Dos perspectivas de la violencia

Francisco Meza
Francisco Meza pluma Platino News

La violencia continúa siendo en nuestro país uno de los problemas más abordados y discutidos. Algunas de las perspectivas desde las cuales se aborda son: el de las autoridades y lo que destacan los medios de comunicación.

Revisemos a grandes rasgos lo que destaca cada una de estas perspectivas y hagamos una evaluación que nos permita acercarnos a esta problemática.

DE LAS AUTORIDADES

Para la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez: “Hoy se trabaja con estrategia, inteligencia, con acciones concretas para minar estructuras criminales. Estamos en el camino correcto, en el camino que considera cero impunidad y cero corrupción” Resultado de lo anterior, se tiene una tendencia a la baja en homicidios en un 17.1% y el mes de abril de 2022 fue el más bajo desde hacer cinco años. Respecto al periodo de enero-abril se tienen contabilizados 9,895 homicidios dolosos, un promedio de 82 homicidios diarios.

En Guanajuato, en el reciente Cuarto Informe de Gobierno se afirma que se ha recuperado la paz y se informa que la entidad tiene el primer lugar en la reducción de la tasa de homicidios en 21%. En el mes de abril se registra una disminución del 36% respecto al año pasado y se debe principalmente a la coordinación con la federación, el estado y los municipios.

DE LOS MEDIOS COMUNICACIÓN

Recientemente los medios han destacado que el 24 de mayo se registró el segundo día más violento en lo que va del sexenio con 118 homicidios dolosos. El primero fue el 1 de diciembre de 2019 con 127 homicidios. Apenas tres días atrás se habían registrado 107 asesinatos y 10 días antes 105 homicidios.

También que el número de homicidios en lo que va del sexenio asciende a 121,739, ya superando el sexenio de Felipe Calderón. En lo que se refiere al mismo número de meses (43) del sexenio ya supera a todos los anteriores.

Respecto al estado de Guanajuato, se destaca que en la misma fecha del 24 de mayo fue cuando se registró la masacre en varios establecimientos de la ciudad de Celaya donde perdieron la vida once personas. La entidad continúa siendo el primer lugar en cuanto al número de homicidios con 14,374, le sigue el Estado de México con 10,149 y, en tercer lugar, Baja California con 9,814.

EVALUACIÓN

Considerando lo anterior son oportunas las siguientes consideraciones:

– Es verdad que no existe contradicción entre las dos perspectivas, simplemente cada una destaca una parte de la información. Efectivamente existe una disminución en el número de los homicidios dolosos; sin embargo, en números totales siguen siendo altos y lo seguirán siendo porque se irán acumulando con las primeras cifras que fueron de las más altas comparadas con otros sexenios.

– Ahora bien, difícilmente veremos una explicación de las estrategias implementadas y los resultados obtenidos. Es decir, solamente se informará a grandes rasgos que la disminución de homicidios se debe a la inteligencia y coordinación; por lo que, es difícil para el ciudadano hacer una evaluación completa de la política de seguridad.

–  Tampoco es posible asegurar que la tendencia a la baja continuará los próximos años. Solo basta recordar que al inicio del gobierno del presidente Peña Nieto también registró una disminución de 25,967 en el 2012 a 23,063 en el 2013; no obstante, al cierre de su administración se dispararon a más de 30 mil. Efectivamente hay un descenso y queda por ver si se mantiene en los próximos años.

– También los eventos que destacan los medios de comunicación pueden ser los diferentes picos que se dan. Eso es completamente natural, así como veremos picos altos, también veremos picos bajos en el número de homicidios, pero al tratarse de vidas humanas no deja de provocar mucho ruido mediático. Los recientes homicidios en Celaya no dejan de tener eco internacional porque ocurren con una impunidad de escándalo, propia de países con un frágil Estado de Derecho.

– De esta manera, la violencia en México tiene ciertas señales positivas, pero por prudencia no es posible cantar victoria básicamente por dos razones: la primera, no es posible asegurar la tendencia de la violencia generada por el crimen organizado y segundo, porque todavía algunas instituciones responsables de la seguridad son ampliamente superadas por la delincuencia organizada para prevenir o contener la violencia.