¿Cómo podemos salir de las tres pandemias?

Jorge Marcelino Trejo Ortiz
Maestro Jorge Marcelino Trejo Ortiz, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato

Cuando parece que la adversidad o las catástrofes pueden arrinconar o extinguir al ser humano, este no solo logra adaptarse, sino vencer todos los problemas, todos los obstáculos. De ahí que ha logrado prosperar como especie en el planeta.

En los momentos más difíciles del devenir del hombre, ha aflorado la inteligencia, la solidaridad y el amor por los demás y se han dado muestras de heroísmo increíbles. Todos estos aspectos positivos superan el pesimismo, la indolencia y los actos de maldad, en esa lucha de los opuestos.

Hoy estamos inmersos no solo en una crisis, sino en muchas otras crisis que parecen no tener fin y más bien van en escalada. La pandemia de la inefable Covid-19, la pandemia de la desaceleración económica en todo el mundo y la pandemia de la inseguridad y la violencia, que afecta a muchas naciones, pero en nuestro país parece ser que en mayor grado.

De alguna manera estas pandemias están relacionadas entre sí y en México tenemos que luchar contra ellas desde todos los frentes, desde todas las trincheras y no dejarnos derrotar.

La (o el) Covid-19 causa estragos en todos los órdenes de la vida, per se, en el tema de la salud pública, por los contagios y por las muertes. En la economía, el detenimiento de la producción de bienes y servicios; la caída de las inversiones, de las importaciones, exportaciones y la capacidad adquisitiva de las personas.

Cada día nos enteramos con tristeza de los efectos en todos los sectores productivos, desde los formales hasta los informales, desde las pequeñas hasta las grandes empresas y las transnacionales.

Salvo algunos sectores de la economía, que incluso han experimentado crecimiento aprovechando la crisis sanitaria, en todos los demás se ha experimentado una caída.

Por el cierre de actividades, hemos comprobado en forma directa y en carne propia cómo la economía es un engrane en el que todo está correlacionado: sin consumidores, toda la cadena se ve afectada.

La industria del entretenimiento y la recreación se paralizan. No hay producción cinematográfica; no hay creación teatral ni conciertos musicales; se cancelan eventos deportivos; se cierran los espacios de activación física.

Un ejemplo de ello es el anuncio de Cinépolis y de Cinemex que se declaran en bancarrota y anuncian el despido de 15 mil empleados en el país.

Sin festejos, los músicos y los payasos perdieron su fuente de ingresos. Los circos se han quedado varados en distintos puntos de la República, como en León el Circo del Miedo.

El turismo se ha visto dañado al por mayor, cerraron hoteles, restaurantes, bares y hasta las playas fueron vedadas.

La otra más bien epidemia de la violencia y la inseguridad en el país, con una incidencia particular en nuestro estado, se ha incrementado al caer las fuentes de empleo, aunque esto no sea un justificante. Por hambre, no podemos ni debemos arrebatarles el pan a nuestros semejantes.

Entonces ¿cómo podemos salir adelante y con qué ciudad, con qué estado y país nos quedamos? Nos debemos quedar con la nación de los que día con día luchan por salir adelante, con los que son solidarios desde el simple hecho de usar un cubrebocas, con los que habiendo perdido su empleo se han autoempleado en otra actividad.

Una noticia que en apariencia es negativa, la podemos ver como positiva: INEGI y la Secretaría de Economía informan que en el primer trimestre del año la informalidad se ubicó en 56%, lo que representó 31 millones 352 mil personas trabajando bajo este esquema. Es decir, que son personas que no se quedaron con brazos cruzados.

¿Con qué país nos quedamos? Con el de los médicos y enfermeras que diariamente salen al frente de batalla para preservar nuestra salud, para salvarnos la vida a costa de la propia.

¿Con que mundo nos podemos quedar? Con el de los líderes que luchan por sus pueblos; con el de los científicos, incluyendo mexicanos y guanajuatenses, que a contrarreloj buscan las vacunas y las curas para esta inusitado mal y que están a punto de lograrlo como, un gran triunfo de la humanidad.

¿Con qué personas nos podemos quedar? Con las que de pronto han recapacitado y toman medidas de salud que los cuidan a ellos y nos cuidan a nosotros; con las que en un hecho de inseguridad o violencia son solidarios y defienden a otros; con las que son capaces de ayudar y dar incluso de lo poco que tienen.

Nos debemos quedar con esos seres que ven en el otro no solo a un semejante sino a un hermano de una sola raza humana.