El ahorro: escudo olvidado de la clase media mexicana

María Ordoñez Molina, especialista en finanzas personales.

En México, hablar de ahorro entre la clase media parece, a menudo, un lujo más que una necesidad. Sin embargo, en un entorno donde los beneficios gubernamentales son limitados o nulos para este segmento, el ahorro no solo es importante: es urgente.

La clase media sostiene gran parte de la economía del país. Paga impuestos, consume, invierte en educación y aspira a una vida con mayor estabilidad. Pero también es la más vulnerable a los vaivenes económicos. No accede a programas sociales que amortigüen emergencias, ni tampoco tiene, en muchos casos, ingresos lo suficientemente altos para enfrentar contingencias sin endeudarse.

La falta de cultura financiera, unida a ingresos que apenas cubren lo esencial, ha creado una paradoja: una clase media que aspira, pero que vive al límite. Y cuando no se ahorra, cada imprevisto —una enfermedad, un desempleo, una emergencia familiar— se convierte en un riesgo que puede significar retrocesos de años.

Ahorrar no es guardar lo que sobra. Es una práctica consciente, un acto de responsabilidad con el futuro. Significa, en muchos casos, redefinir prioridades y entender que no todo lo urgente es importante. Como coach en finanzas personales, he visto cómo pequeños cambios —presupuestar, eliminar gastos hormiga, automatizar el ahorro— pueden marcar la diferencia.

Además, el ahorro es el primer paso hacia la inversión, la construcción de un patrimonio y la verdadera libertad financiera. Si el Estado no puede ofrecer una red de seguridad para la clase media, entonces debemos crearla nosotros mismos.

Por eso, más que una recomendación, el ahorro debe ser una estrategia de supervivencia. En una economía donde los privilegios son para pocos, el hábito de ahorrar es uno de los pocos escudos que aún están en nuestras manos.