobierno Federal ha realizado acciones sin precedente en el combate a la delincuencia organizada, a través de los Operativos Enjambre y en cuanto a decomisos de metanfetaminas e intervención de laboratorios de producción, incluyendo el fentanilo.
Respecto del tema migratorio, no es un mito de que realmente Trump va a realizar deportaciones masivas y para ello nombró a Thomas Homan como el “Zar Fonterizo”, quien realizará regresará a millones de inmigrantes.
Homan ya declaró que hará su trabajo como es debido y, en una acción “humanitaria”, no considera separar a las familias, porque las va a deportar completas.
Hay organizaciones enteras en la Unión Americana que participan en el tráfico ilegal de personas, quienes son cómplices de los polleros que surten de migrantes y en ello debe actuar y aplicar la ley también el gobierno norteamericano.
México ha declarado que Estados Unidos no debe enviarle migrantes de todas las nacionalidades, porque sí recibirá a sus connacionales, aunque no sabemos en qué grado se les va a dar apoyos para que no insistan en el “sueño americano”.
Por otro lado, en el tema del T-MEC, Donald Trump no puede de manera unilateral imponer aranceles a productos provenientes de México y de Canadá, porque tiene que haber renegociaciones del tratado.
Para el caso, México ha iniciado acciones arancelarias para el control de importaciones principalmente de China y otros países asiáticos, y ha realizado operativos para el decomiso de productos ingresados de manera ilegal o sin cubrir los impuestos requeridos.
Estas son acciones que ha emprendido México ante lo que, pensamos, podrá ser la nueva era del presidente más controvertido en la historia de los Estados Unidos.