No es lo mismo ver las redes llenas de tendencias que decían “narcopresidente” o “narcogobierno”, como lo veíamos desde el sexenio pasado, haciendo referencia a la política de abrazos no balazos o las múltiples visitas presidenciales a Badiraguato, situaciones en donde no pasaba nada fuera del ruido mediático, a lo que vemos ahora, donde gobierno de los Estados Unidos, señala de manera expresa, en un comunicado oficial, que los cárteles de la droga tienen una alianza con el gobierno de México, y que se les ha facilitado la producción y el transporte de la droga.
La imposición de aranceles del 25% es tremenda, generará verdaderos problemas en la economía mexicana, tan dependiente del comercio con el vecino del norte, pero lo más grave es la base teórica donde descansa este arancel, se trata de un castigo en tanto este gobierno siga siendo socio de los narcos, es una penalidad por ser un narcoestado, no lo manda decir, no lo insinúa, lo afirma como cierto contundentemente y lo sanciona fuerte. La forma de negociación de Trump es algo así como “voy derecho y no me quito, si me pegan me desquito” el gobierno de México, empoderado localmente con sus millones de votos también está acostumbrado a no negociar, a imponer y a negar o minimizar la existencia de todo aquello que no le guste.
La cadena argumentativa de Trump es muy peligrosa, primero establece que los narcos son terroristas, ahora afirma que le gobierno de México es aliado de los narcos, luego entonces podemos llegar a la conclusión de que ¡El Gobierno de México es aliado del terrorismo! Las implicaciones que esto conlleva son gravísimas, mucho más serias que los tremendos aranceles. Trump usó esta batalla como herramienta para llegar a la Casa Blanca, también está respaldado por millones de votos que le permiten hacer esta y otras fuertes declaraciones y empoderado como está no va a bajar la guardia, él avienta la piedra y no esconde la mano, sino que amenaza con lanzar otra piedra más grande.
Claudia ya salió a decir que no es cierto, así le han hecho siempre, negar y negar, le arroja a Trump la carga de la prueba, lo reta a que pruebe sus afirmaciones, pero a Trump poco le importa esta respuesta, entre dos necios no hay razón y entre mulas nomás las patadas se oyen, lo malo es que los pueblos de México y Estados Unidos son los que reciben estas patadas.
¿Cómo vamos a salir de esta encrucijada? Está muy difícil, El gobierno de México no puede prometer que ya no será socio de los narcos, porque sería reconocer que sí lo es, por otro lado, el dinero que el narco le invirtió a todas las campañas no puede quedar sin recompensa, no será tan fácil cortar la relación.
Crisis arancelaria, crisis de seguridad nacional, crisis diplomática, crisis internacional, crisis que va escalando entre estos dos gobiernos y lo peor es que apenas estamos empezando.