El tema que nos mueve es sin lugar a dudas, el reciente crimen que aconteció en los límites de los estados de Sonora y Chihuahua. Posiblemente, a estas alturas, Usted ya haya escuchado en alguno de los medios el artero ataque que sufrió la familia LeBarón y que trajo a la postre, los homicidios de tres mujeres y seis niños, a renglón seguido nos ocuparemos de un breve análisis de estos hechos, pero antes quiero preguntarle si Usted tiene claro, ¿cuál fue el móvil de estos homicidios?
Si me acompaña en estas líneas, plantearemos las posibilidades de lo que hasta ahora es un misterio. El móvil de un crimen puede ser la acción o motivación que desencadena el mismo. También se define un móvil en materia de Derecho, especialmente en la rama penal, como el motivo que mueve o para ser plausibles las razones de los acusados para cometer un crimen, pero a veces los móviles son confusos o difíciles de identificar: en un homicidio, el móvil puede ser una discusión o desacuerdo de tipo personal entre dos personas, puede ser de tipo pasional o puede ser para robar las pertenencias de una persona, etc. Pero en el asunto que estamos tratando, de acuerdo a las circunstancias que rodearon el caso, es difícil aceptar por la opinión pública una propuesta de que no había móvil y de que todo se debió a una confusión, por los siguientes argumentos: se encontraron en la escena del crimen 200 casquillos calibre .223 de rifles M-15 y AR-15 de la marca Remington.
De acuerdo a lo que se ha observado en las fotografías de la camioneta incendiada, habrá que realizarse un dictamen pericial, el cual es un análisis explicativo de las causas que generaron la destrucción de dicho vehículo realizado por un experto en la materia, sin embargo en dichas fotografías se puede ver que el vehículo no se encuentra hecho añicos o despedazado, lo que denota que no recibió un disparo que lo haya destruido en su totalidad, por lo que lo más lógico es que los perpetradores del crimen se hayan acercado al mismo y hayan roseado un acelerante para que se incendiara con mayor rapidez, como puede ser petróleo, gasolina u otro producto altamente inflamable. ¿por qué razón considero que este ataque era directamente en contra de ellos? si nos detenemos en que el lugar en el que sucedió es despoblado e inclusive, cerca de sus lugares de origen lo que nos lleva a arribar a otra conclusión, que el ataque era dirigido a ellos. Además, de que no hubo evidencia de algún fuego cruzado.
La circunstancia que agrava y entristece más al país, es que eran tres mujeres y seis niños, en donde no podemos contar los que alcanzaron a escapar. Este evento no tiene calificativo alguno porque díganme ustedes, ¿Qué podían hacer los niños para defenderse? Lo único que alcanzaron a hacer algunos fue correr y esconderse en la maleza, por consiguiente, es condenable y preocupante el grado de degradación en el cual nos hemos ido sumergiendo poco a poco, olvidándonos de cualquier tipo de valor de la vida misma.
Ahora bien, se sabe que esta familia ha tenido participación en otros eventos, por recordar algunos, Julián LeBarón acompañó al Poeta Javier Sicilia, cuando secuestraron a su hijo Juan Francisco en el movimiento del año 2011 que se gestó por la paz y la dignidad para luchar contra la violencia. Sabemos que ha habido enfrentamientos de esta familia también con grupos que pertenecen al Barzón, quienes defienden la unidad de los campesinos y la defensa de las deudas agrícolas y luego de la zona urbana desde 1994, inicialmente por la presión de los bancos, y actualmente se pronuncian por la reactivación del campo, lo cierto es que desde el año 2018 este grupo de esta región, se encuentra en conflicto con la familia LeBarón por cuestiones del agua, pozos y otras cuestiones.
Sin embargo, el modus operandi de este ilícito es notorio pues al haber utilizado armas de alto poder, nos dejan claro una línea de investigación que deben seguir las autoridades competentes. Esto nos conlleva a comentar el hecho de que la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich pidió la colaboración al F.B.I. a través del Gobernador de Arizona Doug Ducey y hay quienes expresan su conformidad, debiendo acotar que no es la primera ocasión que se hace una petición de este tipo, toda vez que en septiembre de 2019 el Gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca pidió asistencia técnica a la organización investigadora del F.B.I por el homicidio de ocho personas, por lo que considero que hay que dejar claro que con estas acciones se pone en riesgo la soberanía de la nuestra República, habrá que ser cuidadosos si no queremos volver a vivir los tiempos del Capo Caro Quintero, cuando se ultimó a Enrique Camarena, asesor de la D.E.A.
En este orden de ideas tocamos el punto más álgido, el Gobierno Federal, quien no termina de plantear una estrategia y hasta ahora media la incompetencia por parte de las autoridades al no tener una logística ni táctica para combatir este tipo de delitos que nos están acechando en todo el país.
Me permitiré ser enfático, los Gobiernos estatales de la frontera no deberían pedir ayuda a los Estados Unidos porque vamos a terminar llamando a los cascos azules de la ONU para que vengan a imponer la paz, considero que no es el camino por cuestiones de competencia y territorio. El Presidente López Obrador, debe exigir a sus encargados de seguridad resultados para que de una vez y por todas se logre pacificar a la nación, porque queramos o no, está envuelta en llamas. Antier fue Tamaulipas, ayer Sonora, luego ¿quién sigue? Es notorio y público que hay impunidad en delitos de alto impacto, tanto en la frontera como en cualquier otro estado del país. Exigimos que se castiguen a los culpables de estos horrendos homicidios y no sea una carpeta más de investigación a la que le den el recurso de alzada, es decir que quede en un escritorio.