Año nuevo con un planeta en riesgo

Jorge Marcelino Trejo Ortiz
Maestro Jorge Marcelino Trejo Ortiz, presidente del Colegio de Abogados del Estado de Guanajuato

Debemos tener mucho optimismo para recibir y enfrentar el 2022 y el futuro con esperanza de un mundo mejor, porque hasta ahora las perspectivas no vislumbran nada bueno en muchos aspectos, según lo advierte la ONU.

Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, en una entrevista con la televisión española nos dejó con más desesperanza cuando enumera las situaciones mundiales y por las cuales califica como un Planeta en peligro.

Según él, el mundo tiene el mayor desafío de reconfigurarse en algo mejor, luego de la Segunda Guerra Mundial.

Habló de una pandemia que no hemos sabido llevar con solidaridad; señala que mientras unos países registran del 80 al 100%vde vacunación, existen países como en África que sólo alcanzan 2%.

Lo que sabe ahora la OMS es que los retrasos en vacunación sólo propician que el coronavirus mute todo lo que pueda y después representa riesgo para las poblaciones vacunadas, como lo estamos viendo con la variante Ómicron.

El cambio climático es otro reto de riesgo insospechado porque en el 2050 la temperatura en la Tierra podría subir 2.7 grados, lo que es catastrófico. Luego de la Cumbre Climática en Escocia, se vio la urgencia de reducir en más de 40% las emisiones de CO2, para el 2030, dejando la quema de carbón.

Sin embargo, por intereses económicos, muchos países no lo harán, porque incluso no firmaron ni se comprometieron.

Otro caballo del Apocalipsis son los conflictos sociopolíticos y las crisis bélicas en el mundo, que en lugar de solucionarse o disminuir, han aumentado.

El Secretario de la ONU se refirió a las confrontaciones entre Estados Unidos y China por el dominio comercial. Se agregan los amagues de conflicto de EU con Rusia, por la no intervención en Ucrania. Entre otras.

Afganistán, luego de la salida de EU, no es el paraíso, especialmente por un régimen Talibán que ha provocado desplazamientos humanos y en donde siguen violaciones a derechos humanos, sobre todo a las mujeres.

La retahíla de conflictos no está solo latente sino visible en zonas como Palestina, Yemen, Mozambique, Siria, el Congo o Mauri, donde no se han dado altos al fuego, sino un aumento escalonado.

Guterres deplora que la ONU quede atada para poner orden en esas crisis humanitarias. Dice que no existe un multilateralismo capaz de intervenir, aunque se han planteado reformas que deben darse a la gobernanza en el orbe.

Yo no creo que sea necesario conformar ejércitos para poner en orden a otros ejércitos. Lo que debe de haber son llamados de atención directos o sanciones económicas de todas las naciones para los países que cometen abusos.

Por la pandemia, por guerras o por gobiernos autoritarios, existen 160 millones de personas en el mundo en riesgo de vida o muerte, sobre todo por falta de alimento y atención médica indispensable.

Sin olvidar  que América  Latina y varios de sus países sufren de extrema pobreza, de déficit alimentario, de un sistema de seguridad fallido o por lo menos deficitario. Ya ni siquiera mencionar algunos países que sufren de autoritarismo como Nicaragua que no cesa  de violaciones a Derechos humanos, o Venezuela que adolece de lo más mínimo y que poco se hace por la ayuda comunitaria. Hoy más que nunca se requiere una comunidad internacional decidida a enfrentar un gran reto en todos los sentidos en beneficio de su población, para evitar arrastrar el incremento en las desigualdades.

Mucho llama la atención el tema  del flujo migratorio en todo el mundo, pero más en nuestro continente, en nuestras fronteras, que lejos de resolver el tema complican más las acciones a seguir. Vamos a ver que resulta de la última y reciente visita a Palacio Nacional de los jefes de Seguridad de los Estados Unidos y también del servicio secreto en reunión con el Presidente de México Andrés Manuel Lopez Obrador y su Canciller Marcelo Ebrad en los temas de migratorios, de seguridad nacional de ambos países, y de otros grandes temas como La iniciativa Merida.

No nos queda más que pedir por la paz, por la solidaridad, por el altruismo y la empatía y actuar desde nuestros ámbitos sociales, de poner nuestro grano de arena en la construcción de un mundo mejor.

.