León Guanajuato a 9 de Julio.-Podrá caerte bien o mal el Presidente López Obrador, podrás estar de acuerdo o no con sus políticas, pero un hecho es incuestionable, su estrategia de mercadotecnia política es sumamente eficiente, y sus niveles de aprobación lo demuestran, ya que a pesar que han fluctuado en un periodo de poco más de dos años desde su victoria en las urnas, se han mantenido en un promedio del 50%.
Probablemente te has preguntado incluso ¿por qué a pesar de tantas contradicciones y escasez de resultados, la gente lo sigue apoyando? Y no es simplemente coincidir con una idea política, estamos hablando de una base de seguidores apasionados e incondicionales que raya en el fanatismo, como quien apoya a un equipo de futbol, gane o pierda.
Entonces la pregunta es ¿cómo lo ha logrado y que experiencia se puede obtener de su estrategia?
La primer estrategia de la que hablaremos será “Manejo de Crisis”, y la podemos extraer de la reciente vista del mandatario mexicano a Estados Unidos.
A pesar que fue duramente criticado por la oposición, se podía entrever un ángulo estratégico desde el momento que se dio a conocer la lista de invitados especiales, compuesta por un grupo de los empresarios más poderosos de México, los que antes eran conocidos por el mismo López Obrador como “La Mafia del Poder”
Personajes como Ricardo Salinas Pliego, presidente de Grupo Salinas (TV Azteca); Carlos Slim, presidente de Grupo Carso (UNO Noticias) y Olegario Vázquez, presidente de Grupo Empresarial Ángeles (Imagen Televisión). Básicamente esto se llama Relaciones Públicas y control de medios. Muy probablemente estaremos escuchando al mismo Ciro Gómez Leyva hablar de “una visita exitosa” y las muertes por COVID pasarán a segunda plana.
Sin embargo, la pieza clave en la visita de AMLO a la Casa Blanca es el empresario Bernardo Gómez, vicepresidente ejecutivo de Grupo Televisa, ya que aparece en la lista de invitados especiales tanto por el lado de México, como de Estados Unidos, y eso tiene una razón estratégica de fondo.
Bernardo Gómez previamente ya había coordinado una reunión en marzo de 2019 entre Jared Kushner, asesor y yerno de Trump, y López Obrador. En aquella ocasión el Presidente confirmó que la reunión se llevó a cabo en la casa del propio Bernardo por ser “un amigo en común”.
Tomando en cuenta que ambos presidentes tendrán elecciones próximamente, Donald Trump se juega la presidencia, y AMLO se juega la mayoría en el congreso; y que ambos requieren control de daños en la percepción de su administración por malos resultados, esta reunión resultó conveniente para el objetivo de mejorar su imagen ante el electorado, en especial para Trump, que desea ocultar sus tendencias xenófobas.
Grupo Televisa es quien mantiene el control de contenido de la cadena Univisión, la más importante en Estados Unidos para el mercado hispano, quienes representan aproximadamente el 18% de la población de aquel país, es decir, unos 60 millones de habitantes, o en este caso, de votos potenciales.
De acuerdo a fuentes oficiales de la televisora, el comité de campaña presidencial de Trump habría contratado un paquete publicitario que incluiría el manejo de la estrategia de comunicación y de la agenda bilateral en la visita del presidente mexicano.
Entre los puntos clave que podemos encontrar en dicha agenda destaca la rueda de prensa en la que únicamente los mandatarios ofrecieron un comunicado en conjunto sin oportunidad de tener una ronda de preguntas por parte de los medios asistentes. De esta manera será más fácil controlar la narrativa de la visita y evitar temas espinosos como el muro, los homicidios de ciudadanos originarios de Estados Unidos en territorio mexicano, el narcotráfico, el trafico de armas, la crisis de salud por la pandemia, las ofensas del presidente Trump hacia la comunidad mexicana, entre varios otros.
En pocas palabras, y continuando con la analogía futbolística, podemos decir que en esta visita se pactó un empate de la mano de Bernardo Gómez y de Grupo Televisa, como cuando dos equipos de futbol se están jugando el pase a la siguiente ronda, pero están consientes que un marcador cero a cero les garantizará a ambos su permanencia en el torneo.
Los verdaderos ganadores son los empresarios de ambos países que durante la cena cerraron negocios millonarios.
La siguiente lección se llama “Efecto Robin Hood”
En México es evidente la desigualdad que prevalece en la sociedad, históricamente existe un sector que ha sido marginado tanto social como económicamente, que se le han negado oportunidades reales de desarrollo, y que además guarda resentimientos contra el gobierno y contra la cúpula del poder.
Al igual que la fábula de Robin Hood, la estrategia consiste en darle voz a ese sector y explotar su inconformidad, generar empatía prometiendo una redistribución de la riqueza.
