Aún podemos salvar nuestra tierra

Sin duda alguna, que la noticia que ocupó las ocho columnas de los medios de comunicación fue la contingencia ambiental que se declaró en la zona metropolitana del Valle de México, que en cierta medida paralizó la vida cotidiana de los ciudadanos, al suspenderse tanto las actividades escolares e inclusive las deportivas.

Los niños, se pusieron felices porque no iban a la escuela, en cambio los adultos, se preocuparon porque ellos si entendían la gravedad del asunto y algunos comprendieron la falta de conciencia y de responsabilidad con la que hemos actuado durante décadas.

La noticia dada el día sábado 18, por parte de la Comisión Nacional Atmosférica, de que se había logrado disminuir la contaminación de la calidad del aire, en el Valle de México se recibió con regocijo por todos los ciudadanos, pero quiero llamar la atención de Usted amigo lector, respecto a este tema que de ninguna manera es menor.

Como lo he manifestado, el medio ambiente conlleva temas sustantivos que van desde la calidad del aire, contaminación por la basura, tanto doméstica como industrial aquí quiero ahondar en que es incontrolable el abuso del uso del plástico como las bolsas, platos, vasos y popotes desechables, la deforestación de la fauna, la tala de árboles, incendios forestales, que ha traído como consecuencia inherente la extinción de los pulmones de los centros urbanos, motivado en algunos casos, por la tala indiscrimanada y clandestina de árboles, o bien, por los incendios que suceden en nuestras sierras o parques.
Solo por mencionar, en nuestro Estado vecino de Michoacán las autoridades han denunciado que puede existir contubernio entre los incendios forestales y la tala clandestina de árboles, para que haya un cambio de uso de suelo de dichos lugares y se habla de siniestros de magnitudes de hasta 700 hectáreas en un solo fin de semana y lo más grave es que no existe ningún responsable.

En el Estado de Guanajuato, en Marzo del 2018 se incendiaron cerca de 200 hectáreas, de la Sierra de Lobos, en los límites con Comanja de Corona, Jal. e inclusive en la zona noroeste de León, se le imputaron a pandilleros, el haber provocado incendios cerca de zonas habitacionales.

De igualforma, vale la pena mencionar que en León, se recolectan, según los expertos, cerca de 1600 toneladas de basura, entre basura industrial y doméstica, destacando que esta ciudad solo cuenta con un relleno sanitario, al cual se le pronostica una vida de 14 años más, para que pueda albergar la recolección de basura.

Es necesario puntualizar, que aún muchas madres del campo y de la zona suburbana siguen cocinando con leña, luego entonces, esto genera contaminación pero además el estar cercanas a la exposición al humo, les trae a ellas y a sus familias como consecuencia, daño respiratorio irreversible.

La contaminación se da, desde la quema de llantas, hasta la que genera la industria, e inclusive también se vio afectada por la reducción del presupuesto de l,229 millones de pesos a la CONAFOR (Comisión Nacional Forestal) quienes son los encargados del mantenimiento de los bosques y del 3 al 9 de Mayo reportaron, la presencia de 215 incendios forestales en 18 entidades federativas.

Retomando, el asunto de la contingencia ambiental en México nos obliga a analizar, si los ciudadanos mexicanos, cuentan con una legislación ambiental que los proteja y la respuesta es que sí existe, y se conoce expresamente como la Ley General del Equilibrio ecológico y la protección al ambiente. Este ordenamiento jurídico en lo sustancial, en su artículo 1º define los principios de la política ecológica en general. En la fracción VI, establece como una obligación del Estado la prevención y control de la contaminación del aire, agua y suelo, en suma la preservación, la restauración y mejoramiento del ambiente entre otras. En este orden de ideas, la mala noticia es que tenemos un grave problema de impacto ambiental, pero la buena noticia es que esta ley, con toda puntualidad en su artículo 189 faculta a los mexicanos a defenderse, estableciendo textualmente: “Toda persona, grupos sociales, organizaciones no gubernamentales, asociaciones y sociedades, podrán denunciar ante la Procuraduría Federal de los recursos naturales, a quien contravenga las disposiciones de la Ley General de Equilibrio Ecológico, y de los demás ordenamientos que regulen materias relacionadas con la protección al ambiente y la preservación y restauración del equilibrio ecológico e inclusive esta ley va más allá, y establece, que si en esa localidad no existiera representación de la Procuraduría Federal de protección al ambiente, la denuncia se podrá formular ante la autoridad municipal o a elección del denunciante, antes las oficinas más próximas de dicha representación.
Así las cosas, y ya entrados en el análisis de esta ley, me parece conveniente también mencionar lo que señala el artículo 190, que es que la denuncia popular podrá ejercitarse por cualquier persona, bastando que la presenten por escrito. En este orden de ideas la PROFEPA en comento, tiene el deber de actuar en consecuencia de conformidad con los derechos colectivos de los ciudadanos mexicanos en materia ambiental, porque al ser ejercidos estos, ante esta institución, está tiene la potestad y la representación social de nuestros derechos ambientales, de tal suerte que la ley contempla que no es necesario acreditar un interés jurídico por parte de los denunciantes.
No quiero convertir esta columna en una cuestión de derecho ambiental, solo quiero hacer hincapié que tenemos la razón y el derecho de denunciar cualquier corrupción o contubernio que vaya en contra del medio ambiente. A esta generación le toca la responsabilidad de corregir los errores de las pasadas generaciones, ser más conscientes y tratar de dejar a las futuras, un mundo sustentable, donde se pueda vivir, no sobrevivir. Al final, es un derecho humano, el tener un medio ambiente sano, sin embargo, si nosotros no ponemos toda la voluntad, y el conocimiento de las experiencias amargas que nos ha dejado, por ejemplo, la tala de árboles, los invito a todos a que acudan al monumento emblemático del arco de la calzada donde hay un poema dedicado al árbol, que por espacio, no insertaré completo pero que en lo sustancial, al final del poema refiere:
“Soy las tablas de tu mesa, la cama en que descansas, soy el mango de tus herramientas, la puerta de tu casa.
Cuando naces tengo madera para tu cuna. Te acompaño al seno de la tierra en forma de ataúd.
Si me amas como lo merezco defiéndeme contra los insensatos.”

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