Agencias.- José Medina Mora Icaza, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), aseguró que las refinerías de Dos Bocas y Deer Park para son sólo un alivio parcial para garantizar el abasto de combustibles.
El empresario manifestó que lo correcto es invertir en la mejora de procesos, en tecnología, en generar alianzas con empresas y elevar la productividad de Pemex para alcanzar la anhelada seguridad energética.
Añadió que en 2021, el promedio de utilización de las 6 refinerías existentes fue del 44% de su capacidad: “Son antiguas, con tecnología obsoleta, que apenas alcanzan a producir en conjunto un promedio de 247 mil barriles diarios de gasolina”.
“Sin embargo, para satisfacer la demanda de gasolinas para autos, se compran en el extranjero casi 300 mil barriles al día”, apuntó el representante empresarial.
Recordó que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha desestabilizado en materia económica y energética al mundo, por lo que los combustibles han alcanzado precios altos no vistos en una década y eso afecta de forma directa la inflación.
México, agregó, es un exportador de petróleo, pero un importador de gasolina, diésel y gas: “En 2021 exportamos 28 mil 926 millones de dólares de productos petroleros (petróleo crudo, gasolinas, diésel, gas natural), pero importamos 53 mil 851 millones de dólares”.
Adicionalmente, Pemex importó alrededor del 60% de la gasolina que vendió en México.
“Pero la solución a este tema está lejos de ser sencilla, el gobierno ha planteado como solución ser autosuficientes (soberanía energética), es decir, dejar de exportar petróleo para producir la gasolina que necesitamos. Hacer eso, según los expertos, nos llevaría a terminar importando ya no gasolinas, sino petróleo”, comentó.
“Es complejo ir contra las leyes del mercado, si México importa gasolinas es porque es más barato comprarlas a otros países que producirlas aquí”, agregó.
El presidente de la Coparmex manifestó que los mexicanos necesitan de los combustibles y la energía eléctrica de forma directa o indirecta, ya sea en nuestras casas, en las escuelas, en los hospitales; o de forma indirecta para que, por ejemplo, los alimentos lleguen a las tiendas, funcionen los refrigeradores de una carnicería o tengamos acceso a internet.
“Hoy es urgente erradicar la pobreza energética, es decir, promover la inversión para que todos seamos incluidos y contemos con las mismas oportunidades de acceso a estos insumos, así como debemos velar para que nuestra generación y consumo energético no agrave el cambio climático”, expresó.
Mediana Mora Icaza contó que el presupuesto en inversión física para 2022 tuvo un aumento real del 17.6% con respecto a 2021, lo cual la ubicará en el nivel más alto desde 2017 y representará el 3.1% del PIB.
“A pesar del aumento, el gasto en inversión aún se encuentra por debajo del 4.5% recomendado por el Banco Mundial para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y no necesariamente está orientado a los rubros de modernización de la infraestructura o a elevar la productividad en el sector”, dijo.
Uno de los pilares del nuevo modelo energético mexicano, añadió, es que muchas áreas prioritarias, como el almacenamiento y logística, actualmente deficientes se comiencen a atender por parte de terceros, después de años de abandono y acceso exclusivo.
“Pemex no puede solo, pero sí puede salir adelante y garantizar la seguridad energética en combustibles del país si trabaja de forma coordinada con las empresas privadas del sector. ¿Por qué cancelar permisos o suspender la operación de terminales de almacenamiento si en este momento más oferta de combustibles puede ayudar a que los precios bajen? Sin la participación de privados traería por consecuencia menos proyectos, incremento en el riesgo de suministro, donde si un actor limita su participación, el país podría incluso sufrir desabasto”, advirtió Medina Mora Icaza.