Ahora resulta

Desde que vimos la iniciativa de reforma constitucional al Poder Judicial dijimos que no tenía ni pies ni cabeza, que los procedimientos eran enredosos, confusos y que no garantizaban de forma alguna la llegada de los mejores candidatos.

Pero se volvió un tema de capricho político, en donde no se escuchó a los expertos, a los operadores, a nadie, y se pasó así, sin estudio, sin reflexión, con barbaridades que insultan la inteligencia como es la tómbola decisora del destino, y tres comités de evaluación que operarían sin reglas claras.

Se advirtió con una serie preocupación fundada de la posibilidad de que se contemplara como candidatos no solo a personas poco capaces, sino que podrían tener comprometida su voluntad al ser financiadas y respaldadas por grupos de poder e incluso estar involucradas con el crimen organizado.

Tampoco se hizo caso a esta advertencia, se respondió que los comités evaluadores de los tres poderes eliminarían a todo mal elemento y que el pueblo bueno sabría seleccionar a sus juzgadores y votaría sabiamente.

Las advertencias vinieron de la sociedad civil, universidades, colegios de profesionistas, empresarios, instituciones de crédito, prácticamente cualquiera que no fuera militante de morena veía claramente que esta idea era un balazo en el pie para México.

Al momento en que arrancó el proceso empezaron a ser evidentes las dificultades prácticas desde la recepción de las postulaciones, los tiempos que no se cumplían, los registros que resultaban repetidos o fallidos.

El atropello y la confusión con que trabajaban los comités evaluadores era tal que incluso los integrantes del comité del poder judicial terminaron renunciando a sus cargos.

Ahora resulta que los líderes del Poder Legislativo reconocen que entre los candidatos hay personas que no cumplen con los requisitos e incluso que tienen vínculos con el crimen organizado.

Esta posibilidad existía en papel desde que era iniciativa, se les dijo, se les explicó, cerraron todo entendimiento. La selección de estos candidatos la hicieron ellos mismos a través de sus comités.

Ellos definieron el proceso, ellos lo llevaron a cabo y ahora son ellos los que se quejan porque está mal hecho. El INE ya contestó que luego vemos… por ahora así se quedan, y pues ojalá que el pueblo bueno no vote por los candidatos malos.

Este problemita es solo la punta del iceberg, la reforma al poder judicial en los términos que se encuentra planteada y organizada es una colección de manzanas envenenadas que lamentablemente todos los mexicanos nos vamos a comer.

Mtra. Katya Morales Prado
Abogada egresada de la Universidad Iberoamericana León. Maestra en Derecho Corporativo, por la Universidad Latinoamericana. Maestra en Derecho Constitucional y Amparo, por la Universidad Iberoamericana León, con un Máster en Políticas Anticorrupción Iberoamericanas por la Universidad de Salamanca, España. Presidenta de la Barra Mexicana de Abogados en el Estado de Guanajuato