La calaca bien suplica
esta hechura de zapatos,
Capanegra en su pica
apresura a los nonatos,
es decir, a «los Zorritas»
u oficiales o aprendices
que, esperan sus gorditas,
después del Ángelus ¡felices!
Con los cortes rebajados,
doblillados y ¡sin pudor!
saldrán bien pespuntados
¡qué trabajo! ¡sí señor!
Vendrá el acertado montaje
y acabado sin igual
una hacedora del obraje,
hará el adorno final.
Con canasto bueno, listo,
para entregar el cacle;
el avío está provisto
pal vendedor sin debacle,
osease, Casa Ureña:
proveedor formal del viaje
adonde la Flaquita sueña
que todos calcen “traje”.
En el panteón alborozan
su buen calzado leonés,
los chinos sí que sollozan
¡los zapatean otra vez!