Así como muchos aspectos de la vida en nuestro municipio deberán de cambiar, como el de la seguridad pública, el de la movilidad es uno de ellos tan primordial porque de él depende en gran medida el desarrollo económico, social y humano de los leoneses.
El Sistema Integrado de Transporte (SIT) no ha solucionado el problema de movilidad y más aún ha traído consigo otros problemas, tal es el caso de la pérdida de horas hombre en esperas, transbordos y traslados de la población usuaria.
Se esperaba que nuestro “ejemplar” modelo de transporte propiciara que los automovilistas fueran dejando sus vehículos y usaran el transporte público, lo cual no puede ocurrir, ni soñando, como sucede en otras ciudades modernas del mundo.
La pérdida de tiempo en traslados que pueden durar hasta dos horas desincentiva el uso del transporte público y, de alguna manera provoca que se usen cada vez más motocicletas en León; de hecho, percances mortales y con lesiones graves se han incrementado a diferencia de la baja en número de accidentes de automovilistas.
El sistema de transporte antiguo, por muchos defectos que tuviera de los que aún persisten varios, permitía que de cualquier punto de la periferia, desde cualquier colonia, no se hicieran más de 40 minutos en llegar al centro y viceversa. Ahora, muchos traslados pueden duran lo que dura un viaje de dos horas a otra ciudad.
Los transbordos que son por un solo costo de pasaje pudieran ser positivos, pero todos los usuarios con los que he platicado, prefieren pagar dos pasajes a perder el tiempo en traslados todos los días. ¿Cuánto tiempo de tu vida pierdes en el transporte de León?
No porque yo lo diga, sino porque se han hecho estudios técnicos en los que se ha establecido que el SIT no es lo que se esperaba. Si bien es una especie de copia del Transmilenio establecido en Bogotá, Colombia, este debió de tropicalizarse en León y no se hizo.
Hasta donde he estudiado el Transmilenio, este fue un sistema realmente integral en el que se inmiscuyeron otros aspectos urbanísticos como el desarrollo de vialidades adecuadas, la creación de parques y centros de recreación, rutas del peatón, ciclovías funcionales, estaciones de transferencia y paraderos eficientes.
En León se copió el modelo tan al grado que los camiones ya no fueron camiones, sino que fueron “buses”. Solo hay que ver los señalamientos viales donde se indica “solo bus”, es como cuando quieres que a las semillas les digas pepitas o a los cacahuates, maní.
Uno de los principales obstáculos para que evolucione el SIT es su propio director general, Luis Enrique Moreno, porque en su regreso al puesto, simplemente ha buscado la concentración de poder: la ingeniería de tránsito ahora depende de Movilidad, el sistema de semáforos ahora depende de Movilidad y no de Tránsito Municipal.
La semaforización, en aras de supuestamente tecnificarse, ha ido en decadencia porque por mucho tiempo han fallado más que en el pasado. No puede haber avance cuando dos dependencias se hacen rivales, en lugar de trabajar coordinadamente.
¿Qué es lo que se debe hacer para que realmente se mejore el sistema de transporte, aunque sea el SIT?
1. Que se dé un informe público, auditado, del estado que guarda el SIT, es decir que no se maquillen los datos, que no se escondan los vicios, que se reconozcan los defectos y que se den las acciones de corrección y mejora.
2. Que se haga un estudio técnico externo (aunque ya se han realizado algunos por parte de la autoridad y de los transportistas) para conocer el estado real del SIT, sin que el estudio represente el gasto de millones de pesos, sino uno complementado con la opinión de los directamente afectados, que son los miles de usuarios.
3. Analizar la efectividad de otros sistemas de transporte en el país y en el mundo para determinar lo que pueda tropicalizarse y establecerse en León.
4. Iniciar el proceso de cambio, incluso si es necesario dejar el esquema sudamericano que intentó ser una copia del Transmilenio.
En gran medida, reitero, el desarrollo económico, social y de cada ser humano en nuestra ciudad, depende de la movilidad eficiente de todos quienes la integramos: automovilistas, motociclistas, ciclistas y especialmente peatones, en una ciudad amable, moderna, donde todos vivamos y convivamos en armonía y en paz.