AGENCIAS.- Su denominación técnica es 2015 TG38, pero los astrónomos lo llaman Goblin porque la primera vez que lo vieron coincidió con la fiesta de Halloween de 2015. Tres años después, Goblin ya ha recibido el reconocimiento oficial, pero lo mejor no es eso. Lo mejor es que podría ser la clave para encontrar el mítico Planeta 9.
Goblin es un planeta diminuto, pero definitivamente no es un asteroide. Los astrónomos estiman que tiene forma esférica y unos 300 kilómetros de diámetro, y está catalogado como objeto transneptuniano extremo. En otras palabras, que su órbita discurre más allá de Neptuno y que está muy alejada del Sol. El perihelio de Goblin está situado a unas 80 unidades astronómicas del Sol (una unidad astronómica equivale a la distancia media entre el Sol y la Tierra) o 12.000 millones de kilómetros. Plutón, por establecer una referencia, está solo a 34 unidades astronómicas del Sol.
En realidad la cifra del perihelio dice poco porque la órbita de 2015 TG38 alrededor del Sol es extremadamente alargada. El punto más cercano está a 80 UA, pero el más lejano supera las 2.400 unidades astronómicas (503.000 millones de kilómetros).
De hecho, es el tercer objeto cercano de la Nube De Oort que descubrimos junto a 2012 VP113 y Sedna. La Nube de Oort es un enjambre de objetos que rodean el Sistema Solar a una distancia de entre 2.000 y 50.0000 UA. Goblin tarda 40.000 años terrestres en dar una vuelta completa alrededor del Sol.
La peculiar órbita de Goblin implica que nunca se acerca lo suficiente como para que su fuerza gravitacional interactue con la de los planetas internos del Sistema Solar.
Aunque su primera aparición data de Halloween de 2015, han sido necesarios años para confirmar su existencia, tomar las mediciones necesarias para definir su órbita y catalogar los pocos datos que disponemos sobre él. Tras todas esas investigaciones, el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional ha anunciado oficialmente el descubrimiento.
Una de las peculiaridades más interesantes de 2015 TG38 es que su posición relativa coincide con la de Sedna y 2012 VP113, lo que avala la hipótesis de que un planeta grande, quizá del tamaño de una Super-Tierra, ha desplazado a todos esos objetos transneptunianos hasta tener órbitas similares. El estudio oficial sobre 2015 TG38, publicado en The Astronomical Journal no postula la existencia del famoso Planeta 9, pero es cierto que su mera existencia añade mas peso a esta hipótesis publicada por Michael E. Brown y Konstantin Batygin en 2016.