Si bien es cierto que el caso de la joven de Nuevo León, Debanhi Escobar, ha concentrado la atención nacional, la realidad es que en México se tiene el registro de entre 22 mil y 26 mil mujeres desaparecidas, el 55% de ellas de 15 a 19 años de edad.
El primero de los datos es de la Secretaría de Gobernación y el segundo de la Comisión Nacional de Búsqueda, más a final de cuentas, cada caso es la historia de un ser humano y una tragedia para una familia.
Las cifras son el acumulado a partir de los años 60 a la actualidad, pero claro, entre esa década y el 2005, solo se tenía el registro de unos 250 delitos de ese tipo, pero a partir del 2006 al 2021, sumaron más de 20 mil.
El Comité de las Naciones Unidas en Contra la Desaparición Forzada señala que en nuestro país hay alrededor de 90 mil personas desaparecidas, lo que nos indica que las mujeres representan como el 24% de ese total.
Por presión social, en Guanajuato finalmente se aceptó hace unos años que se tenían denuncias de dos mil 400 hechos de esa naturaleza. El Estado se fue actualizando en materia normativa y de creación de instancias de búsqueda e identificación, mientras la Federación y otras entidades nos llevaban años de ventaja.
La Fiscalía local nos dice en su informe reciente que el 90% por ciento de esas personas han sido localizadas. Nada más queremos ver las listas con nombre y datos generales para creerlo.
Hace tres días, el Senado de la República aprobó la creación del Centro Nacional de Identificación Humana que deberá operar en unos tres meses, excelente, pero creo que se les olvidó destinar los recursos necesarios para su funcionamiento.
La formación de unos 15 colectivos de búsqueda en Guanajuato, cuatro de estos en León, son un reflejo del verdadero problema que subyace tras los números oficiales.
Como dio cuenta, con una cobertura sinigual, el am de León, en la comunidad de Comanja de Corona, fue descubierta una fosa clandestina en la que hasta media semana se habían ubicado los restos de 13 personas, entre hombres y mujeres, aunque en unos casos no era posible aún determinar el sexo.
Si bien la comunidad pertenece a Lagos de Moreno, Jalisco, la verdad es que geográficamente está más cerca de León y esto nos dice que las víctimas pueden ser más bien originarias de municipios de Guanajuato.
Este es un hecho inédito para la localidad, porque antes únicamente se había ubicado una fosa cerca de Barranca de Venaderos, con los restos de posiblemente unas tres personas.
Pocos los ven así, pero la noticia de Comanja es terrorífica como lo han sido las adocenadas inhumaciones ilegales de los municipios del sur del estado donde han sido cientos los hallazgos de restos humanos.
La localización de desaparecidos, tanto vivos como muertos, son principalmente logros de los Colectivos de Búsqueda, compuestos en su mayoría por mujeres que nos recuerdan a las Abuelas de la Plaza de Mayo, argentinas, que buscaban ubicación de cientos de niños extraídos y desaparecidos por la última dictadura.
Nos recuerdan también a las mujeres chilenas “Arpilleristas”, quienes, con las fotos de sus desaparecidos (a causa de la dictadura de Augusto Pinochet) protestaban con una danza tradicional de su país.
Conmovían sus protestas que incluso Sting compuso la canción “Ellas danzan solas”, cuyos versos las describían: ellas bailan con sus padres, con sus esposos, con sus hijos, ellas bailan con amores invisibles….