De pronto proliferaron imágenes en redes sociales, de grupos y medios de comunicación; recibí llamadas y audios de amigos abogados que viven en la zona “sitiada”, entre alertados y a la vez un poco acostumbrados a que en esos municipios de pronto ocurran bloqueos en carreteras con vehículos incendiados. La infamia y la ignominia juntas.
Pero esta vez todo fue en una mayor magnitud, porque a recuento de Milenio Diario, por ejemplo, se reportaban enfrentamientos y cierres en 13 puntos carreteros de cinco municipios y dentro de la ciudad de Celaya.
Los hechos en comento se prolongaron por más de tres horas, unos amigos iban a ir de León a Querétaro a un asunto urgente, pero se abstuvieron de hacerlo por el riesgo. Más tarde nos enteramos que las líneas de autobuses foráneos suspendieron sus corridas por el mismo lapso.
En Celaya, la mayor parte de los planteles educativos suspendieron actividades y avisaron a los padres de familia para que no acudieran o para que fueran por sus hijos. Comentan que había una sensación de más miedo que zozobra. Negocios cerraron sus puertas.
Sobre la causa de lo sucedido, si es que se trataba de una reacción o no, de la gente de José Antonio Yépez, el Marro, para evitar su captura, eso lo tienen que señalar con trasparencia las autoridades de seguridad pública, tanto federales y estatales.
¿Qué efectos tienen estos hechos delictivos que nos ponen en el ojo del huracán de todo el país? No son solo en la percepción de inseguridad y violencia entre los ciudadanos, sino en la imagen que tienen de nosotros quienes invierten en nuestro estado, vivan o no aquí.
¿Cuánto cuestan estos hechos para la economía de la entidad? ¿En qué grado influyen en la economía del país? Sí hay cuantificación aproximada de la autoridad, pero hay una cuantificación directa de los empresarios, porque saben los montos del costo en pérdidas, en horas hombre y en horas pesos.
Empresarios me han comentado en forma directa su preocupación por la inseguridad y han expresado su indecisión, y otros su decisión, de irse del estado, incluso a otros países. El cierre de la empresa Furokawa en Acámbaro (que está dentro de la zona caliente) tiene que explicarse.
¿Si es la primera empresa que se va, cuántas otras lo harán? Necesitamos también un informe de las compañías que han decidido no venir a nuestra entidad. No se puede esconder la afectación que han tenido pequeños comerciantes y empresarios, por extorsiones, por ataques directos de los grupos criminales.
¿Se pueden prevenir los violentos narcobloqueos? Creo que no podemos saber el momento en que decidan perpetrarlos. Pero cuando se han tenido acciones en contra de estos grupos, es posible que puedan ocurrir y es menester que se tengan las antenas listas para evitarlos, con la tecnología, con personal humano de todas las corporaciones de seguridad.
Los ciudadanos solo esperamos información transparente, pero acciones concretas en pro de que, junto con la seguridad, se nos vaya la economía al traste, por cierto, roto.