Bancos centrales destruyen el mundo “Barbie”

Alejandro Gómez Tamez es economista y especialista en el análisis finaiciero.

Desde la década de los setenta muchas naciones desarrolladas comenzaron a implementar políticas económicas y monetarias que privilegiaron las actividades de financiación por encima de la producción de bienes físicos. Éstas probaron ser equivocadas y sus consecuencias ahora le estallan en la cara al mundo desarrollado y a algunas economías emergentes en la forma de inflación e incapacidad de generar crecimiento económico sostenido que no esté basado en déficits fiscales. También fueron casi 15 años de exceso de circulante y tasas de interés ultrabajas en el mundo desarrollado, por lo que ahora afloran los problemas financieros derivados de un mundo más “normal” con las tasas de interés más altas, desde el 2007, en los Estados Unidos.

En un artículo de Michael Every de Rabobank, publicado el 15 de agosto y titulado “Me he convertido en la muerte, la destructora del mundo de Barbie”, dice la Fed y el PBOC también”, se aborda la naturaleza de los diversos problemas económico-financieros que enfrenta actualmente el mundo. Se explica como las políticas de los bancos centrales están acabando con el mundo feliz de Barbie en el que muchos vivían de una economía de servicios financieros y comercio, en lugar de una basada en la producción de bienes y servicios.  

El artículo comienza mencionando tres situaciones mundiales preocupantes en los mercados emergentes:

·       A pesar del aumento de los precios del petróleo, el rublo ruso (RUB) cayó brevemente más allá de 102 rublos por dólar, y sólo se recuperó ligeramente hasta los 94 rublos por dólar, después de que el Banco Central ruso subiera súbitamente las tasas de interés de 8.50% a 12.00%.

·       A pesar del aumento de los precios de las materias primas agrícolas, Argentina devaluó oficialmente su peso argentino (ARS) en un 18% y elevó las tasas de interés en 2100 puntos base hasta el 118% para tranquilizar a los inversionistas, ya que los precios de los activos cayeron en picada el lunes después de que el populista Javier Milei ganara las elecciones primarias de aquel país. Milei ha prometido incendiar el banco central y recortar los fondos que se destinan a jubilaciones y pensiones, obtuvo un apoyo sorprendentemente fuerte en la votación primaria del pasado domingo 13 de agosto.

·       Por su parte, no obstante su aumento vertiginoso en las exportaciones de automóviles y un gran superávit comercial, los yuanes chinos (CNY y CNH) están rozando niveles mínimos no vistos desde 2022, y cada vez son más los rumores de que vendrá una intervención cambiaria masiva para evitar una caída del yuan a niveles no vistos desde hace 20 años: sin embargo, el banco central chino (PBOC por sus siglas en inglés)  trabajó en la dirección opuesta para incentivar su crecimiento económico y sorprendió a los mercados financieros el 15 de agosto con un recorte de 15 puntos base a su tasa de préstamos con plazo de un año a 2.50%.

Sí, Rusia tiene una situación cercana a la de una economía de guerra, el principal candidato presidencial de Argentina quiere dolarizar la economía sin tener dólares, y China tiene problemas económicos severos. Pero el yen japonés (JPY) también está en un nivel de 145.5 yenes por dólar, a pesar de un récord de crecimiento del PIB del segundo trimestre del 6.0% interanual anualizado que contrasta con el 2.9% previsto, lo que ejercerá más presión sobre el banco central de Japón (BOJ por sus siglas en inglés) para permitir que los rendimientos con plazo de 10 años aumenten.

De hecho, lo que estamos viendo en el mundo es una reacción en cadena del mercado que era predecible y posiblemente deliberada: solo se necesita la forma teórica correcta de entender lo que está pasando a nivel global.

Este tipo de proceso mental no es algo que le guste hacer al Sr. Mercado porque es difícil e incómodo. Por ejemplo, en la película Oppenheimer se revela que una vez que Einstein lanzó su Teoría de la Relatividad en 1905, inevitablemente conduciría a una mortal carrera armamentista nuclear mundial décadas después: Del mismo modo, las teorías económicas implementadas desde la década de 1980 que enriquecieron al Sr. Mercado nos llevaron a la inevitable explosión de los precios de todo tipo de activos físicos y financieros en la actualidad. Ahora los problemas afloran con una tasa de interés de fondos federales en un rango entre 5.25% y 5.50%, y un Banco de la Reserva Federal (FED) dispuesto a mantener las tasas en ese nivel alto por mucho más tiempo del que originalmente se pensaba.

Si estamos dispuestos, debemos empezar por reconocer que la economía mundial tiene grandes problemas estructurales relacionados con el periodo de financiarización neoliberal y las burbujas de precios de activos que reemplazaron la producción física desde finales de la década de 1970 hasta la crisis financiera mundial de 2008; luego la estúpida implementación de tasas de interés negativas y la política de incrementar los déficits fiscales para salvar a los bancos y grandes empresas y así rescatar a los ricos; luego el cierre de actividades debido a la enfermedad de Covid causada por el virus chino, luego un excesivo gasto fiscal sin que hubiera cadenas de suministro locales funcionando; y ahora las rápidas subidas de tasas de interés, que están poniendo a prueba la resistencia  de toda clase de activos mundiales. Con todo esto, pues no sorprende que los resultados han sido simplemente horribles.

