En un complicado entorno internacional, México al borde de la recesión

Alejandro Gómez Tamez
Alejandro Gómez Tamez, director general de G.A.E.A.P

El pasado 31 de octubre, el INEGI publicó su estimación oportuna del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante el tercer trimestre de 2019. El dato se anticipaba negativo y así acabo sucediendo ya que, con cifras originales, el PIB disminuyó -0.4% en el comparativo del tercer trimestre de 2019 respecto del mismo trimestre de 2018. Esta caída fue producto de un incremento de 5.4% en las actividades primarias (agricultura y ganadería), una disminución de -1.7% en las actividades secundarias (industria) y un retroceso de -0.1% en las actividades terciarias (comercio y servicios).

Con esta cifra, se ligan dos trimestres consecutivos con caídas anualizadas en el PIB total, ya que éste retrocedió -0.8% en el segundo trimestre de 2019, lo que ubica a México al borde de una recesión técnica. Por su parte, el PIB de las actividades secundarias acumula cuatro trimestres consecutivos con caídas anualizadas, mientras que para las actividades terciarias se registró la primera caída desde el cuarto trimestre de 2009.

Es así que en el promedio de los tres primeros trimestres de 2019 la tasa de crecimiento anual promedio del PIB total es de 0.0%, y es con este escenario que los analistas encuestados por el Banco de México estiman que el crecimiento del PIB en todo el 2019 será de apenas 0.26%, mientras que en GAEAP mantenemos nuestro pronóstico (hecho público desde agosto) de que el PIB de 2019 cerrará en terreno negativo.

Se debe destacar que la situación de estancamiento económico que vive México no es generalizada a lo largo y ancho del país. Precisamente el miércoles 30 de octubre el INEGI publicó los datos de la evolución del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) durante el segundo trimestre de 2019 y con dichos datos vemos que hay entidades que al primer semestre del año aún registraban un desempeño positivo.

La reducción del empleo es uno de los factores que más incide en el país.

A continuación se presenta la evolución del ITAEE con cifras originales, en el comparativo del primer semestre de 2019 respecto del mismo semestre de 2018 (en paréntesis se indica la tasa de crecimiento o disminución): Chihuahua (3.5%), Tlaxcala (3.4%), Sinaloa (2.8%), Nuevo León (2.8%), Colima (2.7%), Durango (2.2%), Tamaulipas (2.0%), Baja California (1.9%), Yucatán (1.8%), Jalisco (1.3%), Veracruz (1.3%), Puebla (1.2%), Querétaro (1.2%), Nayarit (1.1%), Quintana Roo (1.1%), Aguascalientes (0.7%), Coahuila (0.6%), Sonora (0.2%), Ciudad de México (0.2%), Guerrero (0.0%), Morelos (-0.2%), San Luis Potosí (-0.4%), Hidalgo (-0.5%), Guanajuato (-0.6%), Michoacán (-0.9%), Estado de México (-2.0%), Oaxaca (-2.0%), Campeche (-2.5%), Chiapas (-2.7%), Baja California Sur (-2.8%), Zacatecas (-3.6%) y Tabasco (-10.5%). Como puede apreciarse, hay 20 entidades que presentan incremento en su crecimiento económico y 12 que presentan decremento.

Regresando al desempeño del PIB, a lo largo del año hemos señalado que éste se ha visto fuertemente afectado por la caída de la inversión privada y pública.  Por el lado de la inversión productiva del sector privado tenemos que de acuerdo al INEGI, en el comparativo de los primeros siete meses de 2019 respecto de los mismos meses de 2018, el Índice de volumen físico de la inversión fija bruta muestra un retroceso de -4.6%, producto de que el total de inversión en construcción cayó -3.2%, mientras que la inversión total en maquinaria y equipo se ha contraído -6.5%.

En cuanto a la inversión pública las cifras son aun más preocupantes ya que de acuerdo con la información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el comparativo de los primeros nueve meses de 2019 respecto de los mismos meses de 2018, la inversión física del sector público presupuestario muestra una caída en términos reales de -14.4%, pero si sustraemos la inversión de PEMEX, vemos que la disminución es de -21.7% en términos reales.  Si nos centramos exclusivamente en la inversión física del sector público en el rubro de Desarrollo Económico la caída es de -20.8% en el periodo de referencia.

Industria de la manufactura.

¿Hay alguna expectativa de que el año que viene pueda ser mejor? Por el lado interno se antoja muy complicado que pueda haber una recuperación, ya que las expectativas empresariales continúan deteriorándose; mientras que por el lado externo la situación también es bastante complicada en varias de las principales economías del mundo.

El pasado 1 de noviembre, el INEGI publicó el resultado de su Encuesta de Expectativas Empresariales con datos al mes de septiembre, y el ella se aprecia un claro deterioro en este indicador. Con cifras originales, en el comparativo del noveno mes del 2019 respecto del mismo mes de 2018, vemos que en el sector manufacturero hubo un deterioro de las expectativas en Demanda nacional de sus productos (-0.1), Exportaciones (-1.4), Personal ocupado total (-1.1) e Inversión en planta y equipo (-1.3). En el sector de la construcción se deterioró la expectativa en Valor de las obras ejecutadas como contratista principal (-3.6), Valor de las obras ejecutadas como subcontratista (-6.5), Total de contratos y subcontratos (-1.5) y Personal ocupado total (-0.5). En cuanto a las expectativas del sector comercio, hubo baja en Ingresos por consignación y/o comisión (-0.1), Compras netas (-3.0), Inventarios de mercancías (-5.2) y Personal ocupado total (-4.2). Finalmente, en los servicios privados no financieros hubo un deterioro en las expectativas de Ingresos por la prestación de servicios (-2.8), Demanda nacional de servicios (-4.6) y Gastos por consumo de bienes y servicios (-6.4).

