El más reciente ejercicio demoscópico de Enkoll confirma lo que hemos aseverado en varios programas de radio y televisión: Movimiento Ciudadano es un “engañabobos” electoral.
El partido de Dante Delgado sólo posee el 3% de preferencia efectiva rumbo al 2024. Es decir, no ganarán la Presidencia de la República, ni uniéndose con el PRI, PAN y PRD. Sabe el veracruzano y su equipo más cercano, que valen más solos, que mal acompañados.
Efectivamente obtuvo un gran crecimiento en las elecciones intermedias del 2021, porque logró el 7% de los votos emitidos, y posee 24 diputados federales y 8 senadores de la República. Lo más impactante fue la gubernatura de Nuevo León y la alcaldía de Monterrey, sumada a la gubernatura de Jalisco que ya tenían.
Su campaña mediática, aunque parezca un asunto menor, los hizo crecer, porque los diferenció de la oferta aburrida. El videoclip y la tonada pegajosa con Yuawi hace bailar a muchos.
Los socialdemócratas fueron muy valientes al principio del sexenio que encabeza el Movimiento de Regeneración Nacional, y obtuvieron gran aceptación las cartas públicas que redactó el coordinador nacional del partido. Pero ahora, ya no cuentan.
Seguirán por la misma ruta: los aspirantes a puestos de elección popular desechados por sus siglas, los recogerán y los encumbrarán, pero no lo suficiente. Lo que recojan en los comicios, es ganancia.
Lo que fuera Convergencia vale lo mismo que el Partido de la Revolución Democrática, pero es intensamente mayor que el Sol Azteca. Poseen dinero, dos gobiernos codiciados, y fichó a personajes como Ivonne Ortega Pacheco, Amalia García, Gerardo Guadiano y Salomón Chetorivski.
Y que nadie se sorprenda si sigue creciendo ante la desorganización, tibieza y falta de liderazgo de los que integran la coalición Va Por México. Pero están en grave riesgo por una de sus figuras principales.
¿Pero por qué sólo tienen el 3 por ciento de intención de voto los naranjas, según publicó el periódico El País?
La respuesta es fácil: por culpa el gobernador de Enrique Alfaro, quien en lugar de representar la “tercera vía” se ha convertido en un político prepotente que amenaza, lejano de los gobernados y quien cree que las críticas a su administración son “faltas de respeto.”
Al contrario, advertirle a quien lo acusa de irregularidades que “mida bien sus palabras” es la muestra de que el primer mandatario de Jalisco ya está fuera de sí, y que está desesperado por su falta empatía con sus representados.
En la medición mensual de gobernadores de Massive Caller, de Carlos Campos, Enrique Alfaro aparece en lugar 27. Sólo le gana a Monreal (Zacatecas), Cabeza de Vaca (Tamaulipas), Ramírez Bedolla (Michoacán), Merino (Tabasco) y Barbosa (Puebla).
Y como se pensaba, si hoy fueran las elecciones para sucederlo, perdería Movimiento Ciudadano la gubernatura. Morena con Carlos Lomelí se llevaría casi el 30 por ciento de los sufragios. Los naranjas con Jesús Pablo Lemus Navarro solamente obtendrían el 20%. En un lejano tercer lugar quedaría el PAN con 11% y menos del 10% captaría el PRI.
Muy “machito” contra AMLO, pero se ve que en nada le sirvió. Quiso convertirse en el líder anti 4T, pero le duró el gusto muy poco. Algunos ilusos hasta pensaron que sería un serio candidato presidencial. Hoy está reducido a ser investigado por su sucesor, y a enfrentar las acusaciones de Morena.
Muy “sacalepunta” con los medios locales, pero hoy tiene pésima prensa. Las críticas con sustento en las emisoras de radio, canales de televisión, diarios, revistas y portales noticiosos son ya una masacre en la última etapa de su fallida administración.
Como algún día dijo mi colega Gabriel Ibarra Bourjac, “es un gobernador naranja que se siente dueño de la verdad absoluta, muy al estilo de los machos de Jalisco.”
Alfaro sepultará a Movimiento Ciudadano en las próximas elecciones.