Alto contraste

Doctor Arturo Mora Alva, investigador, escritor, académico y columnista Platino News

Siempre criticando al pobre… Por la bici, por el celular, por la zapatilla… Una persona no existe solo para comer… También tiene anhelos y deseos como vos, como yo… Critiquen a los ricos y pregúntense ¿Para qué tiene 6 casas si solo puede vivir en una a la vez? ¿Por qué tienen 10 autos si solamente manejan uno a la vez? Etc., … y se darán cuenta del por qué hay tantos pobres…”

– Lucia Bencharsky-

“Los niños pobres son los que más ferozmente sufren la contradicción entre una cultura que manda consumir y una realidad que lo prohíbe.”

       – Eduardo Galeano –

¿Es posible vivir tranquilo en nuestros tiempos, cuando se tiene corazón?

     – León Tolstói –

En fotografía existe una técnica que refiere a una imagen en la cual existen “negros sin detallar y blancos volados” se busca resaltar la imagen como si fuera un juego de luces y sombras. Son muchos los elementos que intervienen, el objeto en sí mismo, el grado de iluminación, si hay luz natural o luz artificial, el equipo fotográfico, a la apertura del diafragma, la velocidad de la toma, el papel fotográfico, la densidad de los pixeles, y sobre todo de la mirada de quien hace la fotografía.

La sociedad contemporánea pareciera una sucesión interminable de fotografías de “Alto Contraste”. La dicotomía del paradigma occidental que todo lo separa y lo pone en blanco y negro, nos lleva a pensar de manera polarizada, diadas que buscan explicar de una manera el mundo, como una separación que forma una unidad a todas luces arbitraria y que poco cuenta sobre lo que es la vida y las diferentes formas que tenemos para interpretar y para vivir lo que nos ha tocado vivir.

Así, hacemos diadas que no permiten ver el todo y ni la parte, en aras de simplificar a veces hasta el absurdo la realidad. Sin embargo, la realidad se presenta completa, sin fragmentos, sin pausas y sin explicaciones y la hemos ido encasillando con nociones que pretenden condensar hechos, explicaciones y conceptos, cuando la complejidad de la naturaleza y la del propio ser humano no permiten acotar la realidad a esa construcción social única, porque la complejidad es lo que puede definir lo que es la realidad, que es una articulación de los fenómenos del mundo y que es a la vez una forma de analizar, de mirar, de reflexionar sobre los diversos aspectos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.

Así no todo es negro no todo es blanco, el Alto Contraste es un recurso para hacer visible aquello que el artista desea destacar ante la mirada de los otros. Lo que es cierto es que es más fácil querer definir lo real a partir de estas escisiones que dividen. Así hacemos separaciones entre el día y la noche y dejamos de lado el crespúsculo y el ama nacer, ponemos el bien y el mal como diada que clasifica los actos, pero no consideramos el contexto, ni las circunstancias de las personas que deciden actuar, la clasificación y la ponderación moral viene después, en el saldo y en las consecuencias, peo nunca a priori.

Se nos presentan por separado el cuerpo y la mente, la verdad y la mentira, el amor y el odio, la salud y la enfermedad, la alegría y la tristeza, las emociones y la razón, lo bueno y lo malo, el éxito y el fracaso, la materia y el espíritu, entre tontos e inteligentes, entre cuerdos y locos, y entre pobres y ricos. Así, vamos construyendo dicotomías maniqueas que reducen la vida a poner en polos todo, -positivo y negativo-, como una única posibilidad, como la única verdad para explicar el mundo e intentar explicarnos a nosotros mismos, clasificación que por cierto se hace desde el uso del discurso del poder.

Algunas de las diadas que laceran la vida humana son las que tienen que ver con la igualdad y con equidad, que han dado pauta a la expresión de contradicciones que van más allá de ser una posibilidad para el pensamiento y la reflexión filosófica y  que se han convertido en murallas ideológicas para evitar el dialogo y en trincheras para luchar por los derechos que todas y todos tenemos, a la vez de buscar acciones para dignificar la diversidad de lo humano que nos caracteriza y nos constituye.

Así que el clasismo, la discriminación, el racismo, el machismo, y la intolerancia desde una mirada de la vida y una posición de poder crean dolor, sufrimiento, explotación, abuso, miseria, enfermedad y muerte. El tema es darnos cuenta que un mundo polarizado no es real, y que las confrontaciones que se estructuran son pretextos para legitimar el orden creado desde la estructura económica y el control desde poder político y la geopolítica.

Hace muchos años tuve la oportunidad de integrar una antología de textos con fines educativos en una universidad privada. La idea era suscitar a partir de la lectura una reflexión personal, para las y los jóvenes que realizaban el Servicio Social con la intención de ayudar a formar un criterio propio en ellas y ellos ante una de las diadas más las lacerantes que sigue estando presente, la antología llevó el titulo “Entre la opulencia y la miseria”. Han pasado más tres décadas de esa antología, que invitó a pensar desde la mesura, desde la justicia social, desde la responsabilidad profesional y la solidaridad, pero la contradicción sigue vigente, entre “ellos” la opulencia y un “nosotros” la miseria, brecha que es cada vez más profunda y cada vez más inhumana por injusta.

Pensar el futuro es pensar el aquí y el ahora, en particular de quienes nada tienen los “Nadie”, los “desechables” y en especial de las infancias que hoy están atrapadas en la vilezas del trabajo infantil, del comercio sexual, de la esclavitud, de las adiciones, con hambre y con sed, el rostro real de la pobreza es el las niñas y los niños, que teniendo vida no tienen oportunidad de nada, en la que su dignidad y sus derechos son solamente un mal chiste contado en alguna cena de gala de quienes alardean que lo tienen todo, esto es, desde el Alto Contraste, para seguir solo viendo lo que ellos quieren ver.

Nina Ferrari escribió:

 

En algún lugar

con esta lluvia

y con este frío

 

Una madre cierra

la alacena

sin saber

cómo decirle

a sus hijos

que hoy no se cena

 

y entonces

en ese instante

la suma de todos los progresos

de la humanidad

es igual

a cero.