Fue un día de furia urbana, cuando una ruta alimentadora del transporte parecía un elefante neurótico en medio del tráfico. Los frenones rechinaban y hasta daba comezón en los pies y si no te sujetabas, te podías ir rodando desde el fondo del camión hasta la cabina del chofer.
Luego de transbordar en la estación Delta y bajarme en el paradero frente al hotel Nueva Estancia, la oí por primera vez, como un canto inusitado y sorprendente, que venía de lo que yo creí era un muchacho joven, que iba con otro compañero; pero fue solo unos segundos porque la oruga cerró sus puertas y siguió su camino.
Yo transbordé a otro autobús, pero esas notas se quedaron en mis oídos y en mi mente. A todo mundo le comenté que había escuchado en la oruga a una voz excepcional pero solo unos instantes… Como una estrella fugaz.
Es común que oigas de todo en los camiones del SIT, raperos que traen rimas asonantes más o menos logradas e “improvisan” otras aludiendo a las personas que están en ese momento el camión; una ancianita que desde su asiento bendice a todo mundo y luego a capela canta boleros, seguramente con lo que alguna vez fue un timbre y una entonación muy buenas; clasemedieros venidos a menos y que ahora tienen que cantar y vender algún dulce (a quienes se les agradecería que solo hicieran esto último); y otros que te dan la razón crucial para terminar de odiar el reguetón.
Y tras semanas de inconscientemente esperar oír de nuevo esa voz, apareció desde el subconsciente que lo demandaba: “antes de ti/ yo no conocía el amor/estaba sola y triste como esta canción/ transitaba el lado oscuro de la luna/…”, que es la estrofa realmente poética de esta canción de Mon Laferte, pero que todas las demás estrofas se tornan virtuosas en la voz de quien dijo:
“Mi nombre artístico es Ángel Mars y llevo aproximadamente cinco años cantando en los camiones, tengo 20 años de edad; me dedico a esto porque mi familia no tenía otro sustento más que mi música, entonces empecé a ayudarle a mi mamá con esto; estudiaba y trabajaba, pero me motivó más la música y pues un plus yo creo que es para mí”.
Su nombre verdadero es Angélica López; es de León, Guanajuato, “de aquí mero”, pero cuenta que la música, desde que era pequeña, era su fuerte; luego comenzó con la guitarra y cuando tenía 14 años empezó a cantar más en forma.
“Venía con un amigo a los camiones, y después por necesidad él se metió a trabajar y pues yo fui sola a cantar y aquí me tienen… Ya mucha gente me conoce como en varios eventos que he tenido y de hecho estuve en el Mural de Los Simpson, estuve en el Forum Cultural, he estado en Antropía, he estado en concursos de canto, y pues más que nada, de hecho, tengo un evento el 25 de julio en el bar Contrapunto a las 9 de la noche.
Estuve en TV Azteca en “Ah pa’nochecita”, cuando todavía estaba a nivel ciudad porque no he estado a nivel nacional; estuve en un concurso que se llama “Soy tu couch”; he estado en varios concursos, pero en uno que fue más bien fraude en el bar MayBach. Me quisieron sacar dinero, pues no lo consiguieron, porque dijeron cinco mil de premio y yo tenía que dar la mitad, pues de dónde (pero otros sí cayeron en la trampa)”.
¿Por qué el nombre artístico de Ángel?, “porque así me dicen en mi familia, desde pequeña me dicen así, no es por aparentar ser hombre, siempre les he dicho soy 100 por ciento mujer.. Ángel o Angie, me da igual”.
Con un aspecto y atuendo más bien de chavo; una gorra con la visera hacia atrás, pantalón de mezclilla y playera de algodón, tiene que vestir de esta forma, sobre todo por aquello de lo práctico en el transporte urbano y de la seguridad ante las acechanzas de todo tipo y de todos los tipos.
Ángel Mars quien no es más un meteorito, una estrella fugaz, se aleja para abordar otra oruga, donde la gente se quedará con la boca abierta y sacarán de donde no tienen, las más monedas posibles para recompensarle las interpretaciones inusitadas de estrellas como Mont Laferte, Yuridia, Natalia Lafourcade, pero con una voz distinta, de una promesa en el firmamento, porque en realidad está por nacer una estrella.
* (En ausencia de Don Jorge, titular de este espacio, quien está de vacaciones)