El orgullo de mi nepotismo

El orgullo de mi nepotismo, eso dijo José López Portillo, presidente de México, cuando nombró subsecretario de programación y presupuesto  a su hijo José Ramón; además tenía familiares regados por todos lados,  y es que en la política les encanta eso del nepotismo, irse pasando la estafeta unos a otros, como si la administración pública fuera un negocio familiar y así estamos acostumbrados los ciudadanos,  a escuchar una y otra vez los mismos apellidos, sabiendo que como todo queda en familia, obviamente las irregularidades se ven desaparecidas en cumplimiento a deberes fraternales.

Hace algún tiempo se presentó la llamada “Ley anti-nepotismo”, tiene algunas consideraciones discutibles desde el punto de vista de derechos humanos, pues por el hecho de que una persona de tu familia pertenezca a la administración se verán limitados tus deseos políticos; es tanto como limitar el libre desarrollo de la personalidad de alguien por tener familiares en el rubro.

La discusión es real, porque es natural que a la gente le guste aquello de lo que creció rodeado, es muy común que haya familias de abogados, de contadores, de doctores, o dedicados al comercio; imponer una limitante personal por algo que hace tu familia es también arbitrario y violador de derechos constitucionales.

Sin embargo, lejos de discutirlo a la luz de derechos, haciendo una  ponderación entre la necesidad de proteger la correcta designación de puestos públicos sin la contaminación del aire familiar frente al  derecho personal de dedicarse a lo que cada uno desea, lo que hicieron los legisladores fue decir que sí, que estaba bien, pero no por ahorita, que en la elección intermedia de 2027 todavía necesitaban cumplir sus compromisos, y repartir los puestos a todos los familiares que estaban en lista de espera y ya para el 2030 verían.

¿Por qué si les parece bueno, lo pasan para después? Si no es bueno hay que discutirlo y encontrarle la manera de hacerlo funcionar con las finalidades de no corrupción que presuntamente se perseguían, si era malo pues no se aprueba y se acabó, pero aprobarlo para luego, solo nos pone en evidencia que el pago de favores en la política es una actividad de importancia primordial.

El consejo nacional de Morena acaba de prohibir en su interior el nepotismo y el financiamiento privado de campañas, con la consecuencia de expulsión para quien lo incumpla. Será interesante ver cómo le hacen aquellos que ya tenían a sus familiares enfilados.

Por otro lado, se supone que ya no veremos anuncios espontáneos pagados por amigos anónimos en favor de candidatos y esto les rompe fuertemente su manera de operar.

Con esto se fija una postura interna drástica, que viene impulsada por la Dra. Sheimbaum, y ahí, en el cumplimiento o la simulación de cumplimiento que se dé a esta disposición, podremos medir el respeto que tiene el partido por la presidenta.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España. Presidenta de la Barra Mexicana de Abogados en el Estado de Guanajuato