El arte de la política implica el establecimiento de diálogo, acuerdo, acción, reacción y resultados. Es lo mínimo que esperaríamos las y los ciudadanos que hemos elegido a nuestras autoridades de manera democrática y libre.
No se trata de un juego de vencidas, no. Se trata de dar los mejores resultados para una sociedad que, de por sí, atraviesa por varias vicisitudes y que merece estar mejor.
Hoy tanto la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo como la Gobernadora de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, han encontrado ese punto de equilibrio, respeto y colaboración para dar resultados en materia de seguridad y economía.
Comenzaré con una reflexión: ¿De qué tamaño es el problema que se escondió bajo la alfombra? Veamos, durante el sexenio de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo el tema de la inseguridad sólo se resolvió con una estrategia de silencio.
Apertrechados en su búnker, tanto el responsable de la Seguridad Pública, Álvar Cabeza de Vaca, como de la procuración de justicia, Carlos Zamarripa, evitaron dar cualquier tipo de explicación sobre los hechos de violencia en Guanajuato.
Y no obstante, el gobernador Diego Sinhué adoptó la postura del silencio, la falta de transparencia y la nula rendición de cuentas.
Pero ¿De qué tamaño es el problema que el exgobernador prefirió esconder bajo la alfombra?
En días pasados leí una información en el sentido que de en los últimos ocho meses, en Guanajuato se han logrado incautar drogas por un valor de casi casi 60 millones de pesos en la entidad.
Otro dato: en huachicol se han bloqueado operaciones ilícitas que superan los 45 millones de pesos y otros 220 millones de pesos incautados en bienes y recursos a los criminales.
Y eso que teníamos escudo.
Las mismas autoridades han reconocido que la colaboración con el Gobierno Federal se ha convertido la clave para que Guanajuato tenga resultados virtuosos a favor de la ciudadanía.
Ello se debe a que no se ha dado la espalda a un trabajo coordinado que, dicho sea de paso, se refleja en otros temas importantes para la entidad.
¡Qué decir del proyecto hidráulico para Guanajuato! Desde el sexenio de Vicente Fox Quesada, en León se acarició el tema de un acueducto para solucionar la falta de este recurso tan indispensable para la vida económica de nuestro Estado.
La Presa El Zapotillo quedó en proyecto, uno que no se pudo sostener por varios sexenios y, ahora, esa coordinación entre el Gobierno Federal y el Gobierno Estatal ya ve una luz en el camino.
El acueducto de la Presa Solís cuya inversión ronda los 15 millones de pesos, beneficiará a 3.5 millones de guanajuatenses en el corredor de Acámbaro, Salvatierra, Cortazar, Tqarimoro, Villagrán, Salamanca, Irapuato, Celaya, Silao y León.
Ya no está en papel, es una realidad que ha constatado la propia gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo y al cual, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha comenzado ya con trabajos físicos en los que participan instancias federales.
Otra más de la coordinación: el tren de pasajeros. Un proyecto que data del tiempo de Carlos Medina Plascencia y que pasó por varios sexenios hasta que el acuerdo, diálogo, negociación y trabajo conjunto entre los gobiernos Federal y Estatal se cristalizaron.
Este proyecto de transporte férreo finalmente incluyó a Guanajuato en una conexión entre Occidente y el Centro del País.
León fue incluido en este proyecto que podría generar hasta 3 mil empleos para Guanajuato durante la construcción de este tramo y, de paso, reactivar a las economías locales con empresas de la región.
Finalmente me he de referir al Polo de Desarrollo Económico para el Bienestar en Celaya, mismo que será un detonante para las industrias textil, automotriz, calzado, agroindustrial, electromovilidad y de la industria del conocimiento.
Este Polo Económico, es, al mismo tiempo, un reconocimiento al potencial que tiene Guanajuato en su industria y mano de obra y que, con el trabajo local e impulso federal, puede convertirse en una plataforma internacional.
Sí, la política de diálogo, acuerdos y acción, dejan claro que no importa de qué partido es quien gobierna sino, que destaca lo importante que es el desarrollo para el bienestar de las y los guanajuatenses.
Esta forma de llevar la política al ámbito de la administración pública de parte de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum así como de nuestra gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, merece un reconocimiento tácito.
Ya vimos que no valió la pena vivir en la amargura y el encono, como ocurrió el sexenio que se fue.