Cuando muchos esperaban que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, vendría a menos con el ‘impeachment’ o juicio de destitución, también denominado el Ucraniagate, resultó que su exoneración y todas las acciones emprendidas por él para anular las “conspiraciones y peligros” en contra de su país, a más de que la economía norteamericana va en caballo de hacienda, nos hacen ver ahora a un Trump recargado.
En días pasados leí la nota de la cadena noticiosa CNN (medio archienemigo de Trump y viceversa) sobre la encuesta de popularidad del actual mandatario de Estados Unidos, y la sorpresa fue que estaba en el mayor punto de popularidad desde que asumió el poder: un 42 por ciento aprueba su gestión y un 48 por ciento aprueba el crecimiento económico que mantiene el país.
Creo que no solo los demócratas se quedaron pasmados sino también los correligionarios del Trump ‘reloaded´, porque ahora se enfila a ganar las elecciones internas y que por ahí de noviembre de este 2020, vuelva a ser candidato a la Presidencia de EU.
Ahora no es descabellada la idea de que repita en el cargo como sí era descabellada la posibilidad de que fuera el primer mandatario de la Unión Americana. Todo el mundo está al pendiente de lo que ocurra y México no es la excepción.
Supongamos que Trump sea nuevamente presidente, aunque aún falta que el Partido Demócrata defina a su gallo y ver qué tan de pelea pueda ser. Supongamos también que no llegue, porque en política todo puede pasar, pero ¿cuál va a seguir siendo la relación de México, del presidente López Obrador, con Trump?
Al momento, la relación no ha sido de confrontación de Trump con AMLO pero otro cuestionamiento es ¿de qué manera va a seguir siendo su actitud frente al México más que bronco, el México violento hasta la exacerbación, especialmente por el narco? ¿cómo va a seguir siendo el trato de una economía capitalista a ultranza con un gobierno de ‘socialismo moderado’?
Lo que conviene a ambos países es una colaboración estrecha y amistosa como vecinos e integrantes de un bloque comercial, junto con Canadá. Le conviene a México y le conviene a Guanajuato, ya que, de la posibilidad de seguir un desarrollo comercial y económico, le siguen temas como la seguridad pública, la educación y la cultura, entre otros.
México y las entidades federativas deben de seguir haciendo esfuerzos por combatir la inseguridad y sus indicadores, donde sean tan graves los delitos patrimoniales que las lesiones y homicidios dolosos.
Hemos visto que la coordinación y la colaboración son indispensables, lo que adolece una corporación otra lo tiene. La reciente visita del Presidente de la República para la entrega de 18 bases para la Guardia Nacional en Guanajuato, lo vemos bien desde este sector de la sociedad civil y echa a tierra la suspicacia de una conspiración federal contra el estado.
Hay visiones distintas de cómo establecer una política pública y social en contra de la delincuencia (como las hay en el tema de la salud y la educación), pero lo que pedimos los sectores sociales son acuerdos de cómo sí hacer las cosas.
Desde la sociedad estamos dispuestos a participar en sinergias positivas porque nadie puede resolver los problemas solo. Las iniciativas pueden venir de un sector o de otro, lo importante es actuar ya, no podemos dejar que se nos siga escapando de las manos la paz y la seguridad de León, de Guanajuato y de México.