León Guanajuato a 13 de agosto de 2021.- En nuestro país existen cientos de ordenamientos legales, constituciones, códigos, leyes, reglamentos, disposiciones administrativas, en fin normas que pretenden regular la conducta de los integrantes de la sociedad y del gobierno mismo, para darnos una vida con orden, paz y protección a nuestra persona.
La existencia de estas normas es un elemento objetivo, es decir, concreto, pero no es nada sin la existencia de un elemento subjetivo, es decir, el sujeto, quien percibe y da vida al objeto, en el caso que nos ocupa, seria como los ciudadanos y el gobierno, le damos vida a las normas y procuramos su cumplimiento.
En estos días leí un reportaje del diario “El País”, un diario español, que realizo un articulo sobre una ciudadana Argentina que contrajo nupcias con un ciudadano Suizo y se mudo al país de este ultimo, donde vivió 7 años, tras divorciarse de su pareja, se muda a Argentina nuevamente, una de sus reflexiones centrales es que los suizos eran, a su consideración, “muy cuadrados”, “poco sociables”, “y que no se te podía pasar nada como por ejemplo, sacar la basura en el día que no correspondía sin que un vecino te denunciara y te multaran por ello”, “todos cuidan la ley y te increpan y denuncian”, y para ella, no era un ambiente donde se sintiera a gusto y opto por emigrar.
De inmediato me llevo a reflexionar sobre como, de manera general, en Latinoamérica, tenemos esa tendencia a pensar que vulnerar un “poquito” la ley no hace mal, que debería ser “comprensible” que a veces se nos olvide respetar las normas, en mi experiencia en trabajo con la comunidad, la misma no percibe que algunas de las cosas que hacen vulneren las normas, y se piensa que si lo hacen, no es grave y debería perdonarse.
Eso es lo que las autoridades y ciudadanos llaman “tener criterio”, perdonar el incumplimiento de la ley, atendiendo a las circunstancias en que se comete esa omisión de la ley, queremos que nos entiendan y perdonen cuando no cumplimos la ley; lo que no percibimos es que esa laxitud repercute de manera global en todo nuestro sistema legal, de justicia y de seguridad, y ello ante las situaciones que vivimos en nuestro país, no es cosa menor, el respeto a la ley es en todas las circunstancias, menores y mayores.
En nuestro país, si tiramos basura y alguien nos reclama, nos enojamos y enfrentamos al denunciante, no todos, pero si muchas personas, se le dicen cosas como “a ti que te importa”, “no podía llevarme la basura tanto tiempo”, “no hay botes de basura”, y bueno, las redes sociales están llenas de videos de cómo los ciudadanos, incumpliendo la ley, tiene todavía la temeridad de enfrentar a la autoridad y resistirse a cualquier acción de la misma; llevándonos a un circulo vicioso de incumplimiento, la autoridad a veces cede y relaja el “criterio”, y el ciudadano convalida entonces su visión, de que era un abuso de la autoridad que le pidieran cumplir la ley.
Todo lo que haga el gobierno en materia de seguridad, y de manera transversal el resto de las áreas de la administración en todos los niveles, debe referir a la cultura de legalidad, cumplir las normas siempre, todos, las leyes se crearon para proteger bienes jurídicos, como la vida, la integridad, el patrimonio, entre otros, de su eficacia y respeto deriva que no suframos afectaciones; pero también los ciudadanos debemos pugnar por el cumplimiento de las normas, no solo en nosotros mismos, sino con los demás, no es ser “metiches” o “chismosos”, sino que es nuestra obligación pues todos formamos parte de lo que se conoce como “control social informal”, es decir, participamos del control de las conductas antisociales, en apoyo de las autoridades. Cumplir la ley nos beneficia a todos, aunque no seamos suizos ni vivamos en Suiza.