Crónica del Theatron silaoense llamado De la Victoria

Juancarlos Porras y Manrique
Juancarlos Porras y Manrique, analista, promotor cultural y columnista Platino.

Si la falta de granos varios hace un siglo en Silao, en tiempos de la Revolución mexicana, ocasionó no sólo la migración de los habitantes y su disminución por las enfermedades como la tifoidea y la gripe española, en efecto, nuestros antepasados hablaron de “haber necesidad” al respecto. Y dicha palabra, necesidad, llegó para quedarse en el habla cotidiana de los silaoenses. Lo mismo ocurrió con la infraestructura cultural como los salones de espectáculos denominados luego cines. Así, al paso de las décadas surgieron los cines Venecia, Teatro México, Rex y luego el más funcional de la ciudad, el cine Montes.

El recinto llegó en una época donde la población silaoense rondaba los 50 mil habitantes, mismos que se dedicaban al campo, la manufactura y el comercio junto con otros servicios como la construcción, el transporte, la electricidad e industria extractiva. (Monografía de Silao, 2010, p. 23). Así que su instalación significó un gran avance en los llamados bienes culturales. Por ende, significó a toda una generación que se reunieron en torno al foro cinematográfico sin perder de vista otros espectáculos artísticos y de comicidad.

Aunado a lo anterior la externalidad, es decir, los beneficios de consumir un bien se derramaron sobre otros entes como la gastronomía, el transporte, así como los hoteles y negocios afines para beneficio de todos. A esto se suma también la evolución cultural de un municipio que desde siempre con sus jornaleros, obreros y empleados han sumado a la mejoría de la ciudad. Por esto, la reconversión de un sitio donde muchos celebraron el entretenimiento artístico y cultural por casi treinta años para dar paso a un silencio obligado, como una farsa de Aristófanes, de casi cuarenta años habla de un escenario proyectado para permanecer por siempre.

Entonces la sala oscura del cine Montes ahora se ilumina con el coro, las naves, los cruceros del Teatro Silao de la Victoria. Aunado al circuito de la Plaza Libertad que hace esquina con la calle Álvaro Obregón Sur No. 35 en pleno Centro Histórico de la Ciudad de Silao, se levanta el nuevo ente cultural quien, en esta primera etapa de rehabilitación (con un costo de 3 mdp) tiene capacidad para 537 personas con miras a crecer a las mil 100 butacas en las dos siguientes etapas.

Pero volvamos de nuevo al término del había necesidad puesto que, desde la Administración Municipal 2009-2012 presidida por Juan Roberto Tovar Torres «el Johnny» que cumplimentó la compra del viejo cine, en 2009, los siguientes tres paupérrimos alcaldes no tuvieron miras culturales ni educativas menos de identidad y pertenencia hacia nuestro municipio. Pasaron por alto trascender para la historia como ha hecho el ingeniero Carlos García Villaseñor actual alcalde.

El testimonio dado por Pili González Gutiérrez reina de las Fiestas de Silao 1984-85 en honor a Santiago Apóstol en la 25ª. Feria fue por demás elocuente. Llamó la atención su primer pronunciamiento: “Soy orgullosamente silaoense”. Y soltó una retahíla de recuerdos llenos de nostalgia, pero también de saber llenar, a la distancia, las necesidades culturales de los habitantes del otrora lugar de las humaredas.

Por cierto, para que halla humareda se necesita fuego controlado y esto, como sinónimo de telón, nos abre la puerta al nuevo escenario del Teatro Silao de la Victoria que dicho sea de paso vuelve a retomar el concepto del Theatron griego, es decir, es un lugar para ver donde seguro habrá de aparecer el poeta Tespis adelantándose al coro de hombres y niños para recitar, él sólo, unas líneas… que pueden ser como estas:

Por la mirilla del telón los hermanos Becerril observaron:

El cinematógrafo tiene otra casa hermana.

La luz flotante imanta con destello los granos que flotan

en la pantalla.

Los silaoenses hacen memoria sin ambages.

Olores, sabores, antojos… aquí, en el cine Montes.

Espiral devorante de los Mundos y los Días.

Los Lumière son expectantes a Silao de la Victoria.

Yo actúo «deus ex machina» y Solón se regodea en el arte.

El teatro de todos opera. 

 

Como vieron ustedes el maestro Solón se regodea en el arte de todos. Tal y como hizo la Estudiantina salmantina de la UG que nos recibió a las puertas del teatro. Para luego, caminar por un túnel del tiempo donde las imágenes fijas del Silao antiguo, del acervo de la Galería “La Humareda” del Mtro. Favi Chávez nos dieron muestra de los años idos en la ciudad. Y al entrar al recinto, en el foro principal, los atrilistas de la Orquesta Sinfónica de la Colmena Universitaria, OSCU preparaban sus instrumentos para luego ser ejecutados bajo la batuta del Mtro. Percival Álvarez Pérez director artístico invitado junto con el Mtro. Mauricio José Soto Perdomo solista invitado.

El programa interpretado no tuvo mejor tino que abrir con el Homenaje a Federico García Lorca de Silvestre Revueltas porque bien nos trajo el recuerdo perenne del poeta granadino, pero también el de José Chávez Morado quien participó en el Congreso de Artistas e Intelectuales de Valencia, España en 1937 al lado de figuras como Octavio Paz, Elena Garro, Juan de la Cabada y el propio Revueltas, entre otros. Le siguieron obras de Strauss, José Pablo Moncayo y Beethoven.

Para quienes disfrutamos de dicha velada cultural queda en el registro de la crónica y memoria silaoense sin duda. Y mientras que en León la alcaldesa en turno, al segunda en la historia, pidió al comité organizador del 50 Festival Internacional Cervantino, FIC “dejar un poco los teatros” (Doblado y Grever) para ir a las comunidades, de allí que el festival cervantino vaya a las calles no a los foros construidos para ver, oír, disfrutar de las bellas artes. Algo lamentable e impreciso en materia de formación de públicos y de utilización de la infraestructura cultural. Por ello auguramos que, el Teatro Silao de la Victoria tome experiencia de otros recintos, de lo mejor y peor, para ser un faro de luz en el Bajío mexicano. Que así sea.

Silao de la Victoria, México a 10 y 11 de septiembre de 2022.

Teatro de Silao de la Victoria. Foto: Especial