Uno de los errores de los políticos que más molestan a los ciudadanos es el doble discurso, en donde se trate de manipular la opinión pública o justificar acciones controvertidas.
En días pasados, estuvieron en el ojo del huracán políticos destacados de la 4T que se encontraban de vacaciones en centro turísticos de difícil acceso para la mayoría de los mexicanos que cimbró a este movimiento porque varios de sus integrantes manifestaron su desaprobación al respecto.
Los casos más destacados fueron:
Mario Delgado que viajó a Portugal y fue captado en el hotel Pousada de Lisboa, que es uno de los más exclusivos. Posteriormente, en una conferencia matutina reconoció que realizó este viaje con sus propios recursos y sin descuidar sus responsabilidades.
Ricardo Monreal realizó un viaje a España con motivo de su aniversario matrimonial número 40. Por esa razón, se difundieron fotografías junto con su esposa en el hotel Rosewood Villa Magna de Madrid. Después, difundió un video donde acepta que pasó unos días en Madrid con su esposa y recalcó que tienen derecho a pasear; por último, señaló que no hay ni un solo cinco de recursos públicos.
Andrés Manuel López Beltrán se ausentó del consejo nacional de Morena porque viajó de vacaciones a Japón. Se le identificó en el hotel Okura de la ciudad de Tokio y en la tienda Prada en Aoyama, que pertenece a la firma italiana. De la misma forma que los anteriores políticos contestaron a los señalamientos por medio de una carta donde se puede destacar lo siguiente: “Como informé verbalmente a la Presidenta de nuestro partido, con mis propios recursos, decidí salir de vacaciones a Japón luego de extenuantes jornadas de trabajo”. “Mis adversarios y los hipócritas conservadores mandaron a sus espías a fotografiarme y acosarme para así emprender una campaña de linchamiento político impregnada de odio, clasismo y calumnias…” “Viajé en aerolíneas comerciales y pagué 7,500 pesos diarios en un hotel, incluido el desayuno.” “… si me importa que la gente que tiene confianza en nosotros no dude de nuestros principios y valores”.
Naturalmente, estos hechos se volvieron virales en los medios de comunicación y en las redes sociales porque aparecen como una traición a las ideas de austeridad impulsados por la 4T desde su llegada a la presidencia; sin embargo, el escándalo escaló con las declaraciones de la presidenta de la República y la presidenta del partido respectivamente.
Claudia Sheinbaum contestó a los señalamientos y recordó: “El poder se ejerce con humildad”; además, sentenció: “cada quien será reconocido por su comportamiento”. En esta ocasión no hubo palabras para desviar la atención o alguna justificación hacia los militantes de su movimiento político.
Luisa María Alcalde fue más enfática: “Todos los dirigentes y los representantes populares de Morena debemos actuar siempre con el ejemplo”. “¿Eso significa que alguien de Morena no pueda viajar? No. Pero puede evitar los lujos”.
Para rematar, la columna de la periodista rescata la opinión de militantes o simpatizantes de Morena que manifiestan su desacuerdo, como el siguiente: “Hace rato que los puestos (en Morena) son para los hijos de los dirigentes. La gente de abajo, en corto, tiene muchas ganas de hablar. Tienen sueldos bajos y muchas horas de trabajo, sienten que los de arriba se enriquecen cuando en la base muchos no tienen ni seguridad social”.
Así que el tema no es menor ni es circunstancial. La similitud de tres casos de líderes del partido nos dice que es una práctica habitual y aceptada por la nueva clase política del país. Se puede discutir hasta el cansancio si son o no iguales, pero los hechos ahí están y los tres no tuvieron más remedio que aceptarlo.
Aunque pudieran destacar que los programas sociales han ayudado a las familias mexicanas, la realidad socioeconómica del país no ha cambiado para poder decir que cualquier mexicano puede tomar vacaciones en Europa o en Asia. En realidad, eso es darle la espalda a los problemas del país cuando algunos son todavía muy críticos.
En un tema menos importante, el control de daños fue pobre y contraproducente. La carta de López Beltrán quedará para la historia como la defensa de un junior de la política. Esa justificación de “extenuantes jornadas de trabajo” quedará para la posteridad como la queja de un dirigente partidista que desconoce el trabajo de un padre de familia que labora doce horas por un salario mínimo y escasas vacaciones al año.
Concluimos en este espacio que si esta será una de las características de la nueva etapa política del país; entonces, México tendrá en los mítines arengas de transformación mientras se mantiene un doble discurso en la realidad