La noche del domingo 6 de junio conoceremos los conteos rápidos, los exit polls y comenzarán a funcionar los programas de resultados electorales preliminares. Algunos perdedores se proclamarán vencedores y algunos ganadores -que no lo sabrán para esas horas- se sentirán derrotados.
Los líderes de los partidos -ya nos la sabemos- dirán que según sus números van a todo dar -aunque con cara de medio muertos- respondan preguntas de reporteros y periodistas de ocasión.
Portales informativos, grupos radiofónicos y televisoras cantarán resultados -como si fueran la autoridad electoral- pero más bien, como grupos interesados en instalar a sus empleados en el poder, harán su lucha con albazos, e intentarán influir en el resultado oficial mintiendo de manera abierta.
Nos debe de quedar muy claro, que para esa fecha histórica, los partidos y coaliciones iniciarán la ruta de las impugnaciones, y litigarán en los tribunales lo que perdieron primero frente a los electores, y en las urnas después. Pero es el “show” que ya todos conocemos aún sigue sorprendiendo al radio escucha, cibernauta y televidente, necesitado de noticias, que festejará o llorará en muy pocas semanas.
La noticia verdadera, la trascendencia de la elección intermedia, y lo verdaderamente central será si obtuvo Andrés Manuel López Obrador o no, la mayoría en la Cámara de Diputados. Si el tabasqueño logra de nuevo el control de San Lázaro, podrá seguir haciendo reformas constitucionales y decidir, sin complicaciones, cómo se ocupa el presupuesto.
Si el de Macuspana se ve derrotado, junto con sus aliados, la oposición se engallará, iniciará una lucha de pronóstico reservado, y comenzará la sucesión presidencial por adelantado. López Obrador habría gobernado sólo medio sexenio.
Pero la pregunta a estas alturas, será ¿cómo procesarán los resultados los actores?
Si derrotan a AMLO, Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, acompañado de varios empresarios que odian al Presidente de la República, y periodistas (al igual que famosos tuiteros), invadirán las redes sociales con mensajes como #AdiosAndrés #PorfinSeAcabó #RecuperamosaMexSinAMLO #TeduróTresAños #EsUnHonorEstarSinObrador #SeTerminóLaDictadura
Pero si pierde la Alianza Va por México y López Obrador triunfa, Mario Delgado, Alberto Anaya y Karen Castrejón se pitorrearán de los conservadores, fifís y neoliberales. Epigmenio Ibarra, Antonio Attolini, Gibrán Ramírez, John Ackerman y San Juana Martínez festejarán que la Cuarta Transformación de la vida Pública del País ya fraguó. Convertirán en Trending Topic los hashtags #AdiosPRIANRD #EstocadaDeMuerteparaCSG #CárcelParaFoxyCalderón #EsUnHonorEstarConOBrador #ValióLaDerecha
Pero más allá del festejo o derrota de uno u otro bando, ¿como será México para la instalación de la nueva legislatura y la toma de posesión de los nuevos gobernadores?
Si arrasa AMLO, los que lo odian lo traerán atravesado más que nunca, y continuarán evaluando -o repitiendo por sus heridas- que hay que irse a otro país, porque esto ya valió madres. Les saldrá urticaria con tan solo ver una “mañanera” o escuchar su voz con frases muy lentas en la radio.
Mientras que si pierde López Obrador, los cuatroteístas andarán como avestruces, con el rostro bajo la tierra. Serán blanco de ataque sin tregua y gritarán los amloístas que hubo fraude, que votaron los muertos, y que regresó la práctica del “ratón loco.” Claro, que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el tío Sam metieron las manos. No faltará quien diga que Iberdrola financió el golpe.
Ya falta poco estimado lector; por lo pronto, lo invito a fletarse de manera amable, los millones de spots de radio y televisión, que de manera gratuita pautan los medios electrónicos por instrucciones del INE (así lo prevé la Ley), y que claro, alejan a las audiencias del verdadero e inteligente debate.
Lo que nos toca a nosotros, es salir a votar con todos los cuidados en medio de la terrible pandemia, y emitir nuestro sufragio razonado.
¿Usted, a quién le va? ¿Es AMLOver o AMLOhater?
@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx