Ciudad de México, 31 de mayo de 2022.- De entre todos los problemas que aquejan al país, el Presidente de la República ha decidido iniciar una cruzada en contra del vapeo firmando un Decreto que prohibe la circulación y comercialización de estos productos.
El Presidente y el Subsecretario López Gatell, argumentan que las padres y madres no están suficientemente informadas sobre los “estragos que producen estos productos” que, contradictoriamente, se encuentran regulados, no prohíbidos en más de 60 países.
Autoridades sanitarias de reconocido prestigio en distintos paises no sólo regulan los vapeadores, sino que promueven activamente que sus fumadores dejen el cigarro convencional y migren a estas alternativas, porque la evidencia científica ha demostrado que son menos dañinos.
Las contradicciones del Presidente son alarmantes:
- Utiliza frases como “prohibido prohibir” para luego prohibir desde la desinformación misma.
- Quiere regular el cannabis, pero le impone una prohibición a cinco millones de vapeadores, según sus propias cifras.
- Utiliza como única evidencia de daño un estudio reaizado en Estados Unidos cuya conclusión fue publicada hace más de un año negando que la nicotina pueda ser la causante de la presencia de Acetato de Vitamina E, dado que simplemente no se encuentra presente en ésta.
La regulación sanitaria y la salud de los mexicanos es demasiado importante como para estar en manos de dos personas que la abordan de manera superficial y sin contrapeso.
Por ello, hacemos un llamado para que:
- El Consejo de Salubridad General aborde el tema de manera integral, estudie la evidencia científica disponible, analice las decisiones de otras autoridades sanitarias y emita las recomendaciones del caso.
- Los grupos parlamentarios del Congreso de la Unión retomen la discusión respecto de este tema que cuenta con más de una docena de inciativas presentadas por todas las fracciones y que promueven su regulación responsable.
Fumar mata y no hay mejor estrategia sanitaria que impulsar la cesasión. Bajo ninguna circunstancia un menor de edad debe tener acceso a cigarrillos convencionales o dispositivos de vapeo.
Sin embargo, para aquellos fumadores adultos, adictos a la nicotina, que por esa razón o cualquier otra no pueden o no quieren dejar de consumirla, la regulación debe ofrecerles alternativas de consumo, sobre todo si la evidencia demuestra que son menos dañinas.