El entorno laboral cambió sustancialmente a partir de la pandemia, lo que modificó la forma de trabajar no solo de los colaboradores en las compañías, también de los líderes empresariales.
La dinámica de trabajo se modificó notablemente en diversos sentidos. Se incorporó la digitalización de manera acelerada, se valoraron nuevos perfiles profesionales, se flexibilizaron las modalidades de trabajo (híbrido, remoto), se visibilizó y hoy se le da mayor importancia a la salud mental de los trabajadores y dichos cambios difícilmente serán reversibles.
Las estructuras de trabajo están cambiando y quienes manejan las empresas están adaptándose a nuevas realidades. Las áreas de recursos humanos, gerentes, directivos y todo aquel que maneja personal, están definiendo nuevas líneas de trabajo, incluso formas de relacionarse vertical y horizontalmente, lo que también está modificando las formas de liderar equipos.
Nuevos retos
El trabajo presencial transitó hacia el trabajo remoto basado en la confianza, la disciplina y la cooperación; adoptar la modalidad de Home Office resultó en un reto mayor al tener que acondicionar un lugar de trabajo en casa, gestionar los tiempos y establecer una nueva rutina laboral.
La comunicación cara a cara se movió hacia la virtualidad y las videoconferencias tomaron un lugar preponderante y de manera continua; la educación digital creció como nunca, pues muchísimos trabajadores se vieron obligados a aprender y actualizarse en el uso de la tecnología para atender sus actividades laborales diarias.
Además, la crisis sanitaria orilló a todos a priorizar el cuidado de la salud y aunado a ello, a la vigilancia de la salud mental. La pandemia movió al mundo y lo transformó.
De acuerdo con investigaciones de The New York Times, con algunas empresas en Estados Unidos, reportaron que la productividad de los empleados aumentó notablemente durante el confinamiento y pudieron influir factores como: la supresión de traslados al trabajo, las largas charlas de café a media mañana y las constantes reuniones de oficina; contrariamente a lo que creían los directivos, el trabajo en casa sirvió para el cumplimiento de más objetivos en menor tiempo y más trabajo colaborativo.
Actualmente, un gran número de compañías han logrado cambiar el switch y están modificando sus esquemas de trabajo, entendiendo las necesidades de los trabajadores, optimizando sus procesos y mejorando la dinámica laboral.
Los nuevos líderes empresariales
Hoy las empresas están descubriendo que los procesos y los procedimientos que antes eran habituales, ya resultan menos esenciales de lo que se pensaba, y los directivos y gerentes están aprovechando la coyuntura para adaptarse a los beneficios del trabajo remoto o híbrido.
La verdadera flexibilidad requiere de un pensamiento realmente nuevo y esta transformación en la dinámica laboral conlleva formas de trabajo innovadoras en la ecuación jerárquica de superiores-colaboradores. Es decir, hoy se requieren nuevos liderazgos empresariales.
El liderazgo tiene que ver con una habilidad, una aptitud o capacidad para ejercer influencia sobre los demás para lograr objetivos en común, si hablamos de una organización. El líder tiene la responsabilidad de hacer visible su liderazgo y cumplir con una serie de requisitos.
Una persona puede ser líder, pero no necesariamente ejerce como tal. Es decir, puede tener la condición de líder por un nombramiento directo o un cargo asignado, sin que necesariamente asuma su condición de manera efectiva.
El líder sabe controlar y dirigir de forma eficaz las situaciones que acontecen en el día a día laboral; sabe encaminar a su equipo hacia los objetivos de la empresa, sabe motivar a su equipo y también tiene la perspicacia para estar al tanto de los problemas e incertidumbres que rodean a la organización.
Líderes empresariales de hoy
De acuerdo a McKinsey & Company, “el director ejecutivo tiene más potencial de influencia que cualquier otra persona en una empresa. Pero maximizar el potencial del puesto es extremadamente difícil. Sólo pensar en las responsabilidades es suficiente para provocar un agotamiento espontáneo. El director ejecutivo tiene la tarea de formular las estrategias de una empresa y luego reunir los recursos para cumplirlas. Y mientras otros directivos y empleados de la alta dirección ayudan a ejecutar la estrategia, el director ejecutivo es el único responsable en última instancia de su éxito o fracaso. Lo que controla el director ejecutivo suele representar el 45% del desempeño total de una empresa”.
Una investigación de la firma citada, que contiene datos de 25 años sobre casi 8,000 directores ejecutivos de 70 países y 24 industrias, reveló que los directores ejecutivos más efectivos se adhieren a 18 prácticas, divididas en seis áreas clave del trabajo:
- Vencer las dificultades.
- Alineamiento organizacional.
- Equipo de trabajo y procesos.
- Compromiso de la junta directiva.
- Participantes externos.
- Normas de trabajo personales.
A continuación destacamos 5 características de los nuevos líderes empresariales:
1. Visión estratégica
Implica pensar en el futuro, ser capaz de detectar oportunidades y anticiparse a las posibles amenazas. Un líder debe poseer una curiosidad permanente y tener la capacidad de formular preguntas complejas para buscar las posibles soluciones; debe conocer a fondo a la empresa, su entorno, a sus competidores, las tendencias en su sector y tener la capacidad de prever escenarios.
2. Trabajo en equipo
Los líderes empresariales, como directores ejecutivos, exitosos “ajustan rápidamente la composición del equipo, lo que puede implicar tomar decisiones difíciles para eliminar a los simpáticos de bajo desempeño y a los desagradables de alto desempeño. También establecen condiciones para que cada miembro del equipo tenga éxito, manteniendo la distancia para juzgar objetivamente y actuar en función del desempeño” (McKinsey).
Para el empresario Fabricio Ledesma Heinrich, el liderazgo tiene que ver con “que tu equipo te compre tu proyecto, enamorar a tu equipo de esa visión y esa meta. Si logras que tus cabezas se alineen, eso se permea hacia toda la estructura, considero que ese es un buen líder. La gente no viene solo a trabajar, viene con ese entusiasmo de crear; de llegar a metas y objetivos. Mi empresa en muchas áreas es un lienzo en blanco. Aquí tenemos la libertad de crear, somos muy innovadores, somos muy disruptivos. Esa es la parte que veo como liderazgo, que tu equipo haga bien las cosas por gusto y no obligarlos. Esa es la diferencia entre un líder y un jefe. El jefe te obliga, el líder te impulsa“.
3. Integridad
De acuerdo al portal de vacantes Indeed, un líder debe poseer integridad, “para conducirte siempre según tus principios y valores y tener claro que, sin importar lo difícil que se ponga la situación, debes mantener con firmeza tus convicciones”.
4. Disciplina
Gestionar el liderazgo empresarial requiere de constancia y de cierta estructura, por muy flexible y abierto al cambio que sea. Por supuesto, para poder demandar exigencia por ser mejor a los empleados, inicia por sí mismo, pues sabe que el ejemplo es la mejor manera de influir en los demás, según el Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes que se ocupa del emprendimiento en la educación.
5. Mentalidad global
Para Harvard, “tener una mente capaz de entender el proceso de globalización de un negocio es sin duda una capacidad indispensable debido a la naturaleza de este mundo actualmente, los mercados cada vez se vuelven más universales y por lo tanto hay que estar listo para lograr dar este paso, es por esta razón que la mentalidad global es una de las 5 características de un buen líder que no pueden faltar”.