Derecho de réplica, mi entrevista con Karla Alcaraz Olvera

Karla es consciente de todos los señalamientos que rodearon el proceso de elección

Tengo mucho respeto por mis antecesores, pero me he propuesto ser la mejor procuradora de derechos humanos que haya tenido Guanajuato.

En sus palabras se percibe la confianza en sí misma. También se siente una rebeldía silenciosa, una determinación de ser reconocida por sus propios méritos y no por los logros de otros.

De nuestro encuentro

No nos conocíamos, esa tarde fue la oportunidad. Durante el tiempo de charla ella me permitió descubrir y entender lo que yo llamé en una columna previa “sus silencios”, “La auto censura de la primera ombudperson” (julio, 2025). A su vez, ella tuvo la oportunidad de conocer de cerca mis preguntas y cuestionamientos, lo que nos permitió encontrarnos en otro plano de diálogo, el directo. Ambas ganamos.

Durante nuestra charla, descubrí a una mujer que observa con intensidad. Se concentra, sabe escuchar y habla pausada, con una cautela que sugiere que cada palabra es cuidadosamente elegida. A pesar de su calidez y cercanía, hay en ella una reserva subyacente que la hace parecer siempre alerta.

Soy Karla, una mujer comprometida que le gusta su trabajo. Soy una mujer que tiene la convicción de llevar mi vocación institucional lo más alto que se pueda. Soy mamá autónoma de Sofia y Mariana, mis hijas son mi motor de vida.

La maternidad es el primer gran tema, que, sin proponérselo, me permite reconocerla. Asume con honestidad que a diferencia de la expectativa que recae sobre las mujeres, en su caso el anhelo de ser madre no fue nunca una prioridad, ni siquiera una intención.

Ejerce la maternidad desde la conciencia de saberse acompañada por sus hijas, con quienes ha delineado un modelo de familia que vive con tranquilidad y orgullo.  Una maternidad que define como experiencia compleja, su cuerpo y sus expresiones me hablan de todo lo que pretende transmitirme al hacer esa referencia.

En cambio, la expectativa que si definió de forma temprana y determinada es la relativa a su desarrollo profesional. Como abogada con espíritu ignaciano, originaria de León, habla, piensa y aborda todo desde los razonamientos jurídicos.

La historia que la explica

Leonesa de origen, Karla, la mayor de tres hermanas, Marcia y Mónica, refiere sin ambigüedad el carácter tradicional de su familia. Al crecer con un padre estricto, aprendió a encontrar su lugar y allanar el camino a sus hermanas en la dinámica familiar, lo que le permitió desarrollar una temprana rebeldía que todavía se encuentra en ella.

Hermana mayor que admira a sus padres, en especial a su mamá: María Soledad es mi ejemplo de vida, ella me habló de autonomía y de no dependencia…tú debes ser mujer con herramientas. Lo que antes le dijo su madre, hoy son lecciones para sus hijas.

Los siguientes minutos de nuestra charla me comparte con orgullo la historia universitaria y profesional de su madre, con ello sus primeras sonrisas que anunciaban licencias de comodidad en nuestro espacio de diálogo, debieron pasar varios minutos, varios.

También hablamos del presente, la salud y la vejez de sus padres a quienes acompaña desde todos los espacios posibles. No importa que ella sea la primera ombudperson en Guanajuato, la dinámica vital, la importante, no se detiene ante títulos y cargos.

Ella se nombra

Ella es la primera mujer en el cargo, sabe que las expectativas se multiplican, su prudencia de nombrarse frente a otras se lee desde estos reconocimientos. Hablamos los siguientes minutos sobre la importancia de encontrarnos las mujeres, feministas, no feministas, todas. Así como de la posibilidad que ella representa para quienes creemos que la llegada de las mujeres debe resignificar nuevas formas de administrar y gestionar espacios de poder y de decisión.

Me asumo feminista, lo digo para mí y lo comparto con mis hijas, lo ejerzo en defensa de mis convicciones. Mi experiencia familiar mi permitió asumirme feminista, había cosas que no me checaban y con la relación de autoridad de mi padre tuve esos primeros cuestionamientos. Karla no es la única que puede explicar de esta forma su reconocimiento con una posición de cuestionamiento y crítica política, como lo es feminismo. Una frase que nos explica con esa consciencia a muchas es el reconocimiento obligado de nuestras propias historias.

