
Agencias, 18 de diciembre de 2025.- La reciente decisión de México de aumentar los aranceles a más de 1,400 productos originarios de países sin tratados de libre comercio, especialmente asiáticos, fue vista con buenos ojos por el gobierno de Estados Unidos, que la consideró un paso positivo rumbo a la revisión del T-MEC en 2026. Para Washington, esta medida representa una señal clara de que México está alineándose en temas de seguridad económica y en el combate a prácticas de economías no de mercado.
Así lo señaló Jamieson Greer, representante comercial de Estados Unidos (USTR), al presentar ante el Congreso su informe sobre la operación del T-MEC y la estrategia de la Administración para la próxima revisión conjunta del acuerdo, programada para el 1 de julio de 2026.
En su análisis, Greer enfatizó que México ha comenzado a atender una de las principales inquietudes de Estados Unidos: el uso del territorio mexicano por parte de terceros países, en particular China, para evadir aranceles y reglas de origen.
De acuerdo con el funcionario, el Senado mexicano aprobó una iniciativa para subir aranceles a más de 1,400 productos provenientes de países que no forman parte del T-MEC. Esta acción forma parte de un plan para protegerse del exceso de capacidad industrial de economías no de mercado y evitar distorsiones en la región de América del Norte.
Para Estados Unidos, este ajuste es solo el primer paso hacia una alineación estructural en temas de seguridad económica, uno de los asuntos más relevantes que busca abordar en la revisión del T-MEC.
La revisión del T-MEC, agendada para julio de 2026, no será automática, advirtió Estados Unidos. El proceso requerirá negociaciones y estará condicionado a que México y Canadá acepten cambios estructurales en áreas clave como reglas de origen, seguridad económica, inversión extranjera y coordinación frente a economías no de mercado. Aunque diferentes sectores productivos apoyan el acuerdo, las deficiencias acumuladas en estos seis años impiden una ratificación automática, por lo que Estados Unidos contempla todas las posibilidades, incluso la no renovación, si no hay avances satisfactorios.
Por último, Greer reconoció que el T-MEC ha brindado certidumbre y ha impulsado el comercio en la región, con un incremento del 56% en las exportaciones estadounidenses hacia México y Canadá desde 2020. Sin embargo, afirmó que el acuerdo aún no cumple del todo su meta principal de fortalecer la manufactura en Estados Unidos ni de reducir vulnerabilidades estructurales. “El T-MEC ha sido exitoso en cierta medida, pero no puede considerarse un éxito total”, concluyó, señalando que persisten altos déficits comerciales, incentivos para la relocalización de la producción y prácticas que afectan la competitividad estadounidense en la región.






