El coraje de ser uno con los otros

Doctor Arturo Mora Alva, investigador, escritor, académico y columnista Platino News

“El Universo no parece ni benigno ni hostil, simplemente indiferente a las preocupaciones de seres tan insignificantes como nosotros”. –Carl Sagan– 

“Cada uno de nosotros es una península, con una mitad unida a tierra firme y la otra mirando al océano. Una mitad conectada a la familia, a los amigos, a la cultura, a la tradición, al país, a la nación, al sexo y al lenguaje y a muchos otros vínculos. Y la otra mitad deseando que la dejen sola contemplando el océano”.Amos Oz-

Estamos en una época en la que se exalta el individualismo como una opción para ser y en donde el egoísmo es más que un simple espejo narcisista. La sociedad de mercado ha trasformado el reflejo en un holograma, en el que el juego de la imagen desde la perspectiva que se vea sirve para exaltar la autorreferencia y el hedonismo, siendo la única bandera para validar la existencia “valiosa” y “exitosa” de una persona.

Esta condición individualista que es festejada, promovida y exhibida en las pantallas por los diversos medios de comunicación, en especial en las redes sociales, y entre que somos números y estadística para el sistema económico y para el estado, la pregunta que emerge con urgencia es ¿Qué implica en estos tiempos ser una persona con dignidad, libertad y consciencia?

Sin duda la paradoja de la libertad aceptada por la sociedad mercado es que hoy nos auto explotamos libremente y asumimos una serie de prácticas sociales, que normalizan que seamos consumidores y en la que de vez en vez podemos ser electores para sostener desde una legitimidad institucionalizada una organización social funcional a los intereses de unas cuentas empresas y cada vez menos personas. La acumulación de la riqueza hoy es la forma más pervertida del capitalismo y la distribución de la misma, desde la justica social, es la gran asignatura pendiente, dado que los recursos naturales del mundo son de todos como humanidad y en sentido estricto no podrían tener dueños.

Pero la pregunta sobre el ser, sigue siendo una las preguntas que fundan nuestra capacidad y necesidad de cuestionarnos y de buscar respuestas de orden existencial que nos permitan tomar un nivel consciencia y por tanto de responsabilidad con uno mismo, siempre con los otros seres humanos con los que nos relacionamos y establecemos vínculos y compromisos. Hemos explorado múltiples explicaciones y respuestas, nos hemos dado sistemas de explicación filosóficos, argumentos e ideas que han querido dirigir o encontrar desde una noción fatalista del destino las razones por las que somos y estamos, en un determinismo que aparenta más una excusa para el conocimiento de lo que significa y representa el ser humano y el aceptar la insignificancia de nuestra existencia dentro de las escalas del tiempo y el espacio.

Sin embargo, el estar vivos y tener el ejercicio de la inteligencia, en la era y el contexto que nos toca vivir nos ha llevado a explorar y a seguir interrogando lo que conlleva ser persona, hay cambios civilizatorios que nos ponen en tesituras nuevas: tenemos más años de vida, somos más de 8 mil millones de seres humanos, la ciencia y la tecnología han hecho prodigios y han creado extensiones de nuestros sentidos, junto con artilugios, instrumentos, herramientas, maquinas y ahora la Inteligencia Artificial.

En la medicina hemos avanzado tanto que ahora todos estamos enfermos como lo expresó Aldous Huxley. Hoy los signos de los tiempos son la pobreza, la exclusión, las violencias, la discriminación, la intolerancia, la injusticia, la contaminación del medioambiente, la economía de guerra,  el capitalismo de mercado, la corrupción, y la impunidad, que junto al incremento del consumo de drogas legales e ilegales, y con terquedad de viejos modelos religiosos y nuevos fanatismos, a las que se suma la generalización de condiciones emocionales como son la depresión, la ansiedad, el burnout, la tristeza, las auto lesiones, el suicidio, el vacío, la soledad y el miedo, las posibilidades de reconocer y rescatar la necesaria reflexión de lo que ha implicado el desarrollo de la humanidad, pasa por fomentar la cooperación y la comunicación y que nos lleva a cuestionar de fondo la lógica de la competencia en la que se sustenta la economía y la moral capitalista.

Alexandre Jollien escritor y filósofo suizo, quien tiene una condición de parálisis cerebral, escribió este texto que invita a vivir de una forma diferente a lo que la sociedad actual promueve, desde pensarse en la singularidad de cada quien.

“Ser libre requiere coraje.

El coraje de liberarse de una apariencia de seguridad.

El coraje de atreverse a ser uno mismo.

El coraje de asumir la responsabilidad de sus elecciones.

El coraje de alejarse de lo que otros esperan.

El coraje de ponerte a ti mismo primero.

El coraje de asumir la responsabilidad.

El coraje de no esperar nada más de nadie.

El coraje de aprender siempre más.

El coraje de dar lo mejor de uno mismo.

El coraje de elegir, elegirte a ti mismo y el coraje de amar a quien quieras.

Sí, en esta sociedad basada en gran medida en el conformismo, que nos consuela por costumbre, en una forma de victimización, se necesita cierto coraje para atreverse a romper las propias cadenas, cuidarse y Ser.

Sal del capullo que se ha vuelto incómodo, y vive simplemente.”

Octavio Paz, en este fragmento de su poema Piedra de sol, nos pone frente al otro, a los otros para construir y vivir un “nosotros”.

“(…) —¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,

¿cuándo somos de veras lo que somos?,

bien mirado no somos, nunca somos

a solas sino vértigo y vacío,

muecas en el espejo, horror y vómito,

nunca la vida es nuestra, es de los otros,

la vida no es de nadie, todos somos

la vida —pan de sol para los otros,

los otros todos que nosotros somos—,

soy otro cuando soy, los actos míos

son más míos si son también de todos,

para que se pueda ser he de ser otro,

salir de mí, buscarme entre los otros,

los otros que no son si yo no existo,

los otros que me dan plena existencia,

no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,

la vida es otra, siempre allá, más lejos,

fuera de ti, de mí, siempre horizonte,

vida que nos desvive y enajena,

que nos inventa un rostro y lo desgasta,

hambre de ser, oh muerte, pan de todos (…)”

Para vivir y sobrevivir en estos tiempos, si queremos abonar a la esperanza de un mundo mejor y poder tener una vida mejor, se requiere el coraje de ser uno y de ser necesariamente con el otro, con los otros, que es todo un desafío para poder ser uno y para poder ser con los demás.