Una feminista formada desde la experiencia, como ella misma señala, que mantiene sus propios procesos de búsqueda y encuentro con otras mujeres. En estos espacios de diálogo, observo sus pausas, la elaboración de sus palabras. Se sabe Procuradora de derechos humanos en un estado con alarmantes índices de violencia e impunidad para las mujeres, con desapariciones diarias de niñas y adolescentes en medio de una profunda desolación institucional. Un territorio donde las crecientes voces de exigencia permanecen vigilantes al desempeño de áreas y perfiles que representan legítimas esperanzas de justicia y cambio.

La primera en tiempo

Con cincuenta años cumplidos, se define así misma como una mujer disciplinada y también dispuesta a la rebeldía, su llegada a la Procuraduría de Derechos Humanos fue circunstancial, pero definitiva.

Karla ingresó a la Procuraduría a través del servicio social, aunque su objetivo inicial era ser jueza. De hecho, estudiar derecho fue un paso clave para alcanzar ese propósito. Sin embargo, con el tiempo, su trayectoria en la institución la llevó a destacar por sus años de experiencia y crecimiento interno, lo que se reflejó en la prensa como uno de sus principales atributos

Cuatro años antes de su designación, Karla intentó por primera vez ocupar el cargo. En sus propias palabras, fue un proceso largo y estresante en el que muchos momentos pensé que no se iba a lograr. Leyó la coyuntura y articulo el camino que involucro entrevistas y muchos diálogos. Yo tenía mucha esperanza, quería y quiero ser procuradora”, afirma. Soy una mujer persistente, para mí es mi momento o no habría otro.

Karla es consciente de todos los señalamientos que rodearon el proceso de elección: voces que la vincularon al PAN, a sus antecesores, particularmente a su antecesor. Lo entiendo desde el juego del show político, afirma. No me voy a quedar con eso, ni me quedaré clavada en ello. Reconoce que hubo gente que fue grosera, pero enfatiza que no tuvo ni tendrá confrontaciones. Respeto opiniones, con los hechos demostraré que es incorrecto. No aspiro a ganarme likes. Mi responsabilidad es resolver los expedientes lo mejor que pueda, no pienso distraerme.

Como funcionaria, Karla reconoce que la cantidad de eventos que demandan su presencia no es algo que disfrute particularmente. Por el contrario, valora el tiempo en la oficina, donde se enfoca en una dinámica de trabajo compleja y en sacar adelante varios expedientes. También admite que ha sido un desafío encontrar perfiles comprometidos y romper resistencias, ya que el patriarcado sigue estando muy arraigado. No es sencillo, reconoce

Sobre los tiempos de las mujeres, como se les llama en las narrativas institucionales, Karla aspira con franqueza a que no se traten de una simulación. Nos ha tocado una época muy complicada a las mujeres, afirma. Los espacios que antes eran ocupados por hombres y ahora lo son por mujeres. Nos corresponde un momento histórico muy complejo, donde tenemos que atravesar problemas muy difíciles y, además, la posibilidad de ser señaladas por no haber sido capaces de afrontarlos… ¡Justo esto pasando cuando llegamos las mujeres! Karla enfatiza que, en estos momentos, todo el mundo te voltea a ver porque eres mujer. Hay una vigilancia extrema, agrega. Asumen que llegamos por ser mujeres. Me lo han cuestionado.

Antes de despedirnos, quiero enfatizar la importancia de que sigan llegando más mujeres a la dirección de la procuraduría. Asumo este compromiso con firmeza. Coincidimos, romantizar los llamados ‘tiempos de las mujeres’ no es conveniente, menos para las mujeres. Me ubico como una mujer con un firme compromiso de dar lo mejor para las mujeres, para sus familias y para todas las que trabajan conmigo. Al interior de la Procuraduría, tengo la certeza de que ya es notorio que ha llegado una mujer con un nuevo estilo de liderazgo. Hacia el exterior, quiero que ocurra lo mismo; estoy en ese proceso.

Continúa en meses de reacomodo de la casa, siendo meticulosa en sus movimientos, fiel a su personalidad. Pero también es consciente de dónde está parada: es la procuradora, la primera, y eso es suficiente en un sistema que continúa resistiendo y que esta articulado desde férreos controles panistas. Deberá ser tenaz y asumir los costos que conlleve si quiere conseguir su propósito de trascender. En sus palabras, quienes llegan a la procuraduría ya han tocado todas las puerta‘. Esta constatación no solo refleja la realidad de la institución, sino que también la compromete a diseñar una ruta para reposicionarla frente a la ciudadanía, frente a las víctimas y de frente con los otros poderes públicos.