Nos acercamos a las festividades navideñas que, por lo general, nos suelen llenar de momentos alegres y de ser positivos frente a nuestras circunstancias personales y sociales.
Por esa razón, es oportuno tener presente uno de los grandes pendientes de nuestro país y de nuestra localidad: la inseguridad y la violencia, para esperar que la realidad pueda cambiar para el progreso de nuestra sociedad.
Todos buscamos en diferentes fuentes la esperanza que necesitamos para seguir adelante en medio de nuestros problemas. Algunos lo hacen en la Fe, otros en la capacidad del ser humano para transformar la realidad, algunos más en el destino y así nos podemos seguir; sin embargo, el común denominador es que solemos esperar que la realidad mejore con base en algo y esa esperanza nos lleva a ponernos en acción.
Pero esa esperanza no puede ignorar la realidad compleja que enfrentamos y por esa razón, necesitamos mencionar los distintos aspectos que necesitan mejorar para que la violencia y la inseguridad disminuyan:
AUTORIDADES
Los gobiernos de todos los niveles y de todos los colores necesitan mejorar su coordinación y su colaboración. Mientras continúe la politización sobre este tema seguirán echándose la bolita y la solución tardará en llegar.
Su reto principal es terminar con la impunidad. Conseguir que los responsables de hechos violentos sean sancionados conforme a derecho. Para eso se requieren recursos y ahí podemos notar el compromiso de los distintos gobiernos.
CUERPOS DE SEGURIDAD Y PROCURACIÓN DE JUSTICIA
Son los que directamente participan de estas tareas y por lo mismo, se ven envueltos en historias interminables de corrupción. Por esa razón, lo que podemos esperar es que tengan condiciones dignas de trabajo y el reconocimiento de la sociedad.
Se dice fácil, pero llevamos años con estas ideas y todavía nos queda mucho trecho por recorrer para que sea una realidad esta aspiración.
LA SOCIEDAD
También como sociedad tenemos retos muy significativos para que la violencia y la inseguridad disminuya. Una parte importante es contrarrestar esa cultura agazapada, pero muy presente de exaltación de la violencia y capos. Junto con pegado están otras prácticas relacionadas como la compra de artículos, que sabemos todos, son robados.
La otra cara de lo que arriba se ha señalado es la consolidación de una cultura de la paz en nuestra sociedad. No se trata de una postura mojigata, por el contrario, de algo necesario para mejores relaciones personales y sociales.
SECTORES CLAVE
Con el reciente atentado que sufrió el periodista Ciro Gómez Leyva, varios periodistas nacionales enviaron un mensaje muy importante, del cual podemos destacar dos elementos: la violencia a los periodistas está en el contexto de lo que sufre la sociedad y la exigencia a las autoridades para castigar a los responsables con el fin de garantizar el derecho a la información.
Desde esta misma reflexión, se puede decir que se busca la esperanza que los periodistas y medios cumplan con su tarea que es indispensable para acercarnos a la realidad.
AFERRARNOS A LA ESPERANZA
A pesar de que la realidad aparece a simple vista como dura de cambiar, como seres humanos solemos aferrarnos a la esperanza.
Ciertamente, algunas personas con apariencia de objetivos podrán afirmar con contundencia que eso no va a suceder. Es difícil que el resto nos conformemos con eso y nos aferremos a la esperanza de que poco a poco puedan venir algunos cambios. Como dice aquella frase: “la esperanza muere al último” y en estas fechas con mucha más razón. Así que, en medio de estas festividades navideñas buscamos la esperanza para que la violencia y la inseguridad disminuya en nuestro país y en nuestras ciudades.
