#Columna | Gobierno de las Leyes

Francisco Meza
Francisco Meza pluma Platino News

En Filosofía Política se estudia esta disyuntiva: ¿Gobierno de los hombres o gobiernos de las leyes? Con la intención de definir cuál gobierno es mejor.

En la antigüedad lo realizaron los griegos y se siguen retomando las respuestas de pensadores clásicos como Platón y Aristóteles. Del segundo podemos citar la siguiente respuesta: “También a los gobernantes les es necesaria la ley que da prescripciones universales, porque es mejor el elemento al que no es posible quedar sometido por las pasiones, que aquel para el que las pasiones son connaturales. Ahora bien, la ley no tiene pasiones, que, por el contrario, se encuentran necesariamente en toda alma humana” (Política, 1286 a.).

En épocas más recientes importantes pensadores continúan reflexionando al respecto, uno de ellos es Norberto Bobbio, quien señala: “Si me piden que abandone el ropaje de estudioso y asuma el del hombre comprometido en la vida política de su tiempo, no siento el menor empacho de decir que mis preferencias se dirigen al gobierno de las leyes, no al de los hombres. El gobierno de las leyes celebra su propio triunfo en la democracia… En el mismo momento en que un régimen democrático pierde de vista este su principio inspirador, se transforma rápidamente en su contrario, en una de las muchas formas de gobierno autocrático. “

No es muy difícil comprender lo anterior, cuando se analiza dicha disyuntiva en clases se llega con relativa facilidad a estas mismas conclusiones porque se sabe que los hombres estamos sometidos a nuestros caprichos, cambios de ánimo, revanchas, engaños, etc.

Viene a cuento a esta reflexión para revisar algunos de los pendientes del presidente López Obrador que enfrenta en la actualidad: el Tren Maya y la Política Energética.

TREN MAYA

Como todos los gobiernos se ha propuesto una serie de grandes obras emblemáticas que le permitan mostrar el progreso del país, de acuerdo con su propio proyecto. Entre estas obras se pueden mencionar: el Tren Transístmico, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la Refinería Olmeca (Tres Bocas) y el Tren Maya. Todas han sido objeto de cuestionamientos, pero eso no es extraño, lo mismo ocurre con las de cualquier gobierno.

Sin embargo, en el caso del Tren Maya se han interpuesto una serie de amparos e incluso órdenes de suspensión de algunos jueces porque no se han presentado estudios de impacto ambiental o porque se considera que afectan seriamente el medio ambiente. Durante estos días el mismo presidente ha declarado que continuarán las obras (tramo 5) porque se ha decidido decretar el Tren Maya como tema de Seguridad Nacional.

Precisamente nos encontramos en esa disputa. Es un hecho que el Poder Judicial intervendrá y prácticamente todos estarán a la espera de su resolución.

POLÍTICA ENERGÉTICA Y EL T-MEC

El otro tema está relacionado con la política energética establecida por el presidente Andrés Manuel que es considerada por el gobierno de los Estados Unidos y de Canadá como contraria al tratado comercial de América del Norte (T-MEC).

Por esa razón, el gobierno de norteamericano ha solicitado consultas de resolución. Paradójicamente esto ocurre en el contexto de las buenas relaciones con el embajador Ken Salazar y de la reciente visita del presidente mexicano a los Estados Unidos; lo cual, nos hace suponer que no pudieron llegar acuerdos.

Por su parte, el presidente ha minimizado la decisión de Estados Unidos, criticó a los medios y a los opositores por festejarlo y para cerrar pidió un video con la canción del cantante finado, Chico Che que dice: “Uy que medio, mira cómo estoy temblando”.

Continuará el proceso y vendrán 75 días para intentar llegar a un acuerdo; de lo contrario, un panel de arbitraje intervendrá para la resolución de la controversia y será la Secretaría de Economía la responsable de coordinar la defensa.

GOBIERNO DE LAS LEYES

Con todo lo anterior, nos queda por reflexionar que ciertamente el presidente ejerce el poder en nuestro país y por eso fue respaldado por un amplio electorado, pero tendrá que hacerlo con apego a la ley o continuará encontrando obstáculos.

Más aún, se le podría aceptar que tiene buenas intenciones (aunque a estas alturas del sexenio ya es más difícil) sobre sus decisiones y proyectos; no obstante, no puede llevarlos a cabo por encima del marco legal que tiene una razón de ser, como ocurre en el caso del cuidado del medio ambiente del Tren Maya.

Si al final del camino observamos que en ambos casos se mantiene la voluntad del gobernante por encima de las leyes debemos tener una explicación convincente o será muy desafortunado porque tendremos visos de lo contrario a la democracia y porque se habrá traicionado a si mismo el presidente.