El machismo nos afecta a todos

Adriana Oliva es una experta en psicología. Columnista en Platino News.

Culturalmente, los hombres fueron educados como machos y violentos, hombres que tienen que ser los galanes y poder tener la mujer que quieren, aunque estén comprometidos, deben de ser capaces de poder conseguir más relaciones íntimas, a ser “educados” con todas las mujeres con las que se relacionan, ser hombres fuertes, decisivos, poderosos y tener el control de su vida y de la de su pareja. Hombres que no tienen permitido llorar, hablar de sus sentimientos, colaborar con su pareja y algo tan sencillo como ser fieles, hogareños, tiernos, se vuelve sinónimo de reproche y aislamiento para el hombre que salga fuera del sistema.

Por su parte, a las mujeres nos enseñaron a sonreír, a fingir que no pasa nada, obedecer a su hombre, a no reclamar, a estar siempre que la necesiten y sin reproches, a soportar “la cruz que nos tocó”, a esperar al hombre que nos rescate y nos complemente para así ser felices y dichosas, y pobre de nosotras que se nos ocurra pedir respeto por parte de nuestra pareja, porque iniciaremos una guerra de la cual, nosotras seremos las más afectadas.

Y no olvidemos las áreas de oportunidad en el sistema sociales, pues, una mujer que quiere pedir un puesto laboral “diseñado” para hombres difícilmente lo conseguirá, al igual que un sueldo igualitario. Sin embargo, el hombre también pasa por este momento, pues existen puestos “diseñados” para mujeres y el hombre que lo solicite será motivo de burla y rechazo.

Y aunque hemos avanzado mucho en este tema de equidad y estamos reaprendiendo, hay aprendizaje que sigue muy arraigado en nuestra cultura, pues seguimos viendo injusticias de ambas partes del sistema, sin embargo, sigue siendo más difundida y castigadas las injusticias realizadas en contra de las mujeres.

¿Pero, por qué sigue siendo preocupante esta educación?

De acuerdo con la OMS, aproximadamente 3.000 personas se suicidan al día en el mundo, es decir, 1 cada 40 segundos, siendo esta una de las primeras causas de muerte en adolescentes y personas en edad reproductiva.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2020 hubo 7 mil 896 suicidios en México, 700 más con respecto a 2019 y mil más que en 2018.

Aunque hay más intentos de suicidio en mujeres, son de menos letalidad. En cambio, en hombres el porcentaje es altísimo: en 81.6% de los intentos, el suicidio se comete.

Se estima que el 80 % de las personas contaban con un trastorno mental que pudo haberse tratado y 9 de cada 10 comento a alguien antes de cometer el suicidio.

Si bien nuestra educación sigue siendo crucial en estas cifras, pues a la mayoría de las personas siguen sin considerar la importancia de acudir al psicólogo, por una educación en donde nos estigman desde un machismo que impide que expresemos nuestros sentimientos, que el llorar no nos hace débiles, que los hombres también tienen derecho a quejarse, hablar, a llorar y que las mujeres no son chantajistas cuando presentan depresión posparto, ataques de ansiedad, que el exponer nuestro punto de vista o inconformidad no es una exageración.

Nuestra pelea contra un cambio en el patriarcado debe considerar la salud mental de todos, pues es nuestro derecho, que la equidad que peleamos nos una para una mejor calidad de vida tanto de mujeres como hombres, pero sobre todo necesitamos reeducarnos en que la salud mental es importante, que los ataques de ansiedad no son una exageración, que la baja autoestima no es cosa de mercadotecnia, que la depresión no tiene edad, no distingue género y que pedir ayuda es de valientes.

Septiembre es el mes de la prevención del suicidio. Este año, el lema de la campaña es “Septiembre Amarillo”, sigamos viralizando estos temas, démosle la importancia que merece, por ti, por mí, por todos.