López Obrador ha logrado este efecto al colocarse al nivel del “pueblo bueno” como un luchador social que combate a los poderosos y las injusticias, y que incluso, él mismo ha sido víctima de esos opresores. Esta misma estrategia fue utilizada en su momento por Fox “para sacar al PRI de Los Pinos”
Como parte de esta estrategia, el lenguaje y el simbolismo son clave, desde el clásico “chiquillos y chiquillas” de Fox, hasta el “me canso ganso” de Obrador; desde las camisas arremangadas de Fox, hasta las guayaberas y la cartera con doscientos pesos de AMLO. El objetivo es romper el paradigma del político acartonado, frío y distante al pueblo, y crear ese vínculo emocional con la población porque se relacionan con su realidad.
La estrategia que analizaremos a continuación es conocida como “Construcción de un Enemigo”
Hablando de marcas, es muy común construir un enemigo para manipular la percepción del consumidor con el objetivo de elevar su posición en el mercado y generar lealtad desarrollando aliados que defenderán a la marca maximizando su exposición, podemos encontrar casos como Android Vs iPhone, Pepsi Vs Coca-Cola, TV Azteca Vs Televisa, y varios más.
En el caso de política se identifica más como “polarización” y la idea básica es construir tanto un enemigo interno, como un enemigo externo.
Esta estrategia populista pretende crear un clima de odio entre el “pueblo” y el “enemigo”, y ha sido utilizada por gobiernos como el de Bolivia, Venezuela y Cuba, por mencionar algunos, donde el enemigo puede tener una figura representada por los oligarcas, los empresarios corruptos, los yankees imperialistas, los españoles conquistadores, los tecnócratas, los neoliberales, la mafia del poder, etc.
De esta manera, el gobernante puede tomar decisiones controvertidas en nombre del “pueblo”, porque estas decisiones siempre estarán dirigidas contra el “enemigo” y si algo sale mal, la culpa siempre será del “enemigo”, y si tú criticas de alguna forma al régimen, te conviertes en un traidor al pueblo, traidor a la patria.
En el caso de AMLO, ha divido a la población entre Fifís y Chairos utilizando características estereotípicas para generalizar y deshumanizar al “enemigo”, con esta dicotomía las personas se alejan en aras de escoger “bandos”, impidiendo una comunicación unificada que podría perjudicar la percepción del gobierno. Como cuando todos coincidíamos que Peña Nieto era un imbécil, su aprobación era del 20%.
En cuanto a enemigos externos, evidentemente, a diferencia de países como Venezuela, Cuba o Bolivia, México no puede enemistarse con Estados Unidos por su fuerte dependencia económica. Aunque AMLO como candidato si utilizó a Trump como un enemigo común, como Presidente ahora hasta son amigos, y en cambio ha intentado antagonizar, con cierto éxito, con España, como los “conquistadores” que inculcaron al pueblo de México valores corruptos que han prevalecido hasta nuestros días, exigiendo disculpas públicas del Rey de España y acusando a empresas españolas, como Iberdrola, de tratar a México como tierra de conquista e intentar saquear el patrimonio de los mexicanos.
El mismo López Obrador lo ha dicho así, “o están a favor de la 4T o están en su contra”.
Como siguiente lección nos encontramos con la estrategia de “Exposición”
En mercadotecnia existe un principio básico, el posicionamiento de una marca se logra a base de repetición, a base de repetición se logra recordación, y a base de recordación se logra confianza.
Es más probable que compres una marca que conoces, en lugar de una marca que nunca has escuchado.
Algo similar sucede en política, pero en este escenario se llama “propaganda” o “adoctrinamiento masivo” y se logra a través de medios como radio, televisión, periódicos, revistas, redes sociales y hasta en el sistema educativo, donde se establece el mensaje que el gobierno pretende inculcar en la población.
En lo que respecta a México, nunca habíamos tenido un presidente con tanta exposición en los medios como AMLO con su conferencia mañanera, desde donde controla la narrativa informativa del país; basta con decir algún comentario absurdo, y será tendencia nacional que opacará cualquier noticia que no sea conveniente para el gobierno. Y donde no se cansa de repetir los fundamentos y valores que desea posicionar de su administración, por ejemplo que “la corrupción dejó de existir” desde el momento que inició su mandato.
Última lección: “Mercadotecnia de Guerrilla”.
Esta estrategia es un conjunto de técnicas de mercadotecnia que, a diferencia de medios masivos, son de bajo costo e implican canales no tradicionales, con el objetivo de atraer a una audiencia específica.
Trasladando esta situación al escenario político de México, nos encontramos con la Red AMLOve, la cual está compuesta, además de una base real de seguidores, por una comunidad de “medios noticiosos” de baja escala como “El Chapucero”, “El Charro Político”, “El Nopal Times” entre varios otros, que junto con granjas de bots, maximizan la exposición de notas que favorecen al gobierno, y a su vez, atacan a críticos y detractores del régimen.
Aunque todas estas estrategias no son nuevas ni exclusivas de AMLO, sigue siendo cierto que hasta el día de hoy López Obrador las ha sabido capitalizar muy bien.
Por eso es importante formular un pensamiento más crítico e informado.
¿Ustedes qué opinan?
