Ayer, se autorizó, por el Congreso Local, un endeudamiento de hasta 5,300 millones de pesos, que solicita el gobernador Diego Sinhue Rodríguez. Se busca contratar más deuda pública, para destinar recursos a diversos proyectos de inversión pública productiva, dentro de los siguientes rubros: a) Programa de infraestructura y equipamiento educativo; b) Infraestructura social y para el desarrollo regional; c) Programa de infraestructura carretera y movilidad; d) Fortalecimiento del sistema de salud pública; y d) Fortalecimiento del sistema de seguridad pública y jurídica.
Hasta aquí, pareciera del todo normal; el problema son los justificantes para ello. El primer motivo que esgrimen es la baja en la actividad económica nacional para el 2020; motivo por el cual, tendría menos ingresos. “Es importante señalar que en las iniciativas de las leyes de Ingresos para el Estado de Guanajuato…para el ejercicio fiscal de 2019, no se previó endeudamiento, en razón de que los entornos económicos y financieros bajo los cuales se formularon dichos pronósticos referían una expectativa de ingresos que no requería una fuente extraordinaria de recursos; no obstante, como se apreciara en líneas posteriores, los pronósticos de crecimiento económico en el país para el presente año han sido revisados recurrentemente a la baja, con tasas muy inferiores a la de los últimos 10 años”.
Es decir, que la actividad económica del país, estaría determinando los ingresos del Estado, lo cual es mentira, ya que solo el 10% del ingreso es directo del Estado, el resto proviene de la federación. Lo que llevaría a analizar sí es verdad lo que dice el Gobernador que recibió menos dinero este 2020.
En el presupuesto del 2019 se tuvo un ingreso de la federación, de 77,000 millones. Para este 2020 el presupuesto autorizado es de 80,100 millones; es decir, un incremento del +4.16 % ¿Entonces por qué justifica la deuda por una baja en ingresos federales? ¿Estará solicitando, bajo este argumento, más deuda el año próximo o el siguiente?
¿Se necesita la deuda? En tiempos de vacas flacas, debemos ajustar los gastos, es lo lógico. Por qué entonces, aumentar el gasto en comunicación social, de 165.6 millones (2019) a 201.5 millones en el 2020, es un incremento del 21.68 %. En el rubro de Gasto por servicios profesionales, el incremento en el presupuesto es del 61.4%, al pasar de 1,177 millones (2019) a 1,901 millones (2020). Para “gastos de servicios oficiales” el incremento será del 21.8 %, al pasar de 151.2 millones (2019) a 184 millones en el 2020. ¿Por qué no empezar con ahorrar en éstos rubros?
Punto aparte de considerar, es el ingreso esperado por el aumento de los impuestos estatales, que sería de 600 millones.
En la otra parte, la política, necesaria para la aprobación de la deuda; el ejecutivo hace un maquiavélico chantaje a los presidentes municipales. Les obliga a presionar a sus diputados su aprobación, para entonces solo así, poder ser considerados en el paquete de obras municipales a realizarse. Pero solo está contemplado hasta 1,400 millones para esto. Dilema para la oposición ¿Apoyar o no la deuda?
Podemos asumir que, en este momento, el chantajismo es la moneda de cambio. Pero ¿Es correcto que el gobernador la use para hacerse de recursos extras? ¿Abandonaría a los municipios que no lo apoyen? Es una navaja de doble filo y las elecciones están muy cerca.
Bien lo dice Mario Vargas Llosa “todas las dictaduras, de derechas y de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje”
