Para nuestro Canciller Marcelo Ebrard Casaubón, no hay duda: el tiroteo en un centro comercial (Walmart) de El Paso, Texas, donde fueron asesinadas 22 personas (entre ellas 8 connacionales), es terrorismo contra mexicanos.
Nuestro gobierno, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, emprenderá una demanda por terrorismo en contra del autor de la masacre: Patrick Crusius. De hecho, la Fiscalía General de la República ya abrió una carpeta de investigación; y estamos seguros que habrá coordinación con los órganos de seguridad estadounidenses.
Se iniciará un proceso inédito, porque será la primera vez que México solicitará oficialmente a su poderoso vecino del norte, que investigue terrorismo contra los nuestros. Aunque el crimen se cometió en otro país, legalmente las autoridades mexicanas pueden y deben participar en el caso, y no sólo asistir a los familiares de las víctimas.
Será un camino jurídico complicado de recorrer, pero nuestro argumento legal está muy bien establecido en el artículo cuarto del Código Penal Federal, donde se establece que los delitos cometidos fuera del país contra mexicanos serán penados en la República Mexicana.
Ojalá extraditemos al sospechoso, el supremacista blanco de 21 años de edad, que su objetivo -desgraciadamente con éxito- era matar a tantos mexicanos como fuera posible, para que un juez federal le otorgue la cadena perpetua; aunque algunos más por revancha que por justicia, prefieren que le apliquen la pena de muerte.
De tener éxito jurídico nuestro país, enviará un mensaje a la comunidad internacional. Suerte a la Cancillería, a nuestro consulado, a la embajada en Washington, y a la Fiscalía que comanda Alejandro Hertz Manero.
Pero después de la masacre debemos insistir en 3 asuntos fundamentales.
1.-Desterrar el odio, acabar con el racismo y eliminar la xenofobia. Se antoja que el titular del Ejecutivo envíe una misiva a Donald Trump exigiéndole que acabe con ese discurso maldito que divide, y que le solicite que envié un mensaje a su pueblo, para que entendamos que todos somos seres humanos, sin importar nuestro color de piel, nacionalidad, idioma y condición social.
2.-Acabar con la comercialización sencilla de armas. Aprovechemos la triste coyuntura, para presionar a las autoridades de Estados Unidos para cambiar su política de control de pistolas, escopetas y ametralladoras. Sabemos de los intereses económicos que están detrás de la Asociación Nacional del Rifle, pero ese derecho de poseer y portar armas, logró que se pueda comprar un armamento (en nombre de ese derecho civil) de manera tan sencilla, como si fuera una Big Mac.
3.-Despenalización de las drogas.-La política prohibicionista logra que el precio de los estupefacientes deje ganancias exorbitantes. La guerra contra las sustancias ilegales empieza con su legalización. De esa manera se acabará de raíz con los cárteles. De seguir como estamos, México seguirá poniendo los muertos, mientras los millones de consumidores continuan del otro lado del Río Bravo.
La firma del Nafta II (USMCA-T-MEC) debe de ir acompañada de las conversaciones de estos tres asuntos fundamentales.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx