Guanajuato, Gto., 22 de junio de 2025.- El Teatro Juárez y el Teatro del Bicentenario atestiguaron un poderoso concierto con el que la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), con Juan Carlos Lomónaco como su director titular, rindieron homenaje a “Dos titanes” de la música clásica: el alemán Wolfgang Amadeus Mozart y el austro-bohemio Gustav Mahler. Asimismo, la gala doble fungió como el cierre de la primera temporada del año.
Los conciertos abrieron con la Sinfonía núm. 35 en re menor, K. 385 “Haffner” (1782), de Mozart, obra creada originalmente para acompañar la celebración por el ascenso a la nobleza de un amigo de la infancia, Sigmund Haffner Jr. Sin embargo, los expertos señalan que esta marca el inicio del periodo final en su catálogo sinfónico, con auténtica y total madurez.
El estreno de la versión final ocurrió en 1873 en Viena, con la aprobación real y una audiencia generosa, al igual que en estas galas, donde público de distintos municipios viajó a Guanajuato capital y León para disfrutar los cuatro movimientos de la composición.
Después del intermedio, se interpretó la Sinfonía núm. 1 “Titán” (1885-1888), primera obra sinfónica de Mahler inspirada en algunas ideas de la novela homónima del escritor alemán Jean Paul (Johann Paul Friedrich Richter), la cual presenta la transformación de las pasiones de un joven de la nobleza hasta su madurez como gobernante, mientras explora ideas revolucionarias en su tiempo, llena de contrastes entre el humor y el sentimentalismo, la razón y la imaginación, con personajes que fracasan ante sus impulsos y evidencian, además, las preocupaciones intelectuales del músico.
Como en gran parte de su obra, caracterizada por las dualidades, Mahler explora las contradicciones entre los abismos de la desesperación y las cimas de la alegría. En su primera versión, el músico denominó a esta composición como un “poema tonal en forma de sinfonía”, mismo que recibió hostilidad y desprecio por parte de sus contemporáneos y no fue valorado sino hasta medio siglo después.
El primer movimiento inicia con magia y misterio, como una fantástica niebla musical que poco a poco se disipa hasta la llegada del tema principal con los cornos, mismo que guía al clímax con una enérgica coda acentuada por pausas y silencios. El segundo emplea la forma clásica del scherzo, basado en la danza folklórica austríaca ‘ländler’, mientras que el tercero es la parte más original y mahleriana, con tintes surrealistas, un ominoso fondo de timbales y un contrabajo que anuncia una oscura versión de una ronda infantil, además de referencias al arte gráfico de Jacques Callot y Moritz von Schwind. El final arranca con una violenta explosión orquestal, interrumpido por tres contemplativos interludios; el último de ellos desemboca en una brillante coda.
Luego de este cierre monumental, la OSUG tomará un descanso para reanudar sus conciertos en una segunda temporada a partir de agosto. La programación estará disponible en el sitio web www.cultura.ugto.mx y las redes sociales de la Universidad de Guanajuato.
