Aforismos: provocaciones para pensar y sentir

Doctor Arturo Mora Alva, investigador, escritor, académico y columnista Platino News

“Creo que el amor es el combustible que necesitamos para continuar viviendo. Algún día ese amor puede terminar. O puede no significar nada. Pero incluso si el amor se desvanece, incluso si no es correspondido, todavía es posible mantener el recuerdo de haber amado a alguien, o de haberte enamorado de alguien. Y esa es una valiosa fuente de calor.” Haruki Murakami

“Sólo en tiempos difíciles la gente llega a comprender lo difícil que es ser dueño de sus sentimientos y pensamientos.” –Antón Chéjov

“Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos. –Bertrand Russell

“Si nos pasamos la vida buscando ser perfectos, enfermamos.” Marian Rojas Estapé

“La vida no es de nadie, la recibimos en préstamo. Lo único de verdad nuestro será la ausencia”.  José Emilio Pacheco

La vida tensión permanente.

La evasión como escape sin salida.

Entre el todo y la nada se juega la existencia.

Las palabras desde la nostalgia, la añoranza, el recuerdo, la melancolía son asideros para no dejarnos caer en el abismo de las soledades arrancadas al corazón.

Los sentimientos nos avasallan y nos dejan tirados en el otoño de ocres, rojizos y ámbares tonalidades, pero también nos regresan a la tierra y hacen que se nutran otros sueños, en otros cuerpos, en otros corazones.

La negación como respuesta inconclusa.

La historia se hace narración solo si somos capaces de ponernos como los protagonistas.

El amor vale por si mismo. Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo.

La constancia educa la voluntad. La voluntad se hace carácter. El carácter toma forma en las decisiones que tomamos.

La resistencia como recurso.

Las ausencias pesan, esas son solo nuestras. Las ausencias presentes son sentimientos y son palabras que tienen nombre, rostro.

No hay olvido, solo lugares a los que no queremos volver.

El cuerpo es territorio y es consciencia de sí mismo. No vernos en el espejo es dejar que los otros te hagan invisible.

El dolor nos ayuda a reaccionar y enfrenar los vacíos y la falta de amor. El dolor mengua con la cercanía de la infancia en la que abrazamos a nosotros mismos.

Amar es diluirse en el otro, pero es también definir el deseo y con ello hacer de la falta un lugar a donde ir sin prisas y sin exigencias.

No cualquier puede sentir la vida con la fuerza de los átomos, de las moléculas y de los procesos biológicos que nos hacen vivir, para eso se requiere tener la sensatez de la consciencia de sí.

Aceptar el ser incompletos como personas no abre la posibilidad de la humildad y de la confidencialidad con uno mismo.

Abrazar con el corazón es más que la cercanía de dos cuerpos.

La vida no es perfecta, lo sabemos, pero, demandamos perfección a quien amamos. Esa es la verdadera y única tragedia. 

Nos enseñaron a huir de los sentimientos, el miedo se apodera del amor y del deseo. El vacío no es más que la lejanía de quien debió amarnos.

Somos memoria y recuerdo. Los afectos se hacen recuerdos y la memoria se convierte en historia. La vida es de memoria afectiva y de narración de vida.

La filosofía es preguntarse sobre el porqué de las cosas, de lo que se siente y se piensa. Entender que las respuestas son siempre parciales, son retazos, son fragmentos y son temporales nos hace vivir el presente con todas su implicaciones y consecuencias, es que queremos vivir con plenitud y pasión.

Querer es estar disponible para el otro y buscar su bien, su tranquilidad y su realización, que, por cierto, la más de las veces es a pesar uno.

Pensar en lo que somos nos da la oportunidad quitar las falsas ideas del destino con las que nos hemos arropado para justificarnos.

El cuerpo habla, el cuerpo expresa. El cuerpo cuando tiene hambre, sed, frío, calor, dolor, deseo, entonces grita y nos muestra lo que necesita. Nos hacemos sordos, ciegos y luego mudos.

Querer no es poder. El vendedor del optimismo es un verdugo cruel, no solo quiere la voluntad, sino que quiere matar el espíritu y amor el amor propio de sus seguidores.

Ser niños y niñas en estos tiempos es un privilegio. Deberá ser una obligación de los adultos hacer que las niñas y los niños vivan su infancia con dignidad, respeto y amor.   

La paz no puede ser solo una aspiración. La paz debe ser la única condición para que la vida sea con toda su fuerza.

La consciencia -y el inconsciente- es un lugar en donde uno mismo descubre que la realidad nos pertenece por la propia historia y que está en uno mismo, hacernos cargo de ella para bien nuestro y de los otros.

La muerte es certeza, la vida incertidumbre. La muerte es ocaso, la vida amanecer. Lo importante es lo que nos sucede entre esos dos extremos.

En “La Resistencia”, Ernesto Sábato escribió: “Cuando somos sensibles, la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, comprendemos que es el otro quien siempre nos salva. Y si hemos llegado a la edad que tenemos, es porque otros nos han ido salvando la vida, incesantemente”. Entender con el corazón en la mano y con la mente clara, que somos gracias a los otros y desde lo que somos nosotros mismos, es hacernos personas libres.

Victoria Erikson escribió: “Hay ciertas personas que habitarán un pequeño y tranquilo espacio dentro de tu corazón a pesar de cualquier circunstancia que suceda, o situación. Dejaron un pedazo de sí mismos cuando vuestras almas chocaron en el impacto. Y allí siempre permanecerán sutilmente.”  Comprender que solo desde el agradecimiento se puede ser auténtico y, por lo tanto, ser responsables de lo que uno produce, genera y comparte con el otro y los otros es al final de cuentas lo nos hace humanos.

Juan Rulfo escribió: “de lo único que se puede escribir es sobre la vida, la muerte y el amor”, y aquí están hoy estas palabras.