León, Gto., 7 de octubre de 2020.- Eran las 3:40 de este jueves 7 de octubre y Roger Marín no podía dormir, estaba acostado en su cama en el municipio de Solidaridad en Playa del Carmen.
Fue a esa hora cuando el huracán Delta tocó tierra en el estado de Quintana Roo.
Roger es de León, pero tiene cinco años viviendo en el pacífico y fue la primera vez en que se vivía una situación similar.
Desde temprana hora las autoridades les prohibieron salir de sus casas por su seguridad, él se previno con comida enlatada, agua y velas, pues el huracán venía en categoría 5.
Entre más pasaba el tiempo más nervioso se ponía, se estimaba que Delta llegaba a la 01:00 am, pero tuvo un retraso, aunque todo el día estuvo lloviendo.
“Inició como a las 3:40, se escuchaban las ráfagas de aire muy feo, soplaba, retumbaban puertas, ventanas, se escuchaba un silbido y temblaba el depa por el golpe en el viento en las paredes”, platicó.
Aunque en la zona que él vive no se fue la luz porque los servicios son subterráneos, en gran parte del estado se quedaron a oscuras por varias horas.
Sólo pudo dormir como media hora, pues se mantenía checando las redes sociales del gobernador para saber el minuto a minuto sobre los acontecimientos.
Ahí fue donde vió que se cayeron árboles, había cristales rotos y los daños que se efectuaron pese a que el huracán bajó de categoría.
Hasta esta tarde todavía no salía a la calle como parte de las medidas de seguridad aunque el nervio ya se había espantado un poco.
