La falta de una planeación de logística, táctica y estrategia de años, han traído como consecuencia el fracaso en las políticas criminológicas del Estado, por una falta de operatividad coordinada.
Sin duda alguna, el índice de criminalidad del Estado ha alcanzado niveles insospechados. La ola de violencia no ha dejado de crecer día a día, siendo los ciudadanos guanajuatenses los que padecen las consecuencias.
El meollo del asunto, es que, en teoría, los altos mandos y directores de las policías municipales están haciendo todo lo necesario para prevenir y erradicar la violencia en las calles de León, sin embargo, cuando surgen asuntos que dejan perplejo a los ciudadanos, como lo sucedido en el hermano municipio de Celaya, es cuando hay que cuestionarnos qué es lo que está pasando dentro del seno dentro de estos dos municipios.
Aclaremos lo siguiente: La sociedad debe de apoyar a las instituciones que nos brindan la seguridad, pero este apoyo no debe de ser a ciegas, también debe existir una crítica de qué es lo que está sucediendo.
Este asunto, del cual nos ocuparemos, tiene que ver con José Carlos Ramos, Director de Policía municipal de Celaya. El atentado que sufrió a bordo de su camioneta blindada, hubiese quedado en la historia de los celayenses como otro asunto más de los tantos que suceden en ese municipio, lamentablemente durante el tiroteo un escolta fue herido y se dice que les dispararon cerca de 480 balas percutidas de calibre 223 y 50 casquillos de uso antiaéreo. Es un asunto que impacta, que de su simple lectura ya estamos pensando que es amarillismo, pero es la realidad, hay quienes quieren vivir en una fantasía y prefieren cambiar de canal cuando están viendo este tipo de noticias en televisión y decir: “eso no pasa aquí”.
La moraleja es que no hay que cerrar los ojos ante la realidad, es por eso que debemos reconocer lo bueno, cuando se hacen las cosas bien, pero si está mal hecho, asumir bajo el escrutinio público lo feo, lo que nos está aniquilando.
Ya que estamos hablando de Celaya, permítanme recordar que el Tecnológico de ese municipio marchó y tomó las calles por el artero asesinato de Gabriel Luna Ibarra a quienes llaman de cariño “Gabo”, y en donde los jóvenes y la población en general celayense clamaba justicia, sin embargo no pasó nada.
Lo que siguió fue el ataque que ahora sufrió este funcionario que hemos mencionado, el cual solo estuvo al frente de la policía municipal por 3 semanas. Cuando protestó el cargo, declaró que en un mes estaría empapado de lo que requería Celaya en materia de seguridad y comenzar a dar resultados.
El Sr. José Carlos Ramos ya tenía un historial en la ciudad de León, en donde fue Director de policía del año 2016 a junio del 2019, de alguna manera se le vinculó con el asesinato que sucedió en junio de este año, cuando perdiera la vida el escolta de una mujer, el cual era un agente de tránsito de nuestra localidad, cuando este, además estaba comisionado como escolta del Director de planeación y administración de León, su nombre era Ulises Ramírez, se sabe que este ataque fue directo, esto trajo como consecuencia la renuncia del Director de Seguridad Pública de León y más tarde, la del señor Ramos. Me parece un tortuguismo seguir hablando de este tema, porque finalmente dejó León y se fue a trabajar a Celaya en otra corporación policiaca.
Lo lamentable es que si engarzamos estos dos acontecimientos, en donde tuvo que ver el mismo personaje, nos daremos cuenta de una manera inequívoca que seguimos con los mismos círculos viciosos de hace 20 años, déjenme explicar.
Cuando existía alguna denuncia contra algún policía, o miembro de alguna policía municipal si esta prosperaba, lo que se hacía era despedir a aquel funcionario corrupto, pero éste buscaba acomodo en alguna otra corporación policíaca de otro municipio y de esta forma burlaba cualquier candado y seguía trabajando en las mismas funciones, solamente que ahora en otro municipio. Para erradicar este tipo de impunidad se instauraron coordinaciones para que los nuevos funcionarios se les realizara un examen de control de confianza y que no tuvieran antecedentes de haber sido expulsados o destituidos de alguna otra corporación, pero en este caso, éste no fue impedimento para que se le diera esta nueva responsabilidad a este personaje, sino que creo que ésta fue su carta de presentación.
Por esta razón considero que los altos mandos en este renglón deben de ser más acuciosos para no permitir que se den este tipo de acontecimientos, en tratándose de Política Criminológica debe de haber transparencia para que no se repitan este tipo de yerros. No es así como se recobrará la confianza de los ciudadanos en la administración de la justicia, necesitamos recuperar a esos servidores públicos que tanto necesita nuestro Estado, para que sean éticos, honestos y eficaces, tenemos que seguir confiando en las instituciones, porque de no ser así, caeremos en el abismo de la anarquía de que cada quien se defienda y aplique la famosa frase de “sálvese quien pueda”, aún estamos a tiempo los guanajuatenses de salir adelante y celebro que haya salido ileso de este atentado. Afortunadamente ya existen algunos programas de coordinación interinstitucional. de los cuales les comentaré en otra columna.