La discusión y votación de propuesta de Reforma Eléctrica es un parteaguas en la vida democrática de México. Nos deja muchas enseñanzas que según estimo, se deberán de tomar en cuenta para el bien de todos, no solo de los políticos sino de la Nación.
La no aprobación estaba prevista por el anuncio de los diputados de oposición y así fue en un escenario en el que el Presidente de la República y su partido tenían un plan anunciado para aprobar en su defecto la Ley Minera.
Lo malo, según mi punto de vista, es que los beneficios de la propuesta no fueron informados de manera correcta a falta de una estrategia de difusión efectiva. Se perdió el espíritu de la reforma constitucional que se quería.
Ningún país en el mundo puede renunciar al control y la autonomía de su producción energética y tampoco puede permitir que empresas privadas, de su país o del extranjero, sean las que manden y tengan al Estado como su mecenas y peor aún, sometido sin límite de tiempo.
Las acciones generadas en otros sexenios y la última Reforma Energética (de Peña Nieto), dejaron condiciones injustas para nuestra República. Tenemos que subsidiar a empresas la producción de energías que podríamos generar para distribuir en forma más equitativa.
No se trata de derechas, izquierdas o centros, porque en todos los casos hay extremos y populismos, lo que importaba era no contar con una Comisión Federal de Electricidad cada vez más deteriorada y socavada por latrocinios.
Lo bueno de ese día (de la votación) fue producto de la representación que el pueblo determinó tener en el Poder Legislativo. Un Congreso con una mayoría, pero no absoluta, para tranquilidad de quienes no queremos el autoritarismo.
Sin embargo, el triunfo de la coalición Va por México les dio ánimos a sus integrantes que no desearon discutir la Ley Minera, y solo algunos emitieron un voto virtual.
Aunque las reservas del litio en México no estén determinadas y se tenga o no la capacidad de exploración y explotación de este mineral tan relevante en nuestra era, es bueno que se proteja desde ahora y no se deje a la disposición de otros países.
Es momento de que se impulse la investigación y el desarrollo tecnológico para que lo mismos mexicanos sean los que exploten y obtengan los beneficios de este y otros minerales importantes. Se debe voltear incluso a ver la situación en que se explotan el oro, la plata y otros elementos.
Lo feo de todo este trance fue la confrontación intestinal que se desató. En todo, no solo en el deporte, se debe saber ganar saber perder. El que gana no debe denostar y denigrar, al contrario. El que pierde debe tener la humildad de reconocer su derrota y felicitar al que ganó.
A veces se está arriba o la vida nos lleva hacia abajo en distintos momentos y rachas. Se toca fondo y se emerge casi por naturaleza; o se renueva uno o se muere, en la evolución de las especies, en la lucha por la supervivencia.
Un aprendizaje importante es que todo se debe difundir, todo se debe transparentar, todo se debe consensuar, todo se debe cabildear, esto es parte de la democracia antes y después del acto sublime del sufragio.
Viene la propuesta de Reforma Electoral y la de la Guardia Nacional. Se deben exponer y conocer en su esencia, sus pros y contras, y con base a ello argumentar su aprobación o rechazo.
Todos los caminos van al 2024 y los actores lo vieron en ese sentido. El partido en el poder y los institutos de oposición debieron identificar la verdadera enseñanza.
De todo lo sucedido, quien gana más es el espíritu de la democracia. Si no lo hicieron, los partidos políticos deben voltear a ver al ciudadano y los ciudadanos debemos de alegrarnos de que nuestro voto vale.