El despertar espiritual el tiempos de cambio

Alejandra Isabel Rangel Velázquez
Alejandra Isabel Rangel Velázquez Pluma Platino News

Una de las cosas que nos ha dejado este año, es ser más sensibles ante el cambio de conciencia (ante un despertar) que ya no se puede frenar, y no es exclusivo ni de una ciudad, ni de un país, es un cambio global.

El despertar espiritual no implica que seamos personas más religiosas, o que tengamos que seguir una serie de procedimientos de la “New Ege”. El despertar espiritual que estamos viviendo se trata de que poco a poco seamos más conscientes de todo, que dejemos de ser indiferentes e individualistas, pues se trata de alcanzar una inteligencia emocional que nos permite disfrutar plenamente de nuestra vida.

Muchos piden que ya termine este año, hablan de lo malo que fue y de lo mucho que perdieron, pero era imprescindible vivir todo esto para salir de nuestra zona de confort, la ansiedad, el insomnio y los malestares emocionales que más de uno experimento, solo eran las señales para que entendiéramos que podíamos hacer las cosas diferentes.

Y entonces nos encontramos con cambios de trabajo forzados, cambios de convivencia forzada, cambios de protocolos, y más. Recuerdo muy bien, cuándo se abrió la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato, apostándole al aprendizaje en línea con costos accesibles, abriendo más posibilidades de estudiar. Quien diría que ese modelo educativo hoy sería esencial, y que el resto de instituciones educativas tendrían que acoplarse a él en tiempo récord. Esto es solo uno de los cambios más notorio.

Ante estos cambios nos encontramos con la renuencia a avanzar de varias personas, vemos en la calle personas que se aferran a “seguir como antes”, que no quieren seguir las medidas de salud, que no quieren adaptarse a nuevos procesos, que quieren seguir pensando solo en ellos, que desconfían más del gobierno, y de la sociedad, y en realidad de todo, pero esas personas puede que estén experimentando el miedo que produce el cambio. Y también es normal.

Este es un año que nos invita a hacer las cosas diferentes, ver y sentir los problemas sociales diferentes, desde otro ángulo, uno donde nos deja claro que todos somos vulnerables. Nos enseña que podemos ser solidarios cuidando de nosotros mismos. En realidad nos recordó todo el trabajo pendiente que tenemos que hacer en nosotros mismos.

Vivir con estrés, ansiedad, y miedo reducen la calidad de vida, y hoy más que antes podemos percatarnos de eso. ¿Recuerdan? Somos más conscientes de los cambios, y nuestros cuerpos piden atención, y no basta con ir a ver a un médico, ni con ir todos los días al Gym. Sigue faltando algo. Tal vez sea que nuestro espíritu se cansó solo de observar, y ahora quiere también actuar.

No es casualidad que hoy en día veamos más terapias alternativas, terapias con nombres que tal vez no se habían escuchado tanto, no me imagino diciendo a mi abuela, necesito una constelación familiar, o “firulais” necesita Reiki para mascotas, tampoco me la imagino diciendo: “necesito flores de Bach para calmar mi estrés”, y mucho menos diciendo: “necesito abrir mis registros Akáshikos”, para entender algún aspecto de su vida, que la mantuviera intranquila.

Sin embargo lo que si veía era a mis abuelos cuidarse de un “mal frío”, nunca pisaban descalzos el suelo, veía a mi abuelo dar una friega de alcohol cuando estábamos resfriados, también cuando me caía, me sobaba con aceite de “árbol”, y el típico té con miel no podía faltar, y en cada problema, en cada miedo, en cada angustia, veía a mi abuela rezar, aunque no fuera en un templo, y la escuchaba decir que no tenía miedo a los fantasmas, pues ella tenía siempre una oración para espantarlos, tal vez sus procedimientos no sean los más nuevos, los más tecnológicos. Pero ellos tenían en paz el alma y el cuerpo, ambos murieron a una edad avanzada, perdonándose por instinto…

Hoy hay muchas terapias a las que podemos acudir para buscar el equilibrio entre mente, cuerpo y alma. Cómo terapia con cuarzos, angeloterapia, biodescodificación, terapia Ericksoniana, biomagnetismo, terapia Gestalt, entre tantas otras. Todas estas terapias buscan el bienestar integral de la persona sin necesidad de invadir el organismo de alguna forma, respetando completamente el cuerpo, trabajando muchas veces solo con esa energía sutil, que crea y sostiene cada cuerpo físico, pero también se valen de herramientas que siempre han estado en la naturaleza, aceites, esencias, tinturas, cuarzos, hierbas, imanes, y muchas más cosas que Pachamama, nuestra Madre Tierra, siempre nos da.

Se acerca el fin de este año, y es cuestión de una decisión personal, si verlo como el recuerdo de una terrible pesadilla, o un bendecido año que se comportó como maestro para sacarnos de la zona de confort, yo creo que al final fue un año que nos regresa a las cosas básicas y a nuestros orígenes, el hecho de lavarnos las manos, usar cubre bocas y carteas es un recordatorio de que tenemos que cuidarnos, y eso no es nada nuevo, así cómo entender que es nuestra responsabilidad nuestra salud, pero en todos los aspectos.

Si quieres saber más de este tema y otros que te pueden ayudar a desarrollar y fortalecer tu espíritu te dejo el link de mi página en FaceBook.

Alejandra Isabel Rangel Velázquez

Terapeuta certificado en Angeloterapia, Gemoterapia y Reiki Tera Mai

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