Por su parte, respecto al ámbito mundial, quiero hacer eco de lo señalado en un reciente artículo editorial publicado en el portal de The Japan Times, y titulado “El panorama económico problemático del FMI”. En él se hace eco del mensaje principal de la más reciente edición de la publicación Panorama Económico Mundial del Fondo Monetario Internacional (FMI), y que es que la economía global continúa desacelerándose y el problema principal que se enfrenta es la perspectiva geopolítica. El reporte vislumbra diversos peligros y sugiere que los encargados de formular políticas públicas deben estar atentos a una serie de desafíos que amenazan la estabilidad y el bienestar mundiales.

Se menciona que el crecimiento en 2019 será el más débil desde la crisis financiera de 2008. El FMI anticipa un crecimiento global del 3.0%, que representa una caída de 0.3 puntos porcentuales con respecto a su pronóstico de abril de este año y una reducción sustancial comparada con la expansión del 3.6% observada el año pasado.

El 2020 presenta retos económicos.

Los factores de riesgo son bastante conocidos: la guerra comercial entre Estados Unidos y China, las crecientes tensiones en Medio Oriente y el Golfo Pérsico, el Brexit y una desaceleración en las economías más grandes. Las disputas comerciales son el mayor problema. La creciente disposición a imponer aranceles a los socios comerciales ha frenado el crecimiento del comercio en los primeros seis meses del año a apenas 1.0%, que representa el desempeño anual más bajo desde 2012. Kristalina Georgieva, la nueva directora gerente del FMI, advirtió que las disputas comerciales podrían costar $700 mil millones de dólares en producción global para fines del próximo año, cantidad que representa alrededor del 0.8% del total mundial.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China ha intensificado la desaceleración de este último. El FMI pronostica que el crecimiento de China caerá a 6.1% en 2019 y luego a 5.8% en 2020, las tasas más bajas desde 1990, cuando el país fue golpeado por sanciones internacionales tras la masacre de la Plaza Tiananmen. Los economistas de China son más pesimistas y concluyen que el crecimiento del tercer trimestre ya ha caído al 6%. Sus exportaciones cayeron un 3.2% respecto al año anterior, una señal preocupante para una economía que depende en gran medida del acceso a los mercados extranjeros.

Y al contrario de la creencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar, el FMI concluye que la guerra comercial le ha costado a los Estados Unidos un 0.6% en riqueza; El FMI proyecta que su economía también se desacelerará, registrando una expansión de 2.4% en 2019, lo que representa una caída de medio punto porcentual desde 2018.

Alejandro Gómez Tamez.

Por otra parte, en un artículo publicado el 28 de octubre, en el portal estadounidense de Forbes y titulado “Aquí están los países al borde de la recesión hacia 2020” se presenta un vistazo a las principales economías que están en alerta de recesión, y si, si aparece México:

–        Hong Kong, aunque no es un país, ha visto cinco meses de protestas ciudadanas que han golpeado la economía de la ciudad, enviándola a una “recesión técnica”, con industrias como el turismo y el comercio minorista especialmente afectadas por la agitación en curso.

–        El Reino Unido, con su actual incertidumbre sobre dejar la Unión Europea (y todavía no se vislumbra el final), ha visto cómo su economía se contrae recientemente por primera vez desde 2012, y un Brexit sin acuerdo podría llevarlo a una recesión.

–        Alemania, la economía más grande de la Unión Europea, está preparada para caer en una recesión debido a una disminución continua en su sector manufacturero, así como a las mediocres ventas mundiales de automóviles.

–        Italia, la cuarta economía más grande de la Unión Europea, se encontraba en una recesión técnica durante la segunda mitad de 2018 y se ha enfrentado a continuos problemas económicos debido a la débil productividad, el alto desempleo, la enorme deuda y la agitación política.

–        La economía de China también se ha desacelerado en medio de la guerra comercial, aunque aún no se acerca a una recesión: el FMI pronosticó un crecimiento de solo 5.8% para la segunda economía más grande del mundo (en términos de PIB) en 2020, por debajo del 6.6% en 2018 y el pronóstico del 6.1% en 2019.

–        Otras economías altamente estresadas en todo el mundo incluyen Turquía, Argentina, Irán, México y Brasil, entre otros.

Economía China

¿Qué podemos concluir de todo esto? Pues que a pesar de que Estados Unidos presenta tasas de crecimiento económico aceptables, México se dirige a una recesión autoinfligida al haber registrado esa fuerte caída en la inversión productiva y en la inversión del sector público. La situación mundial se complicará aun más, los flujos internacionales de capital podrían ser más limitados y en nuestro país parece que no se dimensiona el tamaño del reto que se avecina para todos. No hemos visto un verdadero plan de desarrollo económico que establezca estrategias reales de cómo saldremos de la eventual recesión en la que vamos a caer. Urge tomar el tema en serio, ya que el deterioro económico nos llevará a mayores complicaciones en otros ámbitos como el social, la seguridad pública y la política.

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