El espíritu de Prokófiev en el Mateo Herrera de León

Fernando Cuevas, analista y columnista Platino News.

Con motivo de la conmemoración de los 70 años de su fallecimiento, se presentan en nuestra ciudad cuatro interpretaciones de sendas obras compuestas por el genial compositor, pianista y director ruso, destacado por su amplitud de géneros –ópera, sinfonías, sonatas, ballets, conciertos, scores- y por obras muy conocidas como Pedro y el lobo, Romeo y Julieta, Scythian, El amor por las tres naranjas, Alexander Nevsky, Chout y Lieutenant Kijé, entre muchas otras. Serguéi Serguéievich Prokófiev (Sontsivka, 1891- Moscú, 1953) transitó de estructuras convencionales atravesadas por su genio melódico a propuestas más arriesgadas que lo llevaron a ser acusado de formalista por el gobierno soviético y algunas de sus composiciones fueron prohibidas.

Pero como al final el arte suele triunfar sobre las dictaduras, ahora celebramos su legado con un programa que retoma piezas de exuberante imaginación y gran exigencia interpretativa. El ensamble Ludante Kune, integrado por Hugo Manzanilla (clarinete), Pedro Zayas (primer violín), Yessica Melgar (segundo violín), Augusto Mirón (viola) y Omar Sánchez (chelo), músicos de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato, abrió las puertas a este homenaje como parte de su programa, con la Sinfonía 1 en Re Mayor Op. 25 (1917),  enclavada en una vertiente clasicista de la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas del XIX (es justo conocida como La Clásica) que se despliega a través de sus cuatro movimientos (Alegro, Largueto, Gavota: Non troppo allegro y Final: molto vivace), entre efervescencias sonoras y variaciones tonales que terminan por transmitir una sensación de realista optimismo.

El segundo reconocimiento correrá por cuenta del pianista Alain del Real, también entrenador de cantantes de Ópera en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana en el Estudio de Ópera de Bellas Artes en la Ciudad de México, quien integrará a su presentación la Sonata No.6 en La mayor Op. 82 (1940) que inicia la trilogía de las sonatas sobre la guerra y se conforma por cuatro movimientos: el Allegro moderato, que nos coloca en cierta sensación de incertidumbre para saltar a un tono más marcial y por momentos melódico en Allegretto; el tercero, Tempo di valzer lentissimo, transcurre en forma de vals con su episodio de tintes turbulentos y Vivace, cual efusividad que en el fondo se siente apesadumbrada.

La tercera contribución para recordar la figura de este gigante ruso será cortesía del pianista Anthony Tamayo, ya con buena trayectoria en el campo de las presentaciones tanto en México como en España, Alemania y Estados Unidos: compartirá Visiones Fugitivas Op.22 (1918) dentro de su recital. Se trata de una veintena de pequeñas composiciones para piano que no exceden los dos minutos en las que hay disonancia pero también suavidad, momentos de ensoñación y de impresionismo sonoro que nos envuelven juguetona o melancólicamente en ventiscas con forma de espiral, cambiantes en forma, tono, colorido y velocidad, según se va transitando por las miradas escapistas.

Finalmente, la cuarta entrega será una interpretación del también pianista Alejandro Vela, ya con buen recorrido internacional participando como solista en varias orquestas sinfónicas y filarmónicas, de la Sonata número 3 en La menor, opus 28 (1917), obra de un solo movimiento en la que fue integrando algunas viñetas compuestas desde diez años atrás, desde su adolescencia y apodada For Old Notebooks: sus poco más de siete minutos, en efecto, transcurren por diversos estados de ánimo que se perciben como las etapas por las que se va atravesando de los ideales juveniles a la adultez, entre pasajes revueltos de alta intensidad y cierta serenidad de reposado talante, justo para cerrar en dirección ascendente.