‘La larga y lenta muerte del desarrollo global’ describe cómo las economías del Sur Global solían tener sectores industriales como impulsores del crecimiento hasta que el neoliberalismo las vació, dejando solo ciclos volátiles de precios de productos básicos y tasas de interés, así como actividades económicas caracterizadas por los servicios de baja productividad. Conceptos como “cazadores y recolectores de salarios”, “muchos trabajadores y muy pocos buenos empleos para ubicarlos”, y “financiarización prematura” de un “carácter altamente depredador”. Eso es Argentina, y muchos otros. No hay una solución fácil, razón por la cual se señala tanto la “dolarización” y a la “desdolarización” como las soluciones, vemos a los productores mundiales de materias primas que intentan ascender en la cadena de valor y vemos guerras y golpes de Estado.

Sin embargo, hoy Occidente también se parece al Sur Global. Sus YouTubers, personas influyentes en TikTok y trabajadores temporales no pueden permitirse comprar o alquilar una casa, casarse o tener hijos, o incluso comer bien. Inundan los esquemas piramidales digitales y los gobiernos parecen incompetentes o impotentes. El populismo está en auge. El diario británico The Guardian argumenta: ‘Dejemos de engañarnos a nosotros mismos, somos una nación rica y seamos realistas… el Reino Unido está en bancarrota’, y que: “Gran Bretaña tiene que empezar a pensar en sí misma no como un país industrial rico, sino como un país pobre que se enfrenta primero a ordenar los desafíos del desarrollo económico. Grandes partes del Reino Unido apenas están mejor que los países en desarrollo de ingresos medios y, según las tendencias actuales, están a punto de empobrecerse”.

China no siguió el guion neoliberal con su capitalismo de estado mercantilista, y después de 2008 se basó en una deuda/sobreinversión masiva, así como en una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, hay un límite a cuán altos pueden ser útiles los precios de las propiedades, cuán bajo puede caer la participación del consumo en el PIB, cuánta deuda se puede cargar y cuánta inversión se puede absorber productivamente, y todos esos límites se han excedido en China, y todo se vuelve mucho peor por una guerra comercial y tecnológica con los EE.UU.

De hecho, se informa que las finanzas de los gobiernos locales y la economía nacional de China están “al borde del colapso, y el trueno estallará en cualquier momento”; el gigante inmobiliario chino Country Garden acaba de incumplir los pagos de su deuda; Zhongzhi Enterprise Group dejó de pagarle a los tenedores de sus productos de inversión de alto rendimiento; los datos recientes de préstamos bancarios fueron terribles; y los últimos indicadores son débiles: producción industrial 3.7% interanual (4.3% esperado), ventas minoristas 2.5% interanual (vs. 4.0%), inversión en activos fijos 3.4% interanual (vs. 3.7%), venta de propiedades -8.5% interanual acumulado del año (vs -8,1%) y desempleo 5.3% vs 5.2% esperado. En resumen, China “ha caído en un estado de depresión psicopolítica”, dice el Financial Times, mientras que un trabajador de Beijing con altos ingresos ahorra tanto como puede en preparación para un colapso inmobiliario o un movimiento bélico contra Taiwán.

Entonces, sí, las consecuencias de las teorías implementadas hace décadas están estallándonos en la cara. Pero ¿y ahora qué?

El Sr. Mercado cree que hay una salida fácil, pero no la hay. Los recortes de tasas de interés no ayudarán a China y ejercerán más presión para la caída del yuan (CNY), lo que creará más proteccionismo global, mientras que la intervención cambiaria de China correrá el riesgo de impulsar hacía arriba las tasas de interés de los bonos del Tesoro de los EE.UU., lo que hará que el dólar suba aún más. Más estímulo fiscal en propiedades sobrevaluadas o infraestructura infrautilizada o capital social tampoco ayudarán al crecimiento de China, ni tampoco lo hará una mayor deuda por parte de  los consumidores. Se necesita un cambio estructural profundo, pero no es políticamente aceptable en ese país.

Lo mismo es cierto para Occidente. Allí, el Sr. Mercado ve la solución a través de recortes de tasas de interés y austeridad fiscal. Ambos solo acelerarán la metástasis de la brasilización, que implica un abismo cada vez mayor entre ricos y pobres y la consiguiente desaparición de las clases medias. El estímulo a la ya de por si sobrevaluada propiedad también sería inútil, aunque a diferencia de China, en EE.UU. si puede destinarse al desarrollo de nueva infraestructura o capital social que ahora está sobreutilizado.

Entonces, ¿podemos proyectar hacia adelante usando la lógica teórica de Einstein> Oppenheimer de lo que podría ayudar? La respuesta es que sí.

