Las elecciones han terminado y evitando caer en las polarizaciones propias de toda batalla por el poder que recién acaba, vale la pena echar un vistazo al resultado que nos deja los comicios y visualizar el gobierno que de aquí se desprenderá para los años venideros, principalmente en León.
Sería importante mencionar la baja participación electoral de los Guanajuatenses que apenas y alcanza a promediar el 44% de la votación, muy por debajo de la media del 53% que priva en el país y que evidencia que en la construcción de ciudadanía algo estamos dejando de hacer bien en Guanajuato, un llamado de atención a las autoridades electorales de este desanimo ciudadano que se ha convertido ya en una tendencia a la baja al menos en las últimas elecciones.
El congreso del estado en general tuvo leves mejorías de los partidos predominantes, a costa de la desaparición de los minoritarios que incluso llegan a perder el registro, el partido en el gobierno se fortalece sumando un par de curules, lo mismo que la segunda fuerza que a pesar de su crecimiento deja el sin sabor de que pudo haber hecho mucho más en fortalecerse, los demás partidos que alcanzaron representación, encuentran en la bondad de la fórmula de asignación los argumentos para mantenerse e incluso tener ligeros crecimientos, suficientes para la construcción de un argumento triunfalista después del 6 de junio.
Nuestra ciudad de León muy en particular arroja resultados contundentes, casi el 60% de los que emitieron su sufragio (que ya expusimos son pocos) votaron por la opción que representaba el partido en el gobierno, siendo así que Alejandra Gutiérrez muy a pesar del gobierno municipal actual logró una contundente victoria que pocas dudas deja de la operación electoral efectiva que tuvieron.
Alejandra Gutiérrez es una joven muy talentosa, Abogada de formación y conocida por su expertiz en el manejo de las finanzas municipales (cualidad que sin duda será muy socorrida), llega con una sobrada legitimidad, contara con 10 de los 15 votos del cabildo, lo que le permitirá transitar todas las decisiones que necesite para administrar la ciudad, no hay pretextos para no entregar resultados.
Cierto es que recibe un municipio administrado con desdén los últimos 6 años, imprimir su propio sello e inyectarle dinamismo al abandono en el que ha naufragado la casa municipal, especialmente en este último trienio, no debería de ser difícil entonces escalar la vara tan baja que le dejan.
Lleva mano para proponer a quien habrá de colaborar con ella en las distintas dependencias centralizadas, ha mostrado interés en poner orden en los mal llamados consejos ciudadanos que han acaparado la administración de las paramunicipales y muchos esperamos que pueda transmitir la disciplina, el trabajo y la puntualidad que le caracteriza a la administración municipal que habrá de encabezar el próximo 10 de octubre.
La principal limitante para buenos gobiernos es la inmediatez de tres años que dura el periodo de gestión, “gobernar para la próxima generación y no para la próxima elección” es la tentación que no han podido evitar muchos de los que han tenido tan alta responsabilidad, incluso el gobierno que está próximo a concluir ha dado muestra de que la “continuidad” tampoco es la solución pues puede traducirse en soberbia administrativa.
De Alejandra esperamos que tome el mando en el grave problema de la inseguridad, que sin duda es el clamor más grande con el que nos encontramos cada 3 años, que ponga orden en Desarrollo Urbano y en la Obra Pública que lucen estancadas y sin capacidad de gestión, que traduzca el desarrollo social asistencialista que ha caracterizado a las últimas administraciones por un desarrollo más autogestivo e incluyente, que destrabe la generación de la economía y que encuentre el equilibrio entre la regulación administrativa y el impulso del comercio y las fuentes de empleo.
Lo que no esperamos de Alejandra es más endeudamiento, un incremento al transporte y la improvisación en la regencia de la ciudad, quienes conocemos a la próxima presidenta municipal, podemos dar testimonio de la objetividad que le caracteriza, es por ello importante que se rodee de la gente adecuada, que no caiga en la tentación de repartir las posiciones de su gobierno cual botín político como se acostumbra cada 3 años, será imprescindible la apertura que pueda lograr para con la ciudadanía, incluso por aquella que no le favoreció con el voto, que pueda encontrar en los órganos de control el estricto cuidado que debe de tener en la pulcritud de un buen gobierno.
Toca a los ciudadanos y a las demás opciones políticas estar prestos para acompañarle en un buen ejercicio de gobierno, no llevándole la ofensiva por delante con cálculo político y la diatriba como método, tampoco agazapado y por detrás con la indiferencia de quien ha perdido la esperanza de que León cambie para bien, nos toca acompañarle hombro con hombro, con propuesta y disposición para construir una mejor ciudad, pero también con la firmeza que exigen los resultados y la preferencia que le dispensó la ciudadanía.
Adivino que la Licenciada Alejandra Gutiérrez se encuentra ante el reto más grande de lo que lleva de vida, esperemos que entregue los resultados y cumpla la expectativa que ha generado, al final de cuentas todas y todas queremos que A LEÒN le vaya bien.