Saludos diputada, no te veía desde el pasado jueves 5 de junio cuando en uso de tribuna reculaste tu voto que una semana previa habías hecho público a favor de la despenalización del aborto en Guanajuato. Entonces como ahora sigo preguntándome que ocurrió en tus fueros internos para tal replanteamiento, lo que haya ocurrido, intento respetarlo, aunque no lo comparto. Incluso permanece mis dudas sobre si tu lo compartes.
Una semana para giros argumentativos de tal talente nos producen más dudas que certezas, seguro podrás entender esto último si lo analizas con la distancia de verte a ti misma con dos participaciones diametrales distintas en apenas una semana, ¿son dos personas distintas o cual es la auténtica?, ¿debemos mantener el estado de alerta con próximos votos por aquello de lo dubitativo que puedan parecerte? Insisto, verte a distancia a ti misma te puede aproximar a nuestro desconcierto, date el tiempo de ver tu propia película.
Quiero pensar durante esa semana y ahora mismo que esas reflexiones y motivaciones te son propias a ti y solo a ti, así lo asumiste públicamente. Escandaloso me resultaría siquiera imaginar que fueron producto de acuerdos poco rentables para tu persona y carrera política que no requería de aplausos compacientes de una oposición que en sus adentros respiraba como quien descansa con aquella frase de que se haga el incendio en la casa de mi compadre.
Indagando sobre tu trayectoria me comparten que eres una mujer que se ha empeñado con trabajo y resultados en tu trayectoria política militante lo que ha permitido que incluso se te considere candidata natural para gobernar el municipio de donde eres originaria, como ironía justamente por el trabajo comprometido con las habitantes. Una mujer con tu camino no podría haber sido engañada, no se puede ser víctima con esas experiencias de trabajo militante, no habría daga o espadas que lo explicaran, solo estará la posibilidad de ser voluntaria de tal contradicción hecha rectificación… ¡ajustes de conciencia en una semana!
Desde esta perspectiva testimonial sobre tu trabajo, la diputación local que hoy ejerces es producto de tu perseverancia, eventualmente del reconocimiento de tu partido y en gran medida de las exigencias de las mujeres que como tú, como yo y muchas otras hemos realizado para que nuestros derechos, capacidades y resultados sean reconocidos en todos lo planos públicos. Tú diputación te pertenece, ojalá que al considerar el ajuste de conciencia lo hayas tenido más que claro, no había necesidad de validar ante otros lo que habías validado con tu trabajo desde hace años. No había nada que probar.
Te platico diputada que mientras estabas en tribuna esbozando con una voz nerviosa los elementos que valoraste para retractarte de la palabra dada una semana antes, sabrá que desde la congruencia un voto es lo que la palabra dada de ahí su trascendencia, el patriarcado sonreía plácidamente. De sonrisa pasó a carcajada este mismo patriarcado cuando fuiste rodeada por las otras diputadas del PAN, un montaje innecesario que lo único que provocó fue un cuadro para la memoria de la ignominia del Guanajuato antiderechos.
La sesión que solo requería de un voto para lograr la despenalización se convirtió en un espacio de confrontación que dejó en evidencia algo que me resulta muy difícil de creer que haya sido producto casuístico en el entramado de la deliberación política en los tiempos de las mujeres: en las dos últimas semanas en medio de un debate con finales nunca logrados, son dos mujeres quienes frenan la exigencia de otras mujeres. Todo ocurre frente a hombres coordinadores de fracciones partidistas que de forma extraordinaria no cabildean votos en bloque. Coordinadores a salvo, ellas, solo ellas lo detuvieron el derecho para otras.
Así que insisto querida diputada Itzel, confío que a tus repasos de conciencia de esa semana sean ajenos a las motivaciones patriarcales que permitieron salir invictos a más de uno frente a un mayoritario ojo público, otras tantas sabemos que no hay casualidades, y que el tablero de votos no es como lo pintan. No fue una pugna entre mujeres, no es que una vez más entre nosotras no nos hayamos puesto de acuerdo… ¡qué ingenuidad quien así lo crea!
Ayer la volví a verte diputada Mendo, te leí en distintos medios de comunicación donde se habla de que estás valorando la posibilidad con su equipo jurídico de ejercer acciones contra la diputada Sandra Pedroza por presunta violencia política por razones de género, ojalá que esta vez también recules de tal posibilidad a propósito de sus revisiones semanales de posturas. No distingo alcance útil que pueda tener tal acción para ti, o para tu desempeño legislativo, y menos aún, para el compromiso de trabajo que tiene con las mujeres de Guanajuato a quienes nos negaste derechos.
El sentido de tu voto, que fue definitivo para la no aprobación de la despenalización del aborto en Guanajuato, te compromete hoy más que nunca a trabajar en acuerdos con todas las legisladoras para elaborar planes de acción que abatan la violencia y la desigualdad que atraviesa la vida de las mujeres, en particular de aquellas que enfrentan maternidades no deseadas en contextos de sobrevivencia diaria. Ahí te queremos ver concentrada y ocupada.
Denunciar a Sandra Pedroza, diputada de MC, por la atinada o desatinada expresión simbólica que tuvo, nuevamente resulta desconcertante, nos permite ver que solo analizas tu presunta criminalización, como centro de una medida legislativa que con tu voto nos criminalizó a todas. No diputada, no te criminalizamos por pensar distinto a nosotras, te señalamos por no cumplir con la ley, te cuestionamos por no cumplir como legisladora al garantizar los derechos humanos de todas. No te criminalizamos, es más te aseguro que te respetamos más que quienes te rodearon en aquella sesión, y desde esa postura de respeto, te exigimos: ya que votaste en contra de la despenalización concéntrate en una agenda que hable de tu ejercicio de conciencia, queremos verte los siguientes dos años con esa congruencia enérgica que hablaste para negar derechos.
Que la tranquilidad que albergas, según expresaste en entrevistas, después del ajuste al sentido de tu voto te permita asumir de forma objetiva la responsabilidad que implicó para la vida de otras que hayas sido el voto decisivo en la no despenalización. Ojalá tú tranquilidad nos alcance a todas a través de tu hacer legislativo concentrado en lo que prometieron construir todas y todos los que negaron la despenalización.
Cierro mi monólogo contigo diputada Mendo, recordando aquella expresión de antaño sosiégate entendida ésta desde su acepción de “aquietar las alteraciones de ánimo”, desde esa nostálgica expresión convendrá que te des oportunidad con esa quietud de revisar lo ocurrido en una semana, ser tu principal crítica, partiendo del conocimiento que tienes de tu propia historia de esfuerzo, trabajo y empeño…de lograr tal revisión exhaustiva y confrontante, es posible identifiques el nombre que se registrará en la historia cuando se recuerde en un momento culmen la no despenalización del aborto en Guanajuato…te adelantó, no será el de ningún hombre, tampoco lo será el de algún coordinador, tampoco de las mujeres que te rodearon en tribuna.
¿Por qué asumir ese costo histórico una mujer con tu trayectoria y posibilidades? Me sigo preguntando… al tiempo.