Al inicio de esta entrega se enumeran tres situaciones explosivas en los mercados emergentes y se podría decir que fue deliberada. A continuación se explican las razones:

Tal y como concluye ‘La larga y lenta muerte del desarrollo global’: Las élites occidentales “no han forjado una nueva teoría de desarrollo que puedan ofrecer al mundo pobre tras la desindustrialización global. A falta de un nuevo paradigma… son los ciegos los que guían a los ciegos. De hecho, el agotamiento intelectual de la “comunidad de desarrollo” de élite es difícil de comprender. En sus escalones superiores, aquellos que aún creen en las teorías ortodoxas de décadas pasadas (libre comercio, inversión física, democracia, y más recientemente la extraordinaria importancia de lo que nebulosamente se denomina “instituciones inclusivas”) coexisten con inquietud con marcos teóricos más humildes que admiten, en privado, que no tienen ninguna respuesta real aplicable en absoluto.

Y lo mismo aplica al Norte Global, que también necesita rápidamente volver a aprender las teorías del desarrollo.

Sin embargo, el Sr. Mercado no se centra en este pensamiento teórico porque ha vivido en el mundo rosa y de fantasía de Barbie, por lo que para salvar su mundo sólo quiere recortes de tasas de interés, precios de activos más altos y más estímulos por parte del gobierno de China: bienvenido al auténtico ‘Barbenheimer’.

Pero otros fuera de los mercados están pensando más profundamente. Aunque hay palomas (miembros con posiciones más suaves) de la Fed que respaldan los recortes de tasas de interés, Powell parece reconocer lo que hacen el Pentágono y la Casa Blanca: que EE.UU. necesita pasar de una economía de la financiarización a la producción; a un mayor gasto en defensa frente a las amenazas  de China y Rusia; a la política industrial; y cadenas de suministro on-/ near-/friend-shore junto con su transición ecológica. Además, si bien el desempleo debe aumentar un poco, no se le permite que aumente por temor a las consecuencias políticas. En general, este proceso llevará años y será inflacionario en todo momento. Pero podría decirse que la alternativa es peor desde una perspectiva de seguridad nacional estadounidense.

Irónicamente, se trata de una medida que da parcialmente marcha atrás al patrón de producción industrial de Bretton Woods previo a 971 que el neoliberalismo rechazó; al menos para algunos se espera que adquiera más fortaleza intelectual a medida que pasa el tiempo, pero eso no se obtendrá de muchos en los mercados que esperan con ansia la baja en las tasas de interés en el mundo desarrollado.

Como tal, lo único que puede hacer la Fed para acelerar esta transición es mantener las tasas más altas durante más tiempo, al menos en relación con otras. A través de un dólar estadounidense más alto, la Fed puede ayudar a limitar los precios de las materias primas (que están subiendo nuevamente, arriesgándose a un repunte de la inflación en el segundo semestre de 2023 y el primer semestre de 2024), y perjudicar a Rusia y a los rivales que buscan la ‘desdolarización’ global. También puede hacer socavar los mercados alcistas de China y atraer capital a los mercados estadounidenses. Con altas tasas de interés más tiempo, veremos más titulares de la prensa lamentando los problemas de la industria de capital privado, o que el ‘Número de fondos de cobertura de China cae por primera vez desde 2012’, como ‘Los inversores lamentan el fin de una era dorada para los fondos de cobertura de China en el extranjero’. Hay que esperar a que el número de fondos de cobertura de EE.UU. también caiga, luego las empresas de capital privado caerán y posteriormente lo harán otras formas de banca en la sombra basadas en la financiarización, no en la producción física de seguridad nacional.

“Me he convertido en la Muerte, la destructora del mundo de Barbie”, dice la Fed mientras las tasas suben y se mantienen altas; y también lo dice el banco central chino (PBOC), tras recortar sus tasas de interés y provocar la debilidad del yuan.

Por supuesto, existe una gran incertidumbre con las proyecciones de lo que sucederá a largo plazo y hay un corto plazo en el cual debemos enfocarnos. Con las altas tasas de interés en EE.UU. , tal vez vivan una recesión al estilo de 2008 y si los problemas de los mercados emergentes (China principalmente) se extienden a Occidente; o tal vez los mercados avanzarán tambaleándose pero la economía real no lo haga, y la Reserva Federal recorte las tasas de interés demasiado pronto para luego tener que dar marcha atrás; o tal vez la ‘brasilificación’ está demasiado avanzada como para revertirla, y se avecina un periodo de estanflación.

Lo más importante es que debemos tratar de ser realistas sin dejar de ser teóricos: sería fantástico si pudiéramos hacer que los habitantes del mundo de fantasía de Barbie jueguen con hechos, no con juguetes, y se centren en los próximos 20, 30 o 40 días, ya sería mucho pedirles que se enfoquen en lo que sucederá en semanas o años. Pero es poco probable